(Minghui.org) Han pasado más de 2 meses desde que el coronavirus comenzó a propagarse en nuestra zona. Inmediatamente, la atmósfera se volvió muy tensa. Los practicantes comprendimos que nuestro tiempo para salvar a la gente lo extendió el Maestro con un tremendo sufrimiento. Nuestras familias no querían que nos pusiéramos en contacto con los demás practicantes ni que saliéramos. Pero el tiempo es corto y nuestras oportunidades escasas. Sabíamos que no debíamos sentirnos restringidos por el sentimentalismo; necesitábamos salir rápidamente y salvar a la gente.

Reuní pequeños paquetes de material informativo publicado en la página web de Minghui sobre el virus, y 4 lotes de tarjetas de aclaración de la verdad. Entonces, salimos a distribuirlos.

Superar los desafíos

Durante el proceso, nos topamos con numerosas complicaciones de difícil solución. Si no fuera por el apoyo del Maestro, no habríamos podido superarlas.

Después de imprimir más de 200 copias de los materiales, nos quedamos sin papel y bolsas de plástico. Casi todas las tiendas estaban cerradas. Preguntamos a los otros practicantes si tenían algún material extra, pero todos andaban escasos. La Sra. Li encontró de repente una tienda abierta y compró una caja de bolsas de plástico. La tienda cerró definitivamente al día siguiente.

Como solo los supermercados permanecían abiertos, los practicantes recorrieron uno tras otro, buscando papel de tarjetas. Finalmente encontraron algunos.

Los practicantes que repartían los materiales también encontraron desafíos.

Nuestras historias

El marido de la Sra. Jiang estaba preocupado por la salud de su familia, así que trató de impedir que saliera. Le dijo: "¡Si sales, no te molestes en volver!". Como los autobuses solo pasaban cada 1 o 2 horas y normalmente estaban vacíos, le preocupaba la idea de moverse sin transporte público.

Le pidió al Maestro que la ayudara. Aunque su área residencial estaba cerrada, una persona de cada hogar tenía permitido salir de compras todos los días, con la tarjeta de la entrada. Así que vio su problema resuelto.

La Sra. Wang vive en una gran zona residencial. Al principio, podía ir y venir cuando quisiera, así que no dejó de repartir materiales de aclaración de la verdad. Su área pronto fue cerrada. Pensó: "Todavía puedo salvar a la gente en mi propia área". Pero, como no tenía las tarjetas de entrada a otros edificios residenciales, no podría entrar. Pidió ayuda al Maestro y aclaró la verdad sobre los hechos a las personas responsables de otras áreas residenciales. Después de que conocieron la verdad, dijeron: "Al igual que ustedes, estamos aquí para ayudar a la gente". Finalmente, le dieron una tarjeta de entrada maestra con la que pudo acceder a toda la zona.

La Sra. Wang pegó cintas adhesivas de doble cara para colocar un paquete de aclaración de la verdad en un poste junto a la entrada principal de su área. Cuando el guardia de seguridad la vio, le preguntó: "¿Qué estás poniendo?". Le respondió: "Es para salvar a la gente". El guardia exclamó: "¡Oh, es Falun Dafa! ¡Eso es genial! Para el gobierno salvar a la gente es algo tangible, pero lo que hace usted es intangible. Estamos agotados por el trabajo que llevamos a cabo. Por favor, salve a más gente. Mientras más salve, mejor. ¡Los apoyamos!".

Oportunidades de cultivación

Cuando la Sra. Liu terminó de repartir el primer lote de materiales, fue a la casa de la Sra. Li para conseguir más. Cuando estaba a punto de salir, su nuera la vio y muy disgustada le dijo: "Me parecía bien que viniera a mi casa antes, pero durante esta epidemia, ¡por favor no vuelva! Espere a que termine".

La Sra. Liu mantuvo su xinxing y no se molestó. En lugar de eso, contestó con una voz muy suave: "No volveré por ahora". La Sra. Li se sintió avergonzada por la grosería de su nuera. Pero recordó lo que el Maestro dijo en Zhuan Falun: "Así que ya ganas por cuatro" (Cuarta Lección, Zhuan Falun). Reconoce que si no leyese el Fa todos los días, no habría manejado la situación con tanta calma.

Además de dejar materiales en las puertas de sus vecinos, la Sra. Hao también trata de conversar con ellos cara a cara. Una vecina con la que ya había hablado decidió renunciar a su afiliación al partido comunista chino (PCCh).

Cuando la Sra. Hao le dio un paquete de aclaración de la verdad y un recuerdo, los aceptó con agrado. Cuando volvió a verla al día siguiente, estaba muy feliz y no dejaba de decir: "¡Gracias Falun Dafa!".

Un día, alguien llamó a la puerta de una practicante y su marido la abrió. Era un grupo de personas de la comunidad local, la oficina 610 de la oficina de administración residencial y la comisaría. Cuando preguntaron: "¿Está tal persona en casa?". Su marido respondió: "Está con su hija". Le mostraron un paquete de materiales de aclaración de la verdad y le dijeron: "Solo hay 3 practicantes de Falun Dafa en nuestra comunidad. Los otros 2 tienen 80 o 90 años. Son demasiado viejos para salir. Así que creemos que su esposa está repartiendo estos materiales".

El marido observó los materiales y vio que uno se titulaba: "Gran Compasión". Señaló: "No sé si mi esposa distribuyó esto. ¿Puedo preguntar qué tiene de malo? Todos los hospitales de China están tan llenos que la gente no puede recibir el tratamiento adecuado. ¿Qué tiene de malo que los practicantes de Falun Dafa traten misericordiosamente de salvar a la gente?". Tras no encontrar nada que responder, se marcharon tranquilamente.

Realmente apreciamos el poder y la protección del Maestro. Cada día nos presenta oportunidades para eliminar los apegos y mejorar nuestro xinxing en el proceso de salvar a la gente, así como oportunidades para establecer nuestra poderosa virtud. En la superficie, parece que somos nosotros los que lo hacemos, pero todo lo hace el Maestro.

En este momento crítico en que las viejas fuerzas intentan destruir a más gente, el Maestro nos pidió: "Que todos hagan bien los asuntos que quedan, y avancen al futuro con vuestro proceso de xiulian sin remordimientos" (Al Fahui de Canadá).

Prometemos esforzarnos al máximo para cumplir con lo que el Maestro nos pide, caminar bien el último tramo de nuestro camino, y nunca aflojar. Esta es la única manera de corresponder a la gracia salvadora del Maestro.