(Minghui.org) La ciudad de Wuhan, devastada por el virus, ha estado completamente aislada del mundo exterior durante más de un mes. Todos los recursos, desde los alimentos hasta los suministros médicos, escasean allí. Mucha gente perdió la vida por el coronavirus, y algunos cayeron muertos mientras caminaban por la calle.

En este momento crítico, muchos practicantes de Falun Dafa están haciendo llamadas telefónicas a China para ofrecer esperanza y bendiciones.

Aquí hay dos ejemplos de gente que se sintió mejor luego de hablar por teléfono con practicantes y de renunciar al partido comunista chino (PCCh).

La practicante de Falun Gong, señora Chen, llamó a un hombre en Wuhan y le preguntó cómo estaba.

“¡Hum!”, respondió el hombre.

La señora Chen le comentó que la epidemia del coronavirus es un desastre causado por el hombre y que, en tiempos antiguos, la gente veía tales epidemias como una advertencia del Cielo frente a la decadencia moral y la corrupción. Viendo que el PCCh ha hecho tantas cosas malas en China, le aconsejó al hombre que renunciara al partido y a sus organizaciones afiliadas para que fuera bendecido por el Cielo.

El hombre aceptó.

La señora Chen notó que el hombre tosía continuamente y tenía dificultad para hablar y respirar. Cuando le preguntó si estaba bien, el hombre le dijo: “Siento como si me estuviera por morir”.

La señora Chen entonces le sugirió: “¿Qué le parece si recita dos frases conmigo? Sé que esto ha ayudado a mucha gente. Por favor, diga: ‘Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

El hombre repitió las frases junto con ella por más de diez minutos. Cuando él quedaba sin aliento, la señora Chen continuaba diciéndolas por él.

De pronto, él tosió muy fuerte y luego sintió limpias sus vías respiratorias. Habló con la señora Chen durante 40 minutos más y le agradeció por ayudarlo.

La señora Chen luego llamó a una mujer de unos 70 años, que también aceptó renunciar a las organizaciones afiliadas al partido luego de que hablaran.

Mientras hablaban, la mujer de pronto dijo: “Ahora puedo respirar mucho mejor. ¡Gracias!”.

Luego de que la nuera de la mujer presenciara lo que pasó con su suegra, también aceptó renunciar al PCCh.