(Minghui.org) No hace mucho, el partido comunista chino (PCCh) de nuestra zona lanzó una nueva ronda de persecuciones a los practicantes de Falun Dafa. Funcionarios de la oficina 610, la comisión de asuntos políticos y legales, las estaciones de policía y los comités de la comunidad local acosaron a los hijos y parientes de los practicantes. Trataron de coaccionarlos para que estos, a su vez, presionaran a los practicantes a dejar de practicar su fe.

"Deme sus datos personales"

Ming, el hijo de la practicante Amy, recibió una llamada telefónica de un policía local que le exigía que llevara a su madre a la comisaría local y lo amenazaba con que si no lo hacía, iba a tener que afrontar las consecuencias.

Ming le preguntó a su madre si quería ir. Amy le respondió que no y él le dijo que sabía lo que debía hacer.

Llamó al policía y le pidió que le enviara su nombre, edad, unidad de trabajo, posición, dirección, número de policía, fotocopia del carné de identidad y un pequeño video de sí mismo. Le dijo al policía que lo haría responsable si algo le sucedía a su madre.

El policía dijo entonces: "En ese caso, tu madre no necesita venir".

El marido renuncia al PCCh

El marido de Helen es un funcionario del gobierno. Temía perder su trabajo, así que se oponía a que su esposa practicara Falun Dafa. Incluso la golpeaba. Un policía trató de forzar a Helen para que insultara al Maestro Li (el fundador de Falun Dafa); pero Helen se negó. El policía se enojó y comenzó a gritar. El marido de Helen dijo: "Ella nunca insulta a nadie. Es una buena persona en casa, y en su empresa. ¿Por qué le pide que maldiga a alguien? Usted está muy equivocado".

El policía sabía que estaba cometiendo un error y se mantuvo en silencio.

Cuando el policía se marchó, el hombre le dijo a su esposa que le gustaría renunciar al PCCh. Helen le había pedido que dejara el PCCh varias veces en el pasado, pero no lo había conseguido.

"No vamos a ir"

El marido de Anna es una persona instruida. Es recto y apoya que Anna practique Falun Dafa. Le dijo que no tuviera miedo. El funcionario del centro comunitario lo llamó y le pidió que le dijera a Anna que visitara el centro comunitario. Sabía que la acosarían de nuevo. Le dijo: "No vamos a ir", y le colgó.

"No tiene tiempo"

La esposa de Tom recibió una llamada de un policía local, que le exigía que su marido debía ir a la comisaría. El policía usó un lenguaje abusivo e incluso la amenazó. Ella no tuvo miedo y le respondió: "El padre de mi marido está en el hospital y él tiene que cuidarlo. Está ocupado y no tiene tiempo de visitarle".

Después de eso, no volvieron a saber nada del policía.

"Mi madre no va a ir"

El marido de Liz recibió tres llamadas de un policía local, que le exigía que su esposa fuera a la comisaría. Liz le dijo a su marido que no iba a ir. Entonces, el policía acosó a su hija y esta le contestó que su madre tenía que cuidar de su hijo. El funcionario la amenazó con denunciar a su madre al departamento de policía provincial. Ella le dijo: "Haga lo que quiera. Mi madre no tiene tiempo y no va a ir a su comisaría", y le colgó.

"No está en casa"

Los familiares de varios practicantes le dijeron a los policías que los acosaba que los practicantes no estaban en casa. De esta manera protegieron a los practicantes y evitaron que los persiguieran.