(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro y compañeros de practicantes!

Soy una practicante de Falun Dafa de Ginebra, Suiza. Después de empezar a practicar Dafa en febrero de 2018, toda mi visión del mundo cambió significativamente. Ya no quería perder el tiempo saliendo de fiesta, bebiendo y comprando con amigas, o viendo videos en Internet. Fue el Maestro quien me despertó y me ayudó a darme cuenta de que la vida que había estado llevando era ridícula.

Cuando pienso en lo que Dafa ha hecho por mí, en ningún lenguaje humano se podría describir mi gratitud.

El Maestro nos ha dicho en muchas ocasiones que el tiempo es limitado, que debemos aprovechar el tiempo y hacer lo que se supone que debemos hacer –salvar a los seres conscientes. Esto me conmovió profundamente. Después de pasar varios meses cultivándome, entendí realmente la urgencia de ayudar a la gente a entender la verdad sobre Falun Dafa. Sin embargo, mis apegos afectaban mi entendimiento del Fa de muchas maneras.

Deshacerse de las nociones

Durante mis dos años de cultivación, a veces sentía que me trataban injustamente, me impacientaba y, por consiguiente, me comportaba de manera inapropiada al aclarar la verdad. A veces hablaba en un tono sarcástico y despectivo, o que sonaba poco amable, lo que podía alejar a las personas y hacer que perdieran para siempre la oportunidad de ser salvados.

Me di cuenta de que si pensaba que me trataban injustamente y no estaba tranquila, ¿cómo podía mi energía eliminar los engaños del partido comunista chino (PCCh) y llegar al corazón de la gente? Si usaba la manera de expresarme de las viejas fuerzas, ¿cómo podría la gente entender lo que les decía?

Solía clasificar a la gente en diferentes tipos. Por ejemplo, cautivadora o insignificante, inteligente o necia. Me colocaba a mí misma en esta o en aquella categoría, dependiendo de con quién me relacionara. Cuando me sentía "insignificante" o "falta de sensatez", quería ocultarme. Cuando me sentía que era más "cautivadora" o más "inteligente" que los demás, me volvía muy arrogante y despreciativa, e ignoraba las necesidades de los demás. En todos los supuestos, me sentía presionada.

Después de practicar Dafa, dejé de calificar a la gente. Respetaba a todos los que me rodeaban y los trataba con bondad, ya fueran "interesantes", "inteligentes" o no. Dejé de encasillarme a mí misma, porque entendí que la inteligencia verdadera es sabiduría, y el éxito en la cultivación no requería del conocimiento o de los logros de la gente común.

Dejé de planear mi futuro; en su lugar elegí seguir los arreglos del Maestro.

Midiéndome de acuerdo con el Fa, no con la gente común

Aunque sabía que las nociones formadas durante mi adolescencia solo existían en mi mente, me preocupaban; así que esto formaba nuevas nociones. Empecé a dudar de mí misma y a preguntarme si podía practicar Dafa realmente. Sentía que no era digna. Sentía que era demasiado tarde para empezar a practicar y que no había suficiente tiempo para deshacerme de mis apegos.

Me había ido a un extremo porque el mundo para mí era o blanco o negro. No sabía cómo tomar el camino del medio. Me preocupaba mucho que la gente no entendiera o respetara mi fe. Me preocupaba qué etiquetas me pondrían cuando descubrieran que estaba practicando Dafa. Sabía que algunos jóvenes que habían sido engañados incluso consideraban a Falun Gong como una secta.

Los estudiantes de mi universidad promovían el socialismo. Después de leer los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista y Cómo el Espectro del Comunismo rige nuestro mundo, me di cuenta de que la gente a mi alrededor estaban siendo engañados por el malvado espectro comunista y no lo sabían.

Me sentía muy sola, porque nadie sabía lo que yo sabía. Pensaba que mis esfuerzos por aclarar la verdad no podían despertar a la gente sino que, por el contrario, los empujarían a pensar que yo era una persona extraña.

Cuando era pequeña, mi madre me dijo que debía tener una fuerte personalidad para ser valorada. Ella quería que me expresara activamente y que fuera "cool" como los demás niños. Yo cumplí y me volví astuta y problemática. Sabía exactamente qué decir y cómo decirlo para que la gente pensara que era "cool". Perseguía la fama y empecé a despreciar a los que eran bondadosos, ingenuos y humildes.

El Maestro nos dijo:

"Como lo ven los dioses, una persona que tiene pensamientos simples y limpios es buena. Cuando una persona tiene pensamientos complicados, los dioses no consideran a ésta una persona buena. Porque los dioses consideran que la complicación es causada justamente por los apegos del hombre en este mundo. ¿No son los pensamientos complicados el factor que hace que uno se apegue al mundo humano? Por eso, en la cultivación existe tal razón" (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico).

Identificando mis apegos

Recientemente, entendí por qué la gente a mi alrededor no reconocía Dafa. Como ellos, yo también había formado muchas nociones en medio de las interacciones sociales durante la niñez, la adolescencia y la universidad. Mis compañeros y yo aprendimos a desarrollar un "pensamiento crítico" y a considerar todas las cosas como malvadas y peligrosas, incluso cuando eran justas y equitativas.

Me importaba mucho salvar las apariencias y siempre quise ser la persona "guay" a los ojos de los demás, así que no esperaba que me miraran con desprecio por llevar un camino recto. Me avergonzaba decir que Dafa era extraordinario. Estaba triste por haber renunciado a cosas populares como hablar en voz alta, juzgar y burlarme de los demás, ir de fiesta y fumar, etc. Incluso me sentí incómoda por ser una persona amable.

Para no ser juzgada por los demás, usé Dafa para juzgar a los que me rodeaban y clasificarlos: lujuriosos, autoproclamados comunistas y drogadictos. Cuando otros cometían errores, yo los despreciaba en vez de señalarlos con suavidad y amabilidad. Estaba llena de resentimiento, temía perder la cara y me sentía infeliz cuando me criticaban por ser una persona santurrona.

Así que fui a un extremo, me volví dudosa de los medios de comunicación de la gente común, e hice comentarios negativos sobre los políticos y los fenómenos sociales.

Teniendo en cuenta que salvar a la gente es la cuestión fundamental

Ahora, entiendo que debo conformarme al estado de la sociedad ordinaria en lugar de hablar de algunas cosas que la gente no puede aceptar. Tengo derecho a ser sencilla y amable, pero no puedo obligar a los demás a entenderme o a reconocer lo que hago. Debo tomar lo que otros me califican a la ligera, porque sé que Dafa es recto y ninguna crítica puede impedir que me asimile a "Verdad-Benevolencia-Tolerancia".

No necesito defenderme o explicar a la gente por qué el mundo es injusto. Lo único que necesito hacer es salvar a la gente. El poder de la compasión puede romper todos los conceptos erróneos, incluyendo los míos y los de los demás. No dejaré que los juicios de los demás afecten mis acciones rectas.

El Maestro dijo en el Fa:

"...si tienes ese corazón, tu corazón se mueve; si no tienes ese corazón, es como después de que el viento sopla, no sientes nada. Algunas personas te dicen que vas a matar y provocar un incendio, cuando lo escuchas, sientes que es realmente divertido. (Shifu ríe) ¿Cómo puede ser? Con una sonrisa ya pasa. No lo tomas en absoluto como un asunto, porque no tienes tal corazón, esta frase no te puede mover" (Enseñanza del Fa en el Fahui de San Francisco).

Ya no quería darle al mal ninguna excusa para perseguirme o ser influida por los medios de comunicación que no dicen la verdad. Cuando escuché a otros mentir, ya no quise insistir en mis ideales. Creía que estas cosas estaban probando si yo era inconmovible.

No importa cuán elocuente sea o cuán bien conozca los entresijos del PCCh y del marxismo, si mi corazón no es puro o no puedo ser una persona verdaderamente buena que quiere salvar a la gente, entonces no hay necesidad de que yo practique Dafa.

He abandonado la idea de ser tratada injustamente como practicante de Dafa. La gente del mundo es la que realmente es perseguida. Si estoy cegada por mis apegos, no podría hacer lo que se supone que debo hacer.

¡Gracias, mis compañeros practicantes, por darme un buen ejemplo y señalar mis errores! Cultivaré una mayor compasión y me desharé de todas mis malas nociones.

(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Cultivación en Internet 2020 en Francia)