(Minghui.org) Tuve la suerte de empezar a practicar Falun Dafa, en mayo de 1998, durante mi madurez. He estado practicando durante más de 20 años. Ahora soy una anciana. Durante este tiempo, el partido comunista chino (PCCh) me persiguió muchas veces, pero al encontrarme bajo la bendición y protección del Maestro Li, pude superar todas aquellas dificultades creyendo con firmeza en Dafa.

Durante mi cultivación, cuando no entendía con claridad el Fa o me encontraba en grandes dificultades, el Maestro me daba pistas de diferentes maneras. Bajo su compasiva protección, las cosas malas siempre se convertían en buenas, a medida que me volvía más madura, virtuosa y honesta.

El 18 de julio de 2018, por la tarde, las oficinas de seguridad nacional y de seguridad pública de la ciudad de Jilin y la ciudad de Shulan activaron a todas sus fuerzas policiales con el objetivo de arrestar a los practicantes de nuestro pueblo y de las localidades vecinas. Solo en nuestro pueblo, arrestaron a más de una docena de practicantes, aunque varios lograron evitar que los capturaran.

Cuando lo escuché, sentí como si el cielo se derrumbara. Me sentí muy deprimida y conturbada. Fui a visitar a varios practicantes pero no encontré a ninguno. Así que regresé a casa, me arrodillé frente al retrato del Maestro y dije en voz alta: "Maestro, han arrestado a nuestro coordinador local y los compañeros practicantes. He decidido exponer el mal y hacer cuanto haga falta desde este momento. Por favor, ayúdeme a encontrar a los compañeros que lograron escapar".

En cuanto tuve este pensamiento, el Maestro me ayudó. Media hora después, una compañera practicante llegaba a mi casa. Me dijo que como la estaban siguiendo le resultaba difícil contactar conmigo. Me indicó lo que debía hacer a continuación.

Pasé algunos días sin ver a ningún otro compañero. Sentí miedo y no salí a aclarar la verdad durante algunos días. Me sentía muy mal.

Un río cuyo caudal fluye hacia lo alto

Una noche, tuve un sueño. Vi un río muy ancho divido en dos partes. Me paré en la orilla de una de las mitades. El agua parecía casi inmóvil. En la otra mitad el agua fluía de manera turbulenta, pero en sentido contrario. Me pareció extraño... ¿Por qué el agua del río no desciende montaña abajo? Era la primera vez que veía que un río fluyera en dirección contraria, hacia arriba. Cuando me desperté podía recordar el sueño con claridad, pero no sabía qué significaba.

Dos días después, viendo que no me iluminaba, el Maestro Li hizo surgir una pista en mi mente: "No permanezcas en los remansos, ve río arriba, no te dejes arrastrar por el caos". Lloré y le di las gracias al Maestro por darme aquella pista. Prestaría atención a lo que me dijo.

Me di cuenta de que no podía permanecer así, tenía que alzarme, deshacerme de mis miedos y salir con pensamientos rectos a salvar a la gente. Esa era mi misión y mi promesa. Desde entonces, he estado aclarando la verdad tal y como hacía.

Viendo que había vuelto a aclarar la verdad, algunas personas reaccionaron negativamente: "¿Así que todavía sigues hablando de eso? Hace algunos días, arrestaron a mucha gente. ¿No tienes miedo de que te arresten? ¿Por qué no te arrestaron?".

Permanecí inamovible. Todos los días salía a explicar los hechos a los predestinados, daba todos los folletos y repartía los ejemplares que llevaba del El objetivo final del comunismo a la gente que conocía.

Cuando llegó el invierno, fui a otros pueblos para conseguir calendarios y materiales de Falun Dafa que distribuir. La mayoría de mis compañeros también ajustaron y rectificaron sus modos de pensar y, gradualmente, comenzaron a ayudar a salvar a la gente.

Abandonando el egoísmo durante la pandemia

El virus PCCh (neumonía de Wuhan) atacó durante el Año Nuevo Chino de 2020. Me di cuenta de que la rectificación del Fa se aceleraba y el tiempo se agotaba. Realmente, comprendí las enormes responsabilidades que carga un practicante de Dafa durante este período y que debía deshacerme del egoísmo y salir a salvar a la gente.

Durante las vacaciones, los trabajadores y los estudiantes suelen volver a sus hogares para celebrar el Año Nuevo. Decidí distribuirles materiales para que más gente pudiera conocer la verdad. Todos los días, buscaba a gente predestinada en el mercado. Me mantuve ocupada hasta la mañana de la víspera de Año Nuevo.

La familia de mi tercera hija vino a casa para celebrar el Año Nuevo Chino. Mi hija dijo: "Mamá, ¿estás comprando comida? Cuando te busqué, no te encontré. Te habías ido a algún lugar a aclarar los hechos a alguien sobre Falun Dafa. La pandemia es muy grave ahora. Es Año Nuevo. No salgas. ¡No organicemos el estudio del Fa en nuestra casa por un tiempo! ¡Tus compañeros practicantes ni siquiera usan sus mascarillas y tenemos un niño en casa!".

Mi yerno parecía aún más preocupado. Les dije: "No tengáis miedo. Todos ustedes han renunciado al PCCh y saben que Dafa es bueno, así que ningún virus les infectará".

También miré hacia adentro. Somos practicantes de Dafa. El Maestro nos pide que siempre pensemos en los demás en vez de apegarnos a nuestras propias ideas e irnos a los extremos. Así que me quedé en casa unos días y estudié el Fa para mejorarme.

A medida que la pandemia se extendió, muchos lugares se confinaron. Mi hija tenía miedo de no poder volver a su casa, así que se marchó el quinto día del Año Nuevo.

Se sentía preocupada y me pidió muchas veces que no saliera. Le dije: "Puedes estar segura de que tu madre tiene gong (energía de cultivación) y que ningún virus le infectará. Nuestra misión consiste en salvar a la gente, así que no podemos quedarnos en casa".

Los folletos sobre la pandemia habían llegado. ¿Cómo podía quedarme en casa? Así que me puse una mascarilla y salí a ayudar a salvar a todos los que conocía. La puerta de nuestra comunidad estaba cerrada con llave, pero alguien había puesto una escalera en la esquina del muro, lo que me resultó muy conveniente. La usé para salir.

Enviaba pensamientos rectos y le pedí al Maestro que me fortaleciera. Cada día elegía una ruta diferente. No importaba el camino que tomara, siempre me encontraba con algún predestinado.

La pandemia está cambiando las nociones de la gente. La mayoría de la gente decía "gracias" tras aceptar uno de mis folletos. Algunos incluso me aconsejaban que fuera cautelosa, aunque, por supuesto, había otros que no los aceptaban.

Un día, en la puerta de un mercado, había una señora de 70 años. En cuanto la vi, me di cuenta de que le había contado los hechos antes, así que me acerqué a hablarle. Me agarró del brazo y me dijo: "¿Sabes cuándo terminará la pandemia?".

Le respondí: "No tenga miedo. Ya ha renunciado al PCCh. Le daré algunos folletos. Puede tomarlos para saber qué hacer. Después de leerlos, por favor, páselos y ayude a que se salven más personas". Aceptó, tomó los materiales y se fue con una sonrisa de satisfacción.

Varias personas me preguntan lo mismo: ¿cuando acabará la pandemia?. Todos los seres están esperando que los practicantes de Dafa los salven. El Maestro está cargando un inmenso yeli (karma) por todos los seres. ¿Qué no podemos abandonar?

Somos mensajeros divinos y practicantes con una misión y debemos salir y ayudar a los seres conscientes para que se salven. Cuando realmente me abro paso y cumplo mis votos cada día, me siento muy satisfecha y aliviada. No resulta tan difícil, en absoluto.

Un día, estaba nevando. Pensé que habría menos gente en la calle, así que no salí sino que estudié el Fa en casa. Pero no logré aprender nada. Sentía que algo no andaba bien. Tal vez alguien estaba esperando que lo ayudara para salvarse. Así que me puse una mascarilla, tomé una bolsa con materiales y salí.

Cuando abrí la puerta, vi a un hombre de unos 60 años en el patio de la comunidad. Le dije: "¿Va a salir a comprar verduras? Puede salir por aquí". Me dijo: "No quiero salir, solo estoy dando un paseo".

Le comenté: "La pandemia es muy grave ahora mismo. Tengo el secreto para estar a salvo. ¿Le gustaría echarle un vistazo a esto?". Sonrió y tomó un folleto.

Una mañana, pensé: "¡Maestro! Hay muy poca gente en las calles. Sería bueno que alguien predestinado se acercara para que le contara la verdad".

Al día siguiente, salí a caminar por el lado oeste. Solo vi a tres personas, pero cuando me acerqué, uno me sonrió y dijo: "Escuché que tienes un pequeño reproductor de audio que cuenta la verdad sobre Falun Dafa. ¿Puedo escucharlo?".

Le pregunté cómo lo sabía. Dijo que alguien se lo había dicho. Tenía un reproductor de audio en mi bolsillo, pero había policías revisando los vehículos en la cercanía. No parecía sensato usar el reproductor de audio allí. Así que me aseguré de que había un coche entre nosotros y la policía y luego reproduje la pista de audio. También le di algo de información.

Pensé mientras me alejaba: "No lo conozco en absoluto. ¿Cómo me conocía? Todo el mundo sabe que cuento la verdad para salvar a la gente. ¿Qué pasaría si la policía se entera?".

Me asusté y me perturbé. Fui directamente a casa de un compañero y le conté mis preocupaciones. El practicante dijo: "Estudia el Fa y, en consecuencia, ajusta tu mente".

Después de leer dos lecciones, de repente recordé que le pedí al Maestro que dejara que la gente predestinada viniera a mí, a conocer la verdad. ¿No había sido esa una de aquellas personas? El Maestro lo arregló, aún así, yo tuve miedo.

Creí que me importaban todos los seres conscientes. ¡Pero mira cuántas nociones de persona común emergieron tras este encuentro! Me di cuenta de que tenía que cambiar mi forma de pensar. Alguien toma la iniciativa de buscar la verdad... ¿No es esto un reflejo del progreso de la rectificación del Fa? ¿No hay menos maldad que controla a la gente ahora? ¡Debería corregirme rápidamente!