(Minghui.org) Todos los que practican Falun Dafa de verdad han experimentado cuán maravilloso es. Cuando comparto mis historias, la gente se asombra: "¡Caramba, eres tan afortunada! ¡Dios te protege!". Piensan que mis experiencias son increíbles.

Me recuperé de una intoxicación por monóxido de carbono

En el invierno de 2003, vivía sola en una pequeña habitación. No había calefacción, así que tenía una estufa de carbón para mantener el calor. Vagamente, recordaba que alguien me había advertido de que tuviera cuidado, pero desconocía lo peligroso que era en ese momento.

Una noche estaba durmiendo profundamente cuando de repente me sobresalté, como si alguien me hubiera despertado. Sentía un dolor terrible en el pecho. Luego me desplomé y perdí el conocimiento. Cuando me desperté por la mañana, tenía un fuerte dolor de cabeza, náuseas y fatiga. También había mojado la cama. Fui a pedirle ayuda a mi vecina, y ella avisó a mi hermana. Mi vecina estaba preocupada así que me acompañó a casa. Cuando entró, gritó que el lugar estaba lleno de monóxido de carbono y que me había intoxicado. Abrió ventanas y puertas.

Mi hermana quería llevarme al hospital, aunque yo me sentía bien, solo un poco débil. Le pedí que me ayudara a cubrir mi turno haciendo el desayuno para los trabajadores. Aunque estaba preocupada por mí, aceptó ayudarme. Me incorporé y tomé un desayuno ligero.

Mi hermana se apresuró a volver a mi casa cuando terminó el turno y se sintió aliviada al ver que estaba bien. Ella y mi vecina estaban asombradas, ya que ambas tuvieron amigos que se intoxicaron por monóxido de carbono, y las consecuencias fueron graves –uno fue hospitalizado y el otro sufrió una lesión cerebral que le produjo una pérdida de memoria durante mucho tiempo.

Me di cuenta de que era muy afortunada de tener la protección del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa).

Me recuperé de una huelga de hambre

Fui arrestada y detenida en agosto de 2001. Para oponerme a la persecución, hice una huelga de hambre hasta que me liberaron. Duró 13 días. Cuando la policía me llevó a casa, comí un gran tazón de sopa y me fui a la cama. Poco después volví a recobrar la normalidad sin ningún problema.

Mi familia y mis amigos estaban asombrados de que recuperara mi salud después de tanto tiempo sin probar bocado ni beber agua. Todos agradecemos profundamente la compasiva protección del Maestro Li.

¡Vencí a las adversidades de nuevo!

Fui sentenciada a prisión en 2006 porque había hecho material informativo sobre Falun Dafa. La prisión se negó a admitirme aludiendo problemas de salud, pero el centro de detención me retuvo durante más de nueve meses. Hice otra vez una huelga de hambre en señal de protesta.

Después de un mes, me encontraba en una condición crítica. Algunas compañeras de mi celda lloraban, porque temían que no viviría mucho tiempo más. Estaba demacrada y muy débil. Las autoridades me liberaron cuando apenas me mantenía con vida.

Cuando mi cuñada fue a recogerme, no me reconocía. Había adelgazado mucho y tenía mal aspecto. Sin embargo, pude comer sin problemas una vez que llegué a casa. Mi familia estaba furiosa al ver lo mucho que me habían perseguido. Se sintieron desconsolados y creyeron que no podría recuperarme esta vez.

¡Pero lo hice! ¡Dos meses después estaba completamente bien! Con la gracia salvadora del Maestro, ¡rompí los pronósticos otra vez!

"¿Cómo puede sentarse todavía?"

Fui a Beijing para apelar por Falun Dafa en febrero de 2001. Fui arrestada y cinco policías jóvenes me golpearon salvajemente con porras. Me golpearon en las nalgas y las piernas. Me desmayé tres veces.

Luego me encerraron en una jaula de hierro. Cuando me senté, sentí que el dolor era insoportable y se extendió desde las nalgas hasta la espalda. También tenía un fuerte dolor en el pecho. Cuando un policía de mediana edad vio que estaba sentada en el suelo, se maravilló: "¿Cómo puede sentarse todavía?". No dejaba de afirmar que él no me había golpeado. Se marchó tan rápido como le fue posible, probablemente porque temía que quedara discapacitada o muriera tras sufrir tales lesiones y traumas.

No me dejaron dormir durante los siguientes cinco días con sus noches. No dejaban de torturarme, obligándome a ponerme o bien en cuclillas o de pie durante largos períodos. Mis piernas estaban tan hinchadas que las sentía como dos tubos de madera.

Me soltaron la noche del quinto día. Llegué a casa de mi hermana pasada la medianoche. Para mi sorpresa, mi madre abrió la puerta. Estaba en casa sola y tiene problemas de audición. Mi hermana también había sido arrestada por practicar Falun Dafa y estaba detenida en algún lugar. Mi madre no escuchó que toqué la puerta, solo fue a abrir. ¡Asombroso!

Cuando me cambié de ropa para dormir, mi madre comenzó a llorar. Vio que mis piernas y mis nalgas estaban completamente negras y azules. Su corazón se quebró. No podía ni imaginar por lo que había pasado. Me tomó mucho tiempo asegurarle que todo saldría bien.

Los diagnósticos eran falsos

Cuando me enviaron a un campo de trabajos forzados hace 20 años, me diagnosticaron cáncer de ovario durante el examen físico. El médico dijo que solo me quedaban seis meses de vida. El campo de trabajo se negó a admitirme.

Fui sentenciada a nueve años de prisión en 2006 y me diagnosticaron cáncer de útero en el hospital de la prisión. Me liberaron poco después.

Durante los siguientes años, las autoridades intentaron perseguirme enviándome a prisión. Una y otra vez, los exámenes físicos salían negativos. Todos los médicos declaraban que no viviría mucho tiempo dada mi salud.

Su diagnóstico podría resultar correcto para la gente común pero, afortunadamente, soy una partícula de Dafa. He experimentado la maravillas de Dafa una y otra vez a través de los años y estoy profundamente agradecida al Maestro y a Dafa.