(Minghui.org) La primera vez que oí hablar de Falun Dafa fue en 1997, cuando una parienta me habló de los milagrosos poderes curativos de la práctica. Me dio una copia de Zhuan Falun. No pensé en cultivarme en ese momento y perdí la oportunidad.

En 2009, me diagnosticaron neutropenia. El síntoma principal es un sistema inmunológico deficiente, lo que hace que los enfermos sean propensos a la infección.

La misma parienta se me acercó de nuevo. Ella me dijo que creer: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" me traería bendiciones.

Mi caótico estado mental me dificultaba la concentración. Traté de no pensar en nada más y enfoqué mi mente en: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Por primera vez decidí leer Zhuan Falun, el libro que guía la cultivación en Falun Dafa. Quedé fascinada por las enseñanzas del Maestro Li Hongzhi (el fundador).

El Maestro dijo:

“El xiulian verdadero requiere el xiulian de este corazón tuyo, y esto se llama cultivar el xinxing” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Quería aprender y seguir los principios del Fa. Creí en el Maestro que ya había limpiado mi cuerpo, por lo que seguí con mis rutinas diarias. Mi salud pronto fue restaurada.

Eliminando el yeli (karma)

Tres meses después de que empecé a practicar Falun Dafa, mi pierna izquierda fue escaldada por agua hirviendo causando una quemadura de tercer grado. Mi familia estaba preocupada por la infección. Hice mis ejercicios diarios de Falun Dafa lo mejor que pude, y la herida sanó en tres semanas.

Tuve una infección en mi dedo anular derecho que me causó dolor e hinchazón. Mi familia me advirtió que, si mi dedo no mejoraba en 48 horas, me llevarían al hospital. Yo sabía que estaría bien. Treinta horas más tarde, el pus verdoso y amarillo drenó del dedo y la hinchazón desapareció.

En cuanto a mi salud general, los resultados de mis análisis de sangre estaban fuera del rango normal. Sin embargo, me encontraba llena de energía y saludable. Los médicos no podían entenderlo y pensaron que era imposible. Sabía que estaba saludable por el asombroso poder de Dafa.

En 2015, raramente experimenté algún yeli (karma) de enfermedad. Las grandes pruebas que siguieron estaban dirigidas a mi sentimentalismo y al apego a mi familia.

Problemas en el hogar

Cuando en 2009 me diagnosticaron neutropenia, el médico no me prescribió ningún medicamento y en su lugar me sugirió suplementos. Como ya estaba practicando Falun Dafa, no sentí la necesidad de tomar los suplementos. Sin embargo, mi decisión causó un alboroto en mi casa.

Mi marido compró algunos suplementos para la salud y llamó a mi hermano y a mi hermana. Intentaron que dejara de practicar Falun Dafa. Pasaron de suplicar a amenazar. Ellos tienen fe en la medicina moderna y creyeron en la propaganda del partido comunista chino contra Dafa.

Sus gritos y acusaciones irracionales me rompieron el corazón aquel día. Me culpé por no poder enfrentarlos con compasión y perdón. En vez de eso, estaba abrumada por la autocompasión. Lloré durante mucho tiempo.

Los problemas con mi hijo

Fui más allá de mi papel de madre. Pero mis sentimientos por mi hijo se habían convertido en un apego, algo que todo cultivador necesita eliminar.

El Maestro dijo:

“Siempre que te aparezca esta u otra clase de interferencia durante el refinamiento de gong, tú mismo tienes que buscar la razón y ver qué cosas tienes que aún no has dejado” (Sexta Lección, Zhuan Falun).

En agosto de 2015, mi marido y mi hijo no me dejaron ir al grupo de estudio del Fa. Exigieron que dejara de practicar Falun Dafa y que tirara todos mis libros de Dafa. Usé toda mi fuerza para proteger mis preciosos libros. Mi hijo me empujó a la cama y me golpeó.

Durante toda mi vida, nadie me había puesto un dedo encima. Mi propio hijo, al que había criado con tanto afecto, me golpeó. Esto me dejó desesperada. Para salvar las apariencias, no hablé de la conducta de mi hijo con nadie. En cambio, sufrí ira y tristeza en silencio.

No me di cuenta de que era una fuerza maligna la que manipulaba a mi marido y a mi hijo para interferir con mi cultivación.

Unos meses después, mi hijo me pidió que dejara de practicar Falun Dafa por segunda vez. Dijo que su novia no lo aprobaba, y él tampoco. Estaba eligiendo a su novia en vez de a su propia madre y me dijo que desapareciera de su vida.

Mi marido se puso del lado de mi hijo. Me presionaron para que eligiera entre mantener la familia unida o seguir practicando. Después de suplicarles con lágrimas en los ojos, amenazaron con destruir todas mis posesiones relacionadas con Falun Dafa y reportarme a la policía.

Se pusieron histéricos cuando intenté razonar con ellos. Declararon que preferirían vender la casa, o incluso sus riñones, y que me trataran en el hospital que permitirme seguir practicando Falun Dafa. Dijeron que mi muerte sería una bendición para todos.

Los gritos continuaron hasta la mañana siguiente. Juraron que cambiarían mi opinión. Mi hijo me atacó en el baño, y de nuevo en la cocina. Mi marido tuvo que contenerlo.

Durante toda esta ordalía, les expliqué la verdad detrás de la persecución a Falun Dafa otra vez. Fue difícil controlar mis emociones. Ellos son mi familia más cercana, pero se habían vuelto contra mí. No me di cuenta de que estaban siendo controlados por la maldad.

Pero lo peor estaba aún por venir. Mi hijo cortó la comunicación conmigo en abril de 2018. Nos llamó una noche de mayo y amenazó con suicidarse si no dejaba de practicar. Mi marido entró en pánico. Lloró y me pidió que me rindiera, pero me negué.

Mi marido llamó a la familia de ambos lados y declaró que nos estábamos divorciando. Él suplicó, maldijo y al final me golpeó. Nuestros familiares no tardaron en llegar. Trataron de persuadirme y me culparon de perturbar la paz familiar. Dijeron que debía obedecer a mi hijo. Esto duró toda la noche.

Me di cuenta de que las fuerzas del mal estaban detrás de todos estos conflictos, manipulando a mi familia para tratar de que dejara mi cultivación y destruir a los miembros de mi familia al mismo tiempo. Envié fuertes pensamientos rectos y le pedí ayuda al Maestro.

"Aceptar la irrazonable demanda de mi hijo sería irracional", les dije a mis familiares. "No es lo correcto. Seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia no está mal". Les expliqué que actuar por miedo, en lugar de actuar basados en lo correcto o lo incorrecto, finalmente les haría daño.

De alguna manera logré pasar esa noche, y mi hijo estaba a salvo. Después de que todos se calmaran, me acerqué a ellos uno por uno. Les pedí que tomaran sus decisiones basadas en lo que era correcto, no por miedo.

Mi hermana dijo: "Tú eres la más sobria, tu hijo está actuando inmaduramente, y tu marido también se alteró". Un hijo que amenaza a su madre con el suicidio para forzarla a cambiar su creencia está completamente equivocado". Los parientes de mis suegros dijeron cosas similares.

Durante aquellos pocos días, hice un gran avance. Mantuve conversaciones exhaustivas sobre Falun Dafa con más de 30 miembros de la familia.

Dejé de lado mi sentimentalismo hacia mi hijo y mi marido. Lo que tengo para ellos ahora es compasión. Ya que son mi familia más cercana en esta vida, no puedo defraudarlos. Dependen de mí para mantenerse conscientes en medio de las distracciones.

Las enseñanzas del Maestro Li me iluminaron:

“Abandonados los apegos, las livianas barcas veloces navegan Con un corazón preocupado, cruzar el océano arduo será” (El corazón sabe, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

“…una rectitud suprime cien perversidades” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Mi relación con mi hijo se restauró. Como ya no es arrogante, fue aceptado en una escuela de postgrado y ahora mantiene un contacto regular conmigo.