(Minghui.org) Soy un ama de casa de 71 años. Falun Dafa me dio una nueva vida después de que empecé a practicar en 1997.

Vida miserable antes de practicar Falun Dafa

Yo era una mujer obstinada y sufrí mucho bajo el gobierno del partido comunista chino (PCCh). Me crié en una familia pobre y nunca fui a la escuela. Debido a que el adoctrinamiento del partido comunista me lavó el cerebro, hice cosas malas durante la revolución cultural y así creé mucho yeli.

Debido a todo el yeli, a los 28 años tuve muchas enfermedades: hepatitis, neurastenia, hernia de disco lumbar, úlcera gástrica, etc. Cada día tomaba más remedios que comida. Mi peso bajó de 60 kg a 45 kg. Me veía demacrada.

Aunque tomaba muchos remedios, mis enfermedades nunca se curaron. En cambio, contraje más enfermedades, como enfermedades cardíacas, cáncer de hígado y artritis. Después de un examen médico, el doctor le dijo a mi familia que no me quedaba mucho tiempo. Mi cara y mi cuerpo se veían amarillos como la cera y tenían cicatrices. Todos en mi familia estaban tan preocupados que no podían comer ni dormir. No sabíamos cómo sobreviviríamos.

Incluso en una situación tan difícil, la comisión de planificación familiar del PCCh llevó por la fuerza a mi marido a hacerse una vasectomía. La operación estuvo mal hecha y lo dejó paralizado.

En ese momento, mi hija mayor tenía 8 años, mi hijo 7 y mi hija menor era un bebé. Habíamos perdido toda la fuerza de trabajo en nuestra familia. Así que mi suegro no tuvo más remedio que trabajar para mantener a la familia a pesar de que tenía casi 80 años. Todos en la familia lloraban a menudo en ese momento, sin importar la edad -adultos y niños. Perdí toda esperanza en la vida.

Dafa me dio una nueva vida

Cuando estaba al borde de la muerte, un amable vecino me dijo que Falun Dafa podía curar mis enfermedades. Teniendo mi cerebro lavado por el ateísmo del PCCh, no le creí en absoluto. La vecina me llamó y me dijo que vendría a mi casa para enseñarme. No podía rechazar su amable oferta, así que acepté.

Estaba en la cama cuando ella vino. Me pidió que me levantara e intentara hacer los ejercicios mientras me apoyaba en la cama. Justo después de empezar el ejercicio, me sentí con energía. La vecina estaba muy contenta y me felicitó, diciendo que debía tener una buena cualidad innata. Me dio el libro Zhuan Falun.

Abrí el libro y vi el retrato del Maestro Li (el fundador) en la primera página. Se veía tan benevolente. Cada uno de los caracteres del libro brillaba como el oro. Aunque no podía leer esos caracteres chinos, realmente disfruté mirándolos y seguí mirándolos durante todo el día. Al tercer día después de recibir el preciado libro, sentí que mi gran estómago dilatado (debido a la ascitis) se achicó, y tuve apetito.

Al ver el cambio en mí, mi familia estaba feliz y quería que yo practicara Falun Dafa. También me ayudaron a aprender los caracteres chinos para poder leer Zhuan Falun. Después de solo tres meses, todas las enfermedades que me habían estado torturando habían desaparecido. Sentí que mi cuerpo era ligero, y en poco tiempo pude leer el preciado libro.

El Maestro Li no me quitó ni un centavo y me dio una nueva vida. Mi marido también se recuperó de su parálisis.

Shifu me protegió de accidentes

Shifu no solo purificó mi cuerpo sino que también me protegió de los accidentes. Estaba caminando al lado de un shopping en 2001 cuando un coche a toda velocidad me golpeó. Traté de evitarlo pero no pude. Me golpeó tan fuerte que mi cuerpo voló y cayó al suelo a más de 9 metros de distancia.

Perdí el conocimiento. Más tarde, sentí que alguien tocó mis puntos de acupuntura Yuzhen y Mingmen en la parte posterior de mi cabeza y en la parte baja de mi espalda. Entonces reaccioné. Me di cuenta de que no estaba herida, y mi piel ni siquiera estaba magullada. Me di cuenta de inmediato: sin la protección de Shifu, habría perdido la vida.

Los transeúntes no permitieron que el conductor se fuera, esperando ver mi reacción. Les dije en voz alta: "Pueden irse todos. Soy practicante de Falun Dafa, y estoy protegida por nuestro Maestro. Estoy bien". Cuando escucharon esto, todos se fueron, incluyendo el conductor. Cuando me duché esa noche, vi que la piel de todo mi cuerpo se había vuelto negra, pero estaba bien. Sabía que Shifu me ayudaba a resolver la tribulación. Mi corazón estaba lleno de gratitud.

Una mañana de nieve, cuando iba en camino a aclarar la verdad a la gente, vi a un joven en una motocicleta que chocó contra un triciclo conducido por un anciano que llevaba a su esposa. El anciano estaba tendido boca abajo en el suelo y no podía moverse. Su esposa estaba discutiendo con el joven. Dos policías de tráfico estaban parados cerca.

Justo en ese momento, una camioneta me atropelló y me arrojó a 3 metros. Todos me miraron. Como los policías estaban allí, el conductor se asustó y quiso llevarme al hospital. Le dije: "Soy una practicante de Falun Dafa que está protegida por nuestro Maestro. Definitivamente no tengo ningún problema". Uno de los oficiales dijo: "¡Vean los buenos practicantes de Falun Dafa! No nos causan ningún problema". Miré al anciano que temblaba en el suelo y le dije al joven: "Por favor, no discutan más. Solo llévelo al hospital; de lo contrario, ambas partes sufrirán más".

Los oficiales de policía estaban muy conmovidos. Aproveché la oportunidad de aclararles la verdad y les enseñé a decir: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Les dije que estas nueve palabras podrían protegerlos del peligro. Dijeron que las recordarían y aceptaron felizmente renunciar al PCCh y sus organizaciones juveniles.

La gente está agradecida a Dafa

Conocí a un hombre bien vestido y le aclaré la verdad. Me dijo que era el jefe de una procuraduría antes de retirarse. Le hablé de Falun Dafa, de por qué el PCCh persigue la práctica, y de por qué el Cielo destruirá al PCCh. También le expliqué que todos los cambios de dinastías en la historia fueron la voluntad de los Dioses y que el ateísmo y la teoría de la evolución que el PCCh promueve son falacias. Escuchó cuidadosamente e hizo preguntas de vez en cuando. Aceptó renunciar al PCCh y dijo que recordaría las nueve palabras que le enseñé. Al separarse, le di algo de literatura de Falun Dafa y un amuleto.

Unos meses más tarde, me encontré con él de nuevo. Me saludó y me dijo felizmente: "¡Falun Dafa es verdaderamente asombroso! Después de que me ayudó a renunciar al PCCh, volví a casa y a menudo recitaba las nueve palabras que me enseñó. Pronto, ¡mi problema de sueño de más de 30 años desapareció! Ahora como bien y duermo profundamente. ¡Falun Dafa es realmente grandioso!". Después de decir eso, me preguntó con una mirada seria: "¿Cuándo volverá tu Maestro? Quiero darle dinero". Dije: "Ni siquiera yo he conocido a nuestro Maestro. Nuestro Maestro nunca nos quita ni un centavo". Al final, me pidió que transmitiera su gratitud al Maestro.

La pandemia me motiva a despertar a más gente

El coronavirus estalló en Wuhan, y los índices de infectados y el número de muertes aumentaban cada día. Debido a que el PCCh ocultó la verdad, pronto se convirtió en una pandemia y trajo una calamidad en todo el mundo. Me sentí ansiosa y me di cuenta de que debía hacer todo lo posible para salvar a más gente. Un día me encontré con tres personas en la calle y les aclaré la verdad a todos.

La primera persona se puso furiosa cuando mencioné el coronavirus, y maldijo furiosamente a Norteamérica por "traer el virus a China". Le pregunté si realmente habían sido los soldados norteamericanos los que llevaron el virus a China, ¿por qué el coronavirus estalló en Wuhan tres meses después? Todos sabemos que el período de incubación del coronavirus es de 14 a 24 días. Continué explicándole cómo el PCCh mintió sobre Falun Dafa con la autoinmolación escenificada en Plaza Tiananmen, y cómo el PCCh incita al odio contra Japón, Norteamérica y muchos otros países para desviar la atención del pueblo chino de los abusos del PCCh. Finalmente, se calmó y dijo: "Tienes razón. El virus no es de Estados Unidos. Es de Wuhan". Lo animé: "Es tan bueno que hayas entendido la verdad. De ahora en adelante, asegúrate de pensar las cosas con tu propia mente; no te dejes engañar por el PCCh".

La segunda persona era un vendedor de batatas. Le aclaré la verdad; dijo que ya había renunciado al partido. Le preguntó al hombre que estaba a su lado si había renunciado al PCCh. Ese hombre también dijo que sí.

La tercera persona era una joven modelo. Le aclaré la verdad, pero ella me dijo en voz alta: "Eres tan aburrida". No me afectó su actitud. Le dije tranquilamente: "Señorita, le explico la verdad porque quiero que esté a salvo. Sabe que el coronavirus está muy extendido ahora".

Inmediatamente dijo en voz alta, con los ojos bien abiertos: "¡La televisión ha transmitido que el virus es de Norteamérica!". Dije: "La emisión del PCCh es todo mentira. Hace solo unos días, informaron que tres personas en nuestra ciudad murieron por el coronavirus, y más de 10 personas se infectaron y están hospitalizadas. Pero ahora, están informando que nadie está infectado en nuestra ciudad. No deberíamos escuchar al PCCh, siempre está mintiendo".

La mujer dijo: "Somos chinos, ¿cómo no vamos a escuchar al PCCh?". Le dije: "Al Cielo no le importa de qué país eres. Todas las personas que actúen en contra de las reglas celestiales perecerán".

La mujer preguntó: "¿Quién se atreve a actuar contra las reglas celestiales?". Le respondí: "El PCCh se atreve. Se atreve a perseguir a Falun Dafa, que se basa en la ley celestial. Se atreve a arrestar y torturar a los practicantes de Falun Dafa que son gente bondadosa. ¡Incluso se atreve a sustraer los órganos de los practicantes vivos y venderlos para obtener ganancias! Ha cometido pecados imperdonables, y el Cielo lo está eliminando. Déjeme decirle que el virus está apuntando al PCCh. ¡Cualquiera en el PCCh que se rehúse a renunciar perecerá junto con él!".

La mirada de enfado en su cara desapareció. Aceptó renunciar a las organizaciones del PCCh. Le di un amuleto. Ella lo tomó, diciendo gracias repetidamente. Le dije: "Por favor no me agradezcas. Si quieres dar las gracias, puedes agradecérselo a nuestro Maestro. Por favor, no digas que el virus es de Norteamérica". Ella dijo: "No lo diré de nuevo". Me sentí muy feliz de que ella comprendiera la verdad y pudiera ser salvada.

Soy una practicante de Dafa, una cultivadora que camina por el camino al Cielo. Es mi fortuna haber encontrado Dafa. ¡Toda mi familia y yo estamos muy agradecidos a Shifu! ¡Espero que más gente del mundo pueda entender la verdad, alejarse de la ilusión del PCCh y tener un futuro brillante!