(Minghui.org) Regresé a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) a fines de enero de 2020. Nací en la década de los noventa en el hogar de una practicante. Comencé a practicar Falun Dafa a los seis años con mi madre. Cuando comenzó la persecución el 20 de julio de 1999, mi madre fue perseguida y llevada a un centro de lavado de cerebro. Perdí a mi madre y a mi ambiente de cultivación. Cuando mi madre fue liberada y reanudó la cultivación, salí de casa para estudiar en la universidad.

En mi mente siempre supe que Dafa era bueno, pero el mundo secular era demasiado deslumbrante para resistirme. Conseguí un trabajo después de graduarme. Cuando visité a mi madre, ella me instó a que leyera Zhuan Falun y las conferencias de Shifu, así como artículos del sitio web de Minghui. Lo hice superficialmente, esperando la protección de Dafa. Tan pronto como regresé a mi ambiente volví a ser una persona común.

Me enfermé en diciembre de 2019. Tosía constantemente, me sentía mareado y me fatigaba cuando caminaba unos cuantos pasos. Fui a ver a un médico y me dijo que tenía una infección y que desaparecería después de tomar medicamentos. Tomé muchas medicinas sin mejorar.

Los medios comenzaron a decir en enero de 2020 que el virus de Wuhan se transmitía de persona a persona. Mis compañeros de trabajo tenían miedo de estar cerca de mí. También tenía miedo pero no me asusté. Pensé: “Leí Zhuan Falun y vi el espectáculo de Shen Yun. Los dioses rectos me cuidan y no sucumbiré tan fácilmente. Al fin podré dejar mi trabajo y hacer la cultivación en casa". Este pensamiento pronto se hizo realidad.

Testigo del poder de Dafa

Debido a la epidemia, mi compañía decidió suspender a los empleados en oleadas. Estaba interesado en la idea y solicité estar en la primera ola. Mientras esperaba la aprobación, estudié Zhuan Falun e hice los ejercicios por mi cuenta.

Todavía recordaba todos los movimientos de los ejercicios, pero no podía sostener los brazos en el segundo juego de ejercicios por más de 10 minutos y solo lograba sentarme en posición de loto con mi rodilla en el aire.

Dos días después mi mareo desapareció y recuperé algo de energía. Todavía tenía tos seca, pero mejoré mucho. Sabía que Shifu había comenzado a limpiar mi cuerpo para que pudiera volver a estar saludable. ¡Gracias Maestro!

Dafa es realmente asombroso. Estaba decidido a estudiar y a practicar. Shifu creó mi ambiente de cultivación. Por ejemplo, durante los viajes de negocios normalmente dos empleados tienen que compartir una habitación de hotel, pero en este viaje de negocios en particular, tuve una habitación para mí solo durante siete noches.

Durante esas noches experimenté muchas interferencias. Todo el tiempo tenía sueño, no podía dormir lo suficiente y tenía apnea del sueño. Además, a menudo soñaba con baños tan sucios y nauseabundos que despertaba queriendo vomitar.

Durante el viaje de negocios conocí a un colega que disfrutaba charlar conmigo. Habló sobre la epidemia e incluso sobre Falun Dafa. Dijo que cuando era pequeño, un vecino suyo practicaba Falun Dafa. Con frecuencia el vecino tocaba a su puerta e intentaba persuadirlos para que renunciaran al partido comunista chino (PCCh), a la liga de la juventud comunista y a los jóvenes pioneros. Mi colega dijo que su vecino era tan molesto y ridículo que lo denunciaron a la policía. Incluso se jactó de cuánto dinero en "bonos" pudieron obtener por denunciar a un practicante de Falun Dafa.

Estaba estupefacto. El tipo de persona a la que despreciaba por completo estaba sentado a mi lado. Otro compañero de trabajo dijo que escuchó que ese vecino había sido golpeado en prisión. Estaba tan triste y me preguntaba cómo debería responder.

No tenía mucha confianza ya que solo había practicado durante unos días, pero un pensamiento apareció en mi mente: "Si no te atreves a hablar de justicia hacia Falun Dafa, ¿eres digno de ser mi discípulo?".

Con decisión dije: “No se detuvieron en la golpiza. Mi familia también practica Falun Dafa. Mi madre estuvo colgada de una viga durante más de medio año y sufrió todo tipo de tortura”. Luego le dije que la "autoinmolación de la Plaza de Tiananmen" fue una farsa y sobre las mentiras del malvado PCCh. Él dijo que no sabía nada de esto y tenía una expresión de culpabilidad en su rostro.

Después de esta conversación no me preocupé ni tuve miedo y sentí alivio. Desde entonces, nunca más volví a soñar con baños. En mis sueños comencé a volar.

Regresando a Dafa completamente

Mi solicitud de permiso fue aprobada y estando en casa comencé a centrarme en la cultivación. El primer día intenté hacer el segundo juego de ejercicios durante una hora. Cuando mis brazos estaban tan cansados como para mantener la última posición, sentí que el Maestro levantaba mis brazos. Me conmoví hasta las lágrimas. Para el quinto ejercicio, me senté en la posición de loto completo durante 40 minutos, sentí gran dolor y derramé lágrimas.

Fui muy diligente esos días y leí mucho, incluyendo Zhuan Falun y las conferencias de Shifu en los Fahui. Leí día y noche y terminé 40 libros en dos semanas.

Mi salud se recuperó por completo y ya no tenía tos seca. Pero aún no lograba levantarme a las tres de la mañana para hacer los ejercicios. Una mañana de repente desperté, eran entre las tres y las cuatro de la mañana. Escuché pasos acercándose a la distancia. Los pasos eran cada vez más claros. Comencé a sudar frío, porque ese ser parecía detenerse justo frente a mi rostro. Pensé: "Se acabó. Mi acreedor reclama ahora su deuda”.

Recuerdo que el Maestro dijo:

“Hay otra forma de interferencia demoníaca. Todos saben que al refinar gong se nos puede abrir el tianmu; hay gente que, después de que el tianmu se le abre al refinar gong en su casa, verá algunas escenas o caras espantosas" Zhuan Falun).

“Todas estas son formas de interferencia demoníaca. Pero en nuestra vía de Falun Dafa este tipo de situaciones se ve extremadamente poco, son aproximadamente un uno por ciento; la mayoría no encuentra esta situación” (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Pensé: "Soy muy desafortunado, me encuentro con una interferencia demoníaca cuando es poco probable que ocurra". Mantuve los ojos cerrados, fingiendo que estaba durmiendo.

Cuando me levanté se lo conté a mi madre. Ella me dijo que enviara pensamientos rectos: si el ser era bueno no afectaría y si era malo, se iría.

A la mañana siguiente, exactamente a la misma hora, de repente me desperté de nuevo. Pensé: "¿Qué pasó? ¿Está aquí otra vez?”. Vino como lo supuse.

Caminó hacia mí desde la esquina izquierda del edredón y se acercó a mi oído derecho. Quité el edredón para que mis oídos no tocaran nada. Gritó mi nombre con una voz muy clara. Me asusté y me senté, luego hice los cinco juegos de ejercicios.

Después de hacer los ejercicios le dije a mi madre: “Volvió otra vez. Envié pensamientos rectos y él no se fue”. Ella dijo: "Tal vez él ha sido enviado aquí a despertarte para que puedas hacer los ejercicios". Estuve de acuerdo con ella porque la voz del ser era muy agradable.

Durante un período de tiempo, el ser vino a despertarme todos los días a las tres de la mañana. Fui muy cooperativo y de inmediato me levantaba a practicar. Confiaba en él y no ponía el despertador, sino hasta unos días después, cuando dejó de venir.

Avanzando más diligentemente

Mis días estaban llenos con el estudio del Fa y los ejercicios, así como con muchas pruebas de xinxing en mis sueños. Estaba tenso y entendí que cultivar no era un juego de niños. Comprendí que Shifu quería que me pusiera al día.

Le dije a mi madre que quería despertar la conciencia de las personas. Ella preparó que la siguiente semana me uniera a dos practicantes en la distribución de materiales de aclaración de la verdad. Estaba un poco nervioso pero seguro de que quería hacerlo.

Ese día llegó. Me arrodillé ante el retrato de Shifu y le pedí fortaleza y el apoyo de otros dioses rectos. Me puse un sombrero y una mascarilla y salí.

Muchos complejos residenciales estaban estrictamente controlados y uno debía tener permisos para entrar y salir. Encontramos un complejo residencial más antiguo y nos colamos por un hueco lateral de la entrada.

Los edificios estaban parcialmente ocupados y no tenían ascensores. Los practicantes me dijeron que dejara los materiales solo si era obvio que alguien vivía allí, por ejemplo, si la puerta estaba limpia o si había un tapete para zapatos. Lo encontré muy fácil, así que distribuí materiales a apartamentos desde el piso superior hacia abajo, unidad por unidad.

Encontré personas que abrían puertas o hablaban por su teléfono celular, pero yo no temía y seguía entregando materiales de Dafa. Tampoco se molestaban.

Después de recorrer seis o siete unidades residenciales me sentí algo cansado, así que comencé a repartir materiales en las calles. Ofrecí los folletos y nadie me cuestionó. La gente los aceptaba y me agradecía. Algunos preguntaban: "¿Esto es budismo? Creo en el budismo". Les decía: "Es la escuela de Buda que salva a las personas. Es bueno para usted. Léalo y haga que su familia también lo lea. Será bendecido". Di la mayoría de mis materiales de esta manera.

Cuando solo me quedaba una copia, quería dársela a alguien joven porque han sido engañados y es menos probable que se salven. Me acerqué a dos jóvenes sentados en la parte de atrás un auto de lujo, pero rechazaron el folleto. Se lo ofrecí a los del frente y también lo rechazaron. Pensé: "Déjalo así. La gente de negocios solo persigue el interés propio y no le interesa lo espiritual”.

Después de encontrar muchos rechazos, vi a un joven que hacía entregas urgentes. Envié pensamientos rectos y me acerqué. Tomó el folleto. Los otros practicantes ayudaron para aclararle los hechos y él los aceptó.

De camino a casa, los otros practicantes dijeron que había hecho un gran trabajo, pero yo no estaba de acuerdo porque no aclaré los hechos cara a cara, ni aprendí cómo hacerlo.

Al llegar a casa, agradecí frente a la foto de Shifu. Shifu estaba sonriendo. Me acerqué para mirar y el Maestro definitivamente me sonreía.

Después de la cena, leí en Minghui Weekly un artículo sobre un criminal que violó a una practicante de Dafa. Lo encontré inconcebible y le pregunté a mi madre. Ella me habló de crímenes aún más crueles. Me asusté y empecé a sentir miedo.

Comencé a sentir que mi madre no estaba dando suficiente atención a la seguridad de los teléfonos celulares. Por ejemplo, cuando hablábamos de proyectos de Dafa o leyendo el Fa, a menudo encontraba su teléfono celular junto a ella.

Pensando que esto podría llevar a que el PCCh espiara nuestras conversaciones, comencé a temblar y me arrodillé frente al retrato del Maestro pidiéndole fortaleza. Pero no funcionó, mis piernas estaban demasiado débiles para estar de pie. Me senté apoyándome en el armario, abrumado por pensamientos humanos.

Mi madre tenía mal genio y cuando vio mi decepcionante comportamiento no quiso consolarme. Me dijo que buscara las respuestas en Zhuan Falun. Al azar abrí el libro donde dice:

"Él lo tuvo en claro instantáneamente, «¡Es el Maestro que me está protegiendo!»” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

“Mis Fashen te protegerán siempre hasta que puedas protegerte por ti mismo; para ese entonces habrás salido del xiulian del Fa Dentro del Mundo y ya habrás obtenido el Dao. Pero debes considerarte un cultivador genuino para lograr esto” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Una y otra vez me preguntaba: "¿Puedes tratarte como a un practicante genuino?". No podía darme una respuesta clara. Me asustaba cada vez más y me quedaba despierto hasta muy tarde. Pensé: "También podría desistir. Es demasiado terrible lo que podría pasar".

Temprano a la mañana siguiente, el ser que solía despertarme todos los días volvió de nuevo. Le dije: "No me despiertes más. Mis piernas están muy débiles para levantarme. Estaba muy insistente y seguía tocando. Me negué a cooperar. No me levanté hasta tarde. La foto de Shifu me miró muy serio. Pensé: “No es mi culpa. Mi madre es muy descuidada con la seguridad”.

Después de eso comencé a sufrir dificultades durante casi 20 días.

Abandonando el apego al miedo

A partir de entonces, como si yo tuviera la razón, critiqué a mi madre constantemente y la culpé por no ser considerada conmigo. Peleaba mucho con ella. Es olvidadiza porque ya no es joven. La culpé en lugar de apoyarla en sus deficiencias.

Si veía que perdía su teléfono celular o cuando dejaba la puerta entreabierta, me enojaba mucho. Cuanto más lo pensaba, más me enojaba y me surgían todo tipo de pensamientos humanos. Todos los días pensaba en dejar la práctica de cultivación. Sentía que no tenía otra opción ya que a nadie le importaba mi seguridad.

Las viejas fuerzas estaban encantadas y seguían poniendo mensajes grotescos en mi cabeza, incluso diciéndome que practicara una forma de cultivación demoníaca. Mi mente estaba desordenada con todo tipo de pensamientos humanos. Como resultado, me relajé. Después de pelear con mi madre durante unos días dejé de hacer los ejercicios y ya no fui al grupo de estudio del Fa.

Aunque mi lado que sabe continuó leyendo el Fa, mi corazón no estaba en ello. Pensé: “Cuando el Fa rectifique el mundo humano, evítame la destrucción porque ahora estoy estudiando el Fa. Por eso no estoy abandonando a los seres conscientes de mi mundo". Incluso quería regresar al trabajo y ganar dinero porque me aburría en casa.

Pasaron muchos días así. A veces peleaba y a veces tenía la mente despejada, pero la mayoría de las veces era controlado por la naturaleza demoníaca. Cuando la envidia surgía, decía cosas muy malas. Sabía que todo había terminado y quería abandonar todo. Me decía: "No eres digno". Sabía que había decepcionado al Maestro y me disculpé con el Maestro. Incluso me abofeteé, pero mi lado demoníaco repetidamente me controlaba.

Una mañana me levanté con la mente despejada. Me dije: "¿No fue todo este alboroto por el miedo que desarrollaste después de distribuir materiales ese día? Levántate de donde caíste. Hazlo de nuevo hoy y comienza desde cero”.

Le pedí al Maestro que me fortaleciera y temblando envié pensamientos rectos. Me puse un sombrero y un cubrebocas e incluso una peluca. Elegí un edificio alto y comencé a repartir materiales desde el piso superior hacia abajo. Constantemente enviaba pensamientos rectos. Esta vez no me encontré con nadie que abriera la puerta.

Después de terminar, recité durante todo el camino a casa para evitar que el miedo reapareciera. Cuando llegué a casa, me sentí aliviado cuando vi al Maestro sonriendo de nuevo.

Comencé a contactar a mis amigos y compañeros de clase para aclararles la verdad cara a cara, para persuadirlos de que renunciaran al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Después de conversar durante varias horas, finalmente hice que alguien aceptara renunciar a las organizaciones.

Aunque mi estado de cultivación era inestable y volvieron a ocurrir episodios negativos, fue mejor que la última vez. Decidí volver al grupo de estudio del Fa.

La noche anterior al estudio grupal del Fa, me enojé nuevamente con mi madre y dije: "No quiero cultivarme más". Incluso planeé decírselo a otros practicantes y hacer que la criticaran como una forma de "ayudarla a mejorar". Quería desahogarme.

En el estudio grupal del Fa, cuando llegaron los practicantes, la energía positiva eliminó mis malos pensamientos. Unas pocas oraciones en una conversación me ayudaron a darme cuenta de que estaba pensando demasiado. Me vi muy mezquino y no quise volver a mencionar esas cosas.

Mi madre compartió su comprensión. Ella mencionó mi estado reciente y sus defectos. De repente me sentí muy mal y otra vez comencé a quejarme de ella, diciendo: "No puedo cultivarme si ella continúa comportándose así".

Otros practicantes dijeron de inmediato: "Niño tonto, no digas esto tan casualmente. Las viejas fuerzas usarán tus palabras en tu contra y le recriminarán al Maestro. El hecho de que pudiste comenzar a cultivarte en esta etapa tardía es porque el Maestro especialmente te ha aprobado. No defraudes la misericordiosa salvación de Shifu”.

Los practicantes me ayudaron a desatar mis nudos y a disolver mis conflictos. Tres de ellos no se fueron hasta que oscureció.

Después de compartir, mi corazón resplandecía y mi cuerpo estaba ligero. Ya no tenía miedo. Cuando me iba, me dijeron: "Mira tu rostro. Estaba malhumorado cuando llegaste, ahora está radiante”. Finalmente pasé la prueba, pero me tomó demasiado hacerlo.

Al llegar a casa de inmediato encontré dos pequeñas pruebas de xinxing. Me tranquilicé y pensé en ello. Cambié mi temperamento y las pasé.