(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa, si alguien me hubiera dicho que podía curar las enfermedades, me habría reído de él y le hubiera dicho que era un ignorante.

Quiero compartir con ustedes cómo pasé de ser ateo a creer firmemente y practicar Falun Dafa.

Durante un examen médico de rutina en junio de 2015, el ultrasonido mostró una sombra de dos centímetros en mi hígado. Me lo examinaron de nuevo en diferentes hospitales, pero los resultados fueron siempre los mismos. Sentí como si todo mi mundo se derrumbaba cuando vi los resultados de la ecografía mejorada por contraste.

Mi esposa es una practicante de Falun Dafa, y ella me animaba a practicar. Mi respuesta era gritarle. Le dije que ella solo quería que practicara porque no quería gastar dinero en mis tratamientos.

Finalmente me hice una cirugía mínimamente invasiva y volví a casa después de dos semanas.

La noche antes de volver a casa, mi esposa me invitó a dar un paseo. Después de un kilómetro tuve que sentarme y descansar. Estaba tan frustrado que me puse a llorar. Solo tenía 40 años. Siempre había sido enérgico e incluso jugaba al basquet todos los días.

Cuando volví a casa, estaba exhausto después de caminar media hora. Pensé que me estaba muriendo, y estaba molesto.

Las dos amigas de mi esposa practican Falun Dafa. A menudo venían a visitarme durante ese período difícil. Me contaron historias de cómo las enfermedades de la gente se resolvían después de que empezaban a practicar y me animaron a que al menos lo intentara.

Me dijeron que el Maestro Li Hongzhi dijo:

"...cuando una persona practica, toda la familia se beneficia" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia)

Me instaron a aprovechar esta oportunidad para empezar a practicar. Sabía que eran buenas personas. Podía sentir su compasión y sabía que querían ayudarme. Así que seguí su consejo aunque no entendía lo que significaba cultivarse.

Empecé a hacer los ejercicios. Leí Zhuan Falun y traté de ser una persona buena siguiendo los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

No creí en Falun Dafa de la noche a la mañana. Al principio, de vez en cuando, sentía pequeños dolores o picazón aquí y allá. Tenía muchas dudas y en mi corazón decía: "¿Regresó mi vieja enfermedad? No vi al Maestro Li (el fundador) en persona, y no le pagué ni un centavo. ¿Realmente eliminará mi enfermedad? ¿Es cierto que Falun Dafa se practica en más de 100 países y regiones del mundo? ¿Ha sido Zhuan Falun traducido a cuarenta idiomas y publicado?". No estaba seguro de todo esto.

Leí los casos de cómo Falun Dafa ayudó a la gente a recuperarse de las enfermedades y los ayudó a mantenerse saludables. Me conmovió hasta las lágrimas cuando los leí. Sin embargo, a veces todavía tenía dudas. ¿Cómo podía Falun Dafa aliviar las enfermedades de la gente con solo leer Zhuan Falun y hacer los ejercicios?

Nací y crecí en China y como tal, estuve inmerso en la cultura del ateísmo del PCCh (partido comunista chino). Era difícil para mí creer que había dioses y Fo. Pero, también esperaba que fuera verdad.

Me di cuenta de que estaba cambiando gradualmente de manera positiva. Dejé de beber y de apostar. Aprendí a mirar hacia adentro durante los conflictos y dejé de culpar a la otra persona. Aprendí a aguantar y a no arremeter contra otros cuando sentía que mis intereses personales se veían pisoteados. Tenía una mente más amplia y ya no decía mentiras. Me volví tranquilo y menos irritable, y empecé a preocuparme sinceramente por los demás.

Recuperé mi fuerza, mis ojos ya no me dolían, y podía andar en bicicleta. Me sentía feliz cada día y empecé a sonreír.

Cuando me dieron el alta del hospital, el médico dijo que tendría que hacer visitas frecuentemente porque tenía que conseguir recetas, hacerme análisis de sangre con regularidad, y hacerme tomografías computarizadas y revisiones trimestrales todos los años.

En noviembre de ese año, tiré todos los medicamentos que me llevé a casa cuando me dieron el alta del hospital y no me traté como paciente. Regresé al trabajo en diciembre. Han pasado cuatro años y medio y no he tomado ni media pastilla ni me han puesto ninguna inyección. No he ido al hospital para hacerme ningún examen. Sé que el Maestro Li está cuidando de mí, y me considero un practicante.

He ganado más de tres kilos y medio. Mi tez ahora tiene un brillo saludable. Cada vez que pienso en mis cambios físicos y mentales, agradezco repetidamente al Maestro y digo, "¡Gracias, Maestro, por darme una nueva vida!".

En 2017, un colega me pidió que lo acompañara en un viaje para recoger artículos de intercambio de experiencias de una aldea rural. Escuché muchas historias sorprendentes y conmovedoras que reforzaron mi creencia en Shifu y en el Fa.

Un practicante de 84 años de edad describió la operación que había tenido en 2003 para el cáncer colorrectal. Los médicos no cerraron la incisión correctamente, y sus intestinos se cayeron a través de la herida quirúrgica reabierta poco después.

Este practicante pasó tres horas tumbado tranquilamente en su cama de hospital, acunando sus intestinos en sus brazos para evitar que se cayeran al suelo. Su estado horrorizó a los médicos y enfermeras que lo atendieron. Su esposa, un compañero practicante, y los miembros de su familia estaban tan traumatizados que esperaron afuera de su habitación llorando, incapaces de soportar verlo.

Después de que los médicos lo examinaron, finalmente admitieron que no podían cerrar la incisión. Un cirujano colocó los intestinos del practicante de nuevo dentro de su abdomen y cosió una sola sutura para cerrar superficialmente el agujero, antes de envolver el sitio con un montón de vendas. El hospital instó a su familia a llevarlo a casa.

Una vez en casa, su esposa lavó la incisión con una solución salina. Al día siguiente, la pareja notó que la herida se estaba curando en un lado. La esposa retiró la sutura única y la incisión comenzó a cerrarse rápidamente. Pero quedaba un agujero de 3 a 4 cm (aproximadamente 1 ½ pulgadas). En este punto, ocurrió algo sorprendente. Un pedazo de carne comenzó a crecer desde el interior de su cuerpo y llenó el hueco.

En 15 días, su incisión se había curado, y fue capaz de caminar solo.

Su asombrosa recuperación causó un gran revuelo en la comunidad local, convenciendo a mucha gente de los poderes de Falun Dafa.

Lo interrumpí y le pregunté: "A lo largo de esta dura prueba, ¿tuviste miedo?". Él respondió, "No sentí ningún miedo, ya que mantuve el pensamiento de que soy un practicante de Falun Dafa firmemente en la mente".

Su historia reforzó mi creencia en Shifu y en el Fa. El practicante dijo: "Comencé a practicar diligentemente y mi apariencia mejoró. Soy feliz todo el día, y soy muy indiferente a la fama y la fortuna. Me atengo estrictamente a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia".

El gran Fa, nuestro compasivo Shifu y nosotros, los discípulos de Dafa, dejaremos una historia asombrosa para el mundo. Desde el fondo de mi corazón, quiero decirles que "Falun es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!"