(Minghui.org) Tras un mes del cierre de la ciudad de Wuhan, los casos de infección por coronavirus y el número de muertes siguen aumentando cada día.

En Wuhan, una ciudad con 11 millones de habitantes, las calles siguen vacías y las tiendas permanecen cerradas. Todas las actividades sociales se paralizaron. Nadie prevé un pronto final del cierre.

La gente tiene miedo de hablar con otros, temiendo infectarse.

Según un documento interno de la administración de comunicaciones de Hubei obtenido por La Gran Época, todavía hay unas 25.000 personas que huyen de Wuhan cada día, a pesar de la estricta prohibición de viajar, como indican las geolocalizaciones de los teléfonos móviles de los residentes locales.

Pero aquellos que lograron escapar se encuentran con la hostilidad de otras provincias. Algunos fueron denunciados y luego arrestados. Algunos fueron enviados por la fuerza a hospitales, incluso si no mostraban ningún síntoma ni se confirmaba que tenían el virus.

Según un video que circula por Internet, un residente de Wuhan que escapó a la vecina provincia de Hunan fue arrestado. El residente local que lo denunció dijo: "No es que no quiera ser amable contigo, pero vienes de Wuhan y tengo miedo a la muerte".

El brote del coronavirus sacó lo peor de algunas personas.

Según un artículo titulado "Ciudad china acusada de robar máscaras antivirus a un vecino afectado", publicado por Reuters el 6 de febrero, la ciudad de Dalí, en la provincia de Yunnan, interceptó cientos de cajas de máscaras quirúrgicas con destino a Chongqing.

También se informó de incidentes similares en Dalian y Shenyang, en la provincia de Liaoning, y en Qingdao, en la provincia de Shandong.

De "controlable y prevenible" a cierre completo

El 19 de enero, Li Gang, director y médico jefe del centro de control y prevención de enfermedades de Wuhan, dijo durante una conferencia de prensa que la epidemia era "prevenible y controlable".

Cuatro días después, las autoridades de Wuhan anunciaron repentinamente el cierre de la ciudad. Todo el transporte público, incluyendo autobuses, metro, trenes, ferris y vuelos, fueron suspendidos.

Días después, más ciudades de la provincia de Hubei, entre ellas Ezhou, Huanggang, Chibi, Xiantao, Zhijiang, Qianjjiang, Xianning, Jingmen, Dangyang, Huangshi, Enshi y Xiaogan, también fueron cerradas.

La historia de un hombre que huyó de la ciudad

La Voz de América informó sobre la historia de un residente de Wuhan que huyó de la ciudad. La casa del señor Li Xuewen está en el distrito de Hankou, Wuhan. A las 3:00 de la madrugada del 23 de enero, él, su abuela y sus suegros tomaron un taxi al aeropuerto de Tianhe. Había muy pocos vehículos en la carretera, pero cuando llegó a las 4:30 de la mañana, encontró el aeropuerto lleno de gente. Recibió una alerta en su teléfono a las 5:00 a. m. de que todas las autopistas habían sido bloqueadas.

Esa noche, la estación de tren de alta velocidad de Wuhan también estaba llena de gente haciendo cola para cambiar de tren para salir de la ciudad antes del cierre.

Atrapados en Wuhan y sin esperanza

Mientras que algunas personas escaparon de Wuhan tomando los últimos vuelos y trenes, la mayoría de los habitantes seguían atrapados en la ciudad afectada por el virus.

El mismo informe de la Voz de América, que se publicó en Internet el 23 de enero, también cubrió a algunos otros habitantes de Wuhan que quedaron atrapados en su casa.

Un habitante local, el señor Zhang Yi, dijo a la Voz de América que su familia se encontraba en una situación desesperada con la epidemia: su madre de 81 años estaba postrada en la cama y su hijo todavía estaba en la universidad. No les quedaba mucha comida y solo tenían una mascarilla. "Estamos obligados a usar máscaras en lugares públicos. Pero todas las máscaras ya se han agotado. ¿Qué debo hacer?".

El señor Zhang añadió: "El país está ahora en un caos. Los funcionarios solo se preocupan por informar a los superiores, sin ser responsables ante los habitantes".

El señor Liu, otro residente local, también comentó a la Voz de América: "Solo puedes sentir el miedo que tenemos, cuando estás aquí".

A medida que el coronavirus continúa extendiéndose en el país, aparecieron muchos eslóganes de tipo cultural-revolucionario en ciudades y pueblos. Uno de estos eslóganes decía: "El coronavirus no da miedo, siempre y cuando todos escuchen al partido comunista".

Un ciudadano dijo: "Después de todo, el control de la estabilidad es la principal prioridad del partido comunista. No les importa cuánta gente muera".