(Minghui.org) Ser sincero es uno de los valores fundamentales que se defienden y respetan en cualquier sociedad civilizada, pero no así en la China actual, que es gobernada por el totalitario partido comunista chino (PCCh) durante los últimos 70 años.

El miedo a la verdad del PCCh

El PCCh teme a la verdad y sobrevivió con el engaño, la violencia y el lavado de cerebro al pueblo chino.

En China, la gente se ve obligada a hacer eco de una sola voz, la del PCCh, por desleal y engañosa que sea.

Los que dicen lo que piensan y defienden la justicia, sin duda sufren las consecuencias. Esas consecuencias pueden incluir ser invitados a una "charla" por la policía como advertencia, ser obligados a hacer una "autocrítica" pública, ser despedidos de su empleo, ser difamados y etiquetados como traidores "antichinos", ser desaparecidos y no volver a ser escuchados, ser detenidos y encarcelados ilegalmente, torturados o incluso asesinados, acosados y tener familiares implicados y castigados. La lista sigue y sigue.

El PCCh parece estar aún más nervioso al oír cualquier voz diferente de su propaganda en medio de la pandemia del coronavirus de Wuhan.

Recientemente, un médico de vanguardia en Hubei recibió un "demérito" del comité de disciplina e inspección del grupo de atención médica Edong del PCCh, y fue removido del puesto de director del departamento de gestión de calidad del grupo de atención médica Edong y subdirector del hospital central.

Se lo acusó de haber realizado comentarios "inapropiados" en Internet sobre temas como el uso de máscaras, la gestión de la cuarentena domiciliaria, los encierros y la medicina china, así como de no haber logrado impedir que sus seguidores hicieran "comentarios difamatorios sobre las políticas estatales de control del coronavirus". La orden oficial decía que cualquier comportamiento de este tipo sería tratado con severidad "sin piedad".

El llamamiento del 25 de abril establece un precedente para la esperanza de China

Bajo el férreo control del PCCh, es virtualmente impensable para cualquier grupo de personas ejercer abiertamente sus derechos de manera pacífica y racional, y mucho menos tener éxito.

Sin embargo, el 25 de abril de 1999 se produjo un hecho increíble cuando alrededor de 10.000 personas salieron a la calle cerca de la oficina de apelación del consejo de estado en Beijing para pedir justicia y exigir la liberación de docenas de practicantes de Falun Dafa detenidos ilegalmente por la policía en Tianjin unos días antes.

Permanecieron en silencio durante todo el día, sin gritar consignas ni mostrar pancartas mientras sus representantes se reunían con el entonces primer ministro y discutían soluciones a los problemas en cuestión.

La gente de la comunidad local, así como los oficiales de policía enviados a vigilar a los peticionarios, quedaron muy impresionados por la calma, integridad y autocontrol de los practicantes de Falun Dafa. Algunos de ellos comenzaron a interesarse por la práctica y se convirtieron ellos mismos en practicantes más tarde.

La reunión con el primer ministro terminó con éxito y el primer ministro accedió a examinar las peticiones de los practicantes de un entorno pacífico para practicar su fe y a liberar de inmediato a los practicantes detenidos en Tianjin.

Al escuchar la noticia, los practicantes de Falun Dafa se fueron tan pacíficamente como habían llegado, recogiendo cada pedacito de basura en el suelo, incluyendo colillas de cigarrillos de la policía.

Fue un evento tan memorable, nunca visto en la historia de China.

Sin embargo, el entonces secretario general del PCCh, Jiang Zemin, calificó el llamamiento pacífico como "un ataque al gobierno central" y lanzó una persecución nacional contra los practicantes de Falun Dafa tres meses después.

Durante los últimos veintiún años, los practicantes de Falun Dafa nunca dejaron de resistir pacíficamente la persecución ante la tiranía. Mucha gente en China viajó miles de kilómetros a Beijing solo para decir las palabras "¡Falun Dafa es bueno!".

El señor Xie Yanyi, abogado chino especializado en derechos humanos que participó en numerosos casos de protección de los derechos, incluidos los de Falun Dafa, tiene en alta estima a los practicantes de Falun Dafa. Hace poco comentó el llamamiento del 25 de abril, señalando que: "los esfuerzos pacíficos de los practicantes de Falun Dafa por aclarar los hechos sobre su fe y la persecución es un gran movimiento iluminado". Esto es algo sin precedentes, nunca visto en la historia de China".

El PCCh no tiene en cuenta el "Estado de derecho" ni la vida humana

El PCCh siempre se colocó por encima de la ley y a menudo actúa en total contradicción con la propia constitución de China.

La corte suprema popular de China emitió nuevas directivas que entraron en vigencia en mayo de 2015, que requieren que las autoridades judiciales acepten y procesen todas las denuncias penales presentadas por ciudadanos individuales.

Desde entonces, hasta 200.000 practicantes de Falun Dafa presentaron denuncias penales contra Jiang Zeming ante la corte suprema, usando sus nombres reales y muchos recibieron una confirmación de recepción de la corte.

Sin embargo, en lugar de hacer que sus denuncias se procesen en el marco del estado de derecho, el PCCh inició otra ronda de persecución a los practicantes que presentaron denuncias.

Los practicantes de Falun Dafa no son las únicas víctimas de la persecución del PCCh; las personas de otras creencias fuera de los límites de las doctrinas del PCCh también sufrieron tremendamente bajo el régimen comunista.

Hay muchos casos de derramamiento de sangre en China cada año: demolición forzosa de propiedades privadas, "prisiones negras" donde los demandantes fueron detenidos ilegalmente y sometidos a abusos violentos y torturas, así como los campos de concentración de Xinjiang.

La gente está especialmente consternada por el flagrante desprecio del PCCh por la vida humana en su manejo del coronavirus de Wuhan, tanto en China como en el extranjero y cada vez más gente empezó a ver al PCCh como lo que es: un espectro maligno con sus tentáculos engañosos y venenosos que se extiende por todos los rincones del mundo, lo que supone un peligro real para los valores fundamentales esenciales para el bienestar de toda la humanidad.

La gente necesita saber la verdad, el mundo entero necesita saber la verdad. El PCCh debe rendir cuentas por sus imperdonables crímenes contra la humanidad.

El espíritu del llamamiento del 25 de abril continuará brillando a través de la oscuridad antes del amanecer.