(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en octubre de 2011. Pareció algo accidental en ese momento, pero mirando atrás, veo que ese no fue el caso. Aquí, me gustaría compartir mi camino de cultivación.

Una pista en un sueño

Desde que era joven, siempre he tenido muchos sueños. Algunos eran muy reales, otros permanecían conmigo por largo tiempo, incluso después de despertarme. Por ejemplo, en un sueño, volé hacia el cielo y luego hacia el sol. En otro, estaba huyendo de la perversidad y tuve que saltar por la ventana de un quinto piso.

Pero entre todos estos sueños, uno se destaca como excepcionalmente realista. Hasta el día de hoy, cada detalle de este sueño ha permanecido grabado en mi memoria.

En aquel sueño, mi alma abandonó mi cuerpo y fue a una montaña extraña, donde vi que había lotos rosas y morados por todas partes. Los lotos eran tan grandes que un adulto podía recostarse encima. Sin embargo, me sentía asustada; no paraba de correr e incluso ocasionalmente volaba.

Cuando llegué al pie de la montaña, vi que un hombre alto y delgado vestido con una túnica oscura estaba vendiendo algunos productos. Entre los valiosos artículos que vendía, agarré un jarrón. Sin embargo, cuando lo sostuve en mis manos, me pareció observar que era una escultura de un fo de pie, algo que nunca había visto. Todos los fo que había visto hasta ese momento estaban sentados, así que me pareció extraño.

Muchos años después de empezar a practicar Falun Dafa vi un cuadro del Maestro Li (el fundador de Dafa) como un fo. Lo reconocí de inmediato como el fo de pie que había visto en mis sueños.

Incursionando en la meditación

Un día, hace muchos años, mis amigos y yo estábamos tomando el té cuando el tema de conversación cambió repentinamente al budismo. Después, cuando llegué a casa, sentí que necesitaba meditar por alguna razón desconocida.

Encontré la imagen de un fo en un libro e intenté imitar la forma en que se sentaba en la posición de doble loto, con las piernas cruzadas. Traté de cerrar los ojos y meditar por un rato.

Minutos después, sentí que había desaparecido e ido a algún lugar, y que no sabía dónde estaba. Sentía como si me hubiera desvanecidoe ido hacia otro lugar del universo.

Estaba muy asustada e inmediatamente abrí los ojos y me encontré sentada, en casa. Aliviada, cerré los ojos de nuevo. Entonces el sentimiento apareció nuevamente, así que dejé de intentar meditar.

Por curiosidad, intenté meditar de nuevo el día siguiente, y me volvió a suceder lo mismo. Le tomé miedo a tratar de meditar durante un tiempo.

Pero aquella experiencia prendió dentro de mí un deseo de practicar la cultivación de verdad. Planeé ir a un templo y pedir prestadas algunas escrituras budistas.

Un encuentro casual

En octubre de 2011, decidí visitar un templo para pedir prestados algunos libros. En el camino, pasé por una tienda de una amiga que acababa de conocer. Le conté que buscaba un libro budista que me enseñara a cultivarme.

"Es muy difícil conseguir alguna escritura verdadera hoy en día”, dijo.

Aunque me sorprendí, advertí rápidamente que lo que decía era verdad. Una escena de la historia ‘Un Viaje al Oeste’ apareció en mi mente, cuando Tripitaka antes de poder obtener sus escrituras, tuvo que sufrir ochenta y una tribulaciones.

Esta amiga después me invitó a su departamento y me dio a conocer Falun Dafa. Me contó sobre la persecución, pero también sobre cuán maravillosa es la práctica en realidad. Me interesé mucho por la cultivación de la que me hablaba.

De repente me preguntó: "¿Has buscado a un maestro?”.

Me sorprendí: "¿Para qué necesitó uno?”.

Me contestó:

“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).

A pesar de que de que no entendí lo que decía, quedé fascinada por aquellas palabras.

Entonces tomó un ejemplar de Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa y me pidió que lo leyera.

Leyendo Zhuan Falun por primera vez

Me gusta leer y tenía tiempo de sobra. Abrí el libro Zhuan Falun. Para mi sorpresa, una vez que empecé a leer, no podía parar.

Había escuchado muchos términos como: “ding", “bigu”, "el tercer ojo” y “el cuerpo inmortal" pero no tenía idea de lo que significaban aquellos términos. Simplemente sentía que sonaban muy misteriosos. Después de leer Zhuan Falun, pude entender aquellos fenómenos y dejaron de ser tan místicos.

Leí el libro dos veces en unos pocos días, me pasaba todo el tiempo leyéndolo. Mientras leía, me preguntaba: "¿Me tomará el Maestro como su discípulo? Lo creería si tuviera un Falun (Rueda de la Ley). Entonces, seguro que empezaba a practicar la cultivación".

Inmediatamente, sentí una sensación girando en mi estómago. Incluso podía escucharlo girar.

¡Fue increíble! Me decidí a ser una practicante de Falun Dafa en aquel momento. Pensé: “Tal vez, ¿el Maestro también purificará mi cuerpo?”.

El Maestro dijo:

"Algunas personas incluso pueden vomitar y tener diarrea a la vez" (Segunda Lección , Zhuan Falun).

Pensé que vomitar era asqueroso, prefería la diarrea si mi cuerpo tenía que ser purificado. Inmediatamente, mi estómago comenzó a dolerme y tuve diarrea durante un par de días. Pero no vomité ni una sola vez.

Ser perseguida por no eliminar los apegos

Al principio, era muy diligente en el estudio del Fa y aclarando la verdad a la gente.

Sin embargo, tal como dijo el Maestro:

"En el pasado, a muchas personas les surgieron numerosos problemas por no poder preservar su xinxing; después de refinar hasta un cierto nivel, no pudieron subir más" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Cuando llevaba cuatro años cultivándome, aflojé. No podía concentrarme cuando leía el Fa. Casi olvidé mirar adentro y a menudo molestaba a los demás practicantes.

Una vez, cuando cruzaba una esquina, vi a alguien vistiendo una camiseta con la palabra "envidia" escrita en chino. A pesar, de que sabía que podía tratarse de una pista del Maestro, no quise admitir que era envidiosa o que no quería eliminar el apego.

Durante todo el siguiente año, no hice progresos en mi cultivación. No trabajé en mi xinxing.

Un día muy frío en 2016, terminé de estudiar el Fa y salí a distribuir materiales de aclaración de la verdad como de costumbre. No envié pensamientos rectos antes de irme.

Ese día, un guardia de seguridad de un edificio residencial me denunció y envió a una estación de policía local. No podía culpar a nadie, porque en lo profundo, sabía que las viejas fuerzas vieron mis apegos y se aprovecharon de mis brechas.

Encuentros increíbles en los que la gente comprende los hechos verdaderos sobre Falun Dafa

Cuando me enviaron a la comisaría, recordé lo que el Maestro dijo:

"Se parece a la conducta humana, pero en realidad no lo es. Es porque ella alcanzó ese punto a través de la cultivación y realmente llegó a ese reino; ‘ahora que me has arrestado, no pienso para nada en regresar. Ahora que he llegado acá, he venido a validar el Fa’. Por eso el mal estuvo aterrorizado" (Exponiendo y enseñando el Fa en el Fahui del Área Metropolitana de Nueva York).

Decidí que como había llegado aquí, aprovecharía la oportunidad para aclarar la verdad sobre la persecución a cada policía que conociera. Tres días después me enviaron a un centro de detención.

El Maestro dijo:

"No importa cuál sea la situación, no cooperen con las demandas, órdenes e instigaciones del mal" (Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

Así que decidí no cooperar con los guardias. Continúe haciendo los ejercicios, Envíe pensamientos rectos y memoricé el Fa todos los días. Sin importar a quién me encontrara, le clarificaba la verdad. Algunos aceptaron la verdad y fueron bendecidos. Aquí me gustaría compartir dos de sus historias.

Una era sobre una muchacha que se llamaba Leilei. La enviaron al centro de detención porque se peleó. Después de aclararle la verdad, me dijo que "Verdad, Benevolencia, Tolerancia es definitivamente la verdad”, y proclamó en voz alta: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Esa misma tarde, la pusieron en libertad. La vitoreamos. Creo que fue bendecida después de conocer la verdad.

Al contrario, otra mujer que detuvieron al mismo tiempo por la misma razón que Leilei, no creyó lo que le dije sobre Falun Dafa ni que los practicantes estaban siendo perseguidos. Acabaron sentenciándola a 10 meses de cárcel.

La otra historia involucraba a una señora de más de 50 años que aceptó la verdad mientras hablaba con ella. Un día, me dijo emocionada: “Recibí una carta de mi familia. ¿Puede creerlo? ¡Mi primera nieta ahora puede hablar!".

Antes me había dicho que sus dos nietas tenían problemas mentales, y que la mayor solo podía comunicarse a través del lenguaje de signos.

Le pregunté: “¿Por qué?”.

Me respondió: "Creí lo que dijiste, y recité 'Falun Dafa es bueno' en mi mente todos los días. También le recé al Maestro Li para que hiciera hablar a mi nieta: ¡mis plegarias han hallado respuesta!”.

Posteriormente, fue a juicio. Cuando regresó, se sentía aún más emocionada. Le dijo a una guardia en la corte que estaba muy contenta de haber tenido la oportunidad de permanecer en el centro de detención durante todo ese tiempo, porque allí, tuvo la oportunidad de conocer Falun Dafa y lo maravilloso que es. También le describió a otro guardia el milagro que le había sucedido a su nieta.

Lo que es más, su nieta también estaba en la corte aquel día. La señora llamó a todos los parientes para que fueran a verla uno detrás de otro. Todos en la sala del tribunal, incluidos el juez y los guardias, presenciaron cómo la niña podía hablar. La guardia quedó tan conmovida que pude ver lágrimas en sus ojos.

Más tarde, sentenciaron a la señora a un año de cárcel. Me dijo que había decidido devolver todo el dinero que malversó y me juró que dejaría de hacer cosas malas.

Debido a esto, los otros prisioneros en la misma celda también comprendieron la verdad y quisieron conocer más cosas sobre Falun Dafa. También les enseñé los cinco ejercicios y les dije que trataran de tener únicamente buenos pensamientos y ser bondadosos en todo momento.