(Minghui.org) Mi compañera de trabajo, la Sra. Xu, de unos cincuenta años, es amable, trabajadora e inteligente. Desde que la contrataron, hace siete años, he hablado con ella sobre cómo persigue el partido comunista chino a mi creencia, Falun Gong –también conocida como Falun Dafa– en numerosas ocasiones.

Siempre ha sido muy receptiva y renunció al PCCh sin dudarlo. También ha leído muchos materiales informativos y ha visto programas en vídeo sobre Falun Dafa. Incluso leyó algunas de las conferencias del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa). Cuando regresa a su ciudad natal para visitar a su familia, siempre lleva algunos materiales de Dafa a los practicantes de su ciudad.

La Sra. Xu es muy franca y valiente cuando le habla a la gente sobre Falun Dafa. Una vez fue a Tailandia de vacaciones. A pesar de que un guía turístico le advirtió  que no lo hiciera, volvió a casa con un periódico de La Gran Época en chino, el libro los Nueve comentarios sobre el Partido Comunista y folletos de Dafa.

Distribuye materiales informativos y ayuda a la gente a renunciar al PCCh en mi lugar de trabajo todos los días. La Sra. Xu siempre está disponible en los momentos críticos, cuando necesito ayuda. Le dice a a la gente que recuerde: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Dos oficiales de policía estuvieron vigilándome durante un tiempo en  2017, mientras se celebraban el congreso nacional del pueblo y la conferencia consultiva política del pueblo chino. La Sra. Xu reprendió al jefe de mi estación de policía local y al otro oficial un día, mientras me acosaban.

Les dijo: "¿Qué están haciendo aquí? ¿No tienen otra cosa mejor que hacer? La gente trabaja duro y no hace nada malo. ¿Por qué tienen que molestarle? Les denunciaré a sus superiores si vuelven a aparecer por aquí".

Quizás esas palabras rectas de la Sra. Xu funcionaron, porque  aquellos policías nunca regresaron.

Hay algo más que vale la pena mencionar. Ese mismo día, dos horas antes de que llegaran los oficiales, la Sra. Xu escondió rápidamente mi computadora y los materiales formativos de Dafa.

Cuando el coronavirus estalló en China. La Sra. Xu me dijo: "No creía en las profecías que predecían desastres. Pero ahora creo que el Cielo está tomando medidas contra las malas acciones del PCCh. Ustedes, la discípulos de Dafa realmente están corriendo un gran riesgo al intentar salvar a la gente. Quien comprenda los verdaderos hechos y renuncie PCCh obtendrá la salvación".

"Yo también quiero salvar a la gente", remarcó. Tomó muchos  de mis materiales  después del trabajo. Me dijo que planeaba entregárselos a la gente de su vecindario.

Al siguiente día me compartió su experiencia: "Colgué los materiales en la puerta de los vecinos de mi edificio. Una persona me preguntó qué estaba haciendo y le dije que aquellos eran materiales y folletos de Falun Dafa. Que nuestra pequeña comunidad se ha visto confinada por el virus de Wuhan. y que la información en aquella bolsa salvaría a su familia de esta gran plaga. Aceptó alegremente los materiales".

Admiro su coraje para difundir la verdad y le expresé mi más sincera gratitud.

Siempre le digo que tenga cuidado, por su seguridad, cuando distribuye materiales, a lo que me responde: "No tengo miedo, nada pasará porque estoy haciendo lo correcto. Salvar a la gente es una buena obra".

Aunque la Sra. Xu no es una practicante, la respeto de verdad porque tiene una fuerte voluntad para salvar a la gente.