(Minghui.org) Soy el pilar técnico de mi empresa. Como practicante de Falun Dafa, naturalmente evito ser codicioso, trato de renunciar al interés propio y siempre trato de considerar primero a los demás. Mi jefe aprecia mi enfoque y confía en mí. Siempre me consulta cuando la compañía tiene grandes decisiones que tomar.

Identificando el miedo al apego

Sin querer, molesté a los colegas de otro departamento en una reunión. Me preocupé después y me culpé. Me sentí lleno de culpa y decepción, y mi corazón estaba dolido. Supuse que el Maestro empujó mis apegos a la superficie, así que miré hacia adentro. Encontré los apegos de presumir, el exceso de entusiasmo, la búsqueda de fama, la alta autoestima y el defenderme. También fallé en la preparación de mi discurso.

Envié pensamientos rectos para deshacerme de los apegos. Sin embargo, en lugar de mejorar, mi triste estado de ánimo se hizo más pesado y el dolor de mi corazón empeoró. Me sentí preocupado e intranquilo. No dejaba de pensar: "¿Por qué estoy en un estado tan doloroso? ¿Cuál es el factor fundamental detrás de esta situación?".

Me di cuenta de que el principal problema era el miedo. Tenía miedo de ser calumniado por colegas a mis espaldas. Quería mantener mi buena reputación y mi comportamiento estaba influenciado por la cultura del partido comunista chino. De inmediato quise deshacerme de este apego, pero me seguía doliendo el corazón. Le preguntaba al Maestro en mi mente: "¿En qué me equivoqué? Por favor, déjeme saber y lo corregiré".

Tuve una reunión con un compañero practicante, así que dejé el trabajo y me subí al autobús para ir a su casa. En el camino, pensaba: "Maestro, no puedo llevar este mal humor a la casa de un practicante. ¡Tengo que volver al camino lo antes posible!". Di un paso atrás mentalmente y traté de ver la situación con calma.

Vi por qué estaba ansioso. Temía que mis apegos me llevaran a hacer cosas que no estuvieran de acuerdo con el Fa, así que siempre estaba alerta y continuamente tomaba precauciones para evitar pequeñas equivocaciones. ¡Mi apego era que tenía miedo de tener un apego!

Al darme cuenta de esto, me sentí relajado física y mentalmente, y el dolor en mi corazón desapareció al instante. ¡Mis pensamientos negativos y mis pesadas preocupaciones se desvanecieron! El autobús llegó a su destino y caminé felizmente hasta la casa del practicante.