(Minghui.org) A partir del 1 de octubre de 2020, el número de muertos por COVID-19 ha superado el millón y hay más de 34 millones de personas infectadas en todo el mundo. Los Estados Unidos y la India tuvieron la mayor cantidad de casos notificados. Desde mayo y junio, el número de casos sigue aumentando, y muchos países de América Latina registran altas tasas de infección, mientras que algunos países europeos están experimentando ahora la segunda oleada de la enfermedad.

Los científicos e investigadores de todo el mundo se apresuran para saber más sobre el virus y sus repercusiones en la salud humana. Incluso cuando se están realizando ensayos clínicos de vacunas, todavía hay muchas incógnitas sobre el coronavirus y su efecto en los seres humanos.

El origen del virus

La primera infección por coronavirus conocida se detectó en Wuhan en diciembre de 2019. El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan emitió un aviso urgente a las instituciones médicas locales, en el que advertía que algunos compradores del Mercado de Mariscos de Huanan habían presentado síntomas de neumonía. Al día siguiente, el mercado se cerró para una limpieza y desinfección a fondo.

Sin embargo, algunos expertos creen que al desinfectar el mercado, las autoridades destruyeron efectivamente cualquier pista que pudiera llevar a los científicos al origen del virus. Shi Zhengli, un científico del Instituto de Virología de Wuhan, dijo en el Foro de Salud de Beijing el 18 de septiembre de 2020, respecto al coronavirus: "Sabemos que es muy importante encontrar el origen del virus. Desafortunadamente, puede que nunca lleguemos a descubrirlo".

El panorama tan sombrío que plantea Shi es inusual. Shi y su equipo habían pasado ocho años buscando la fuente del brote de SARS de 2003 y finalmente encontraron lo que se cree que es el origen del SARS en una cueva de murciélagos en la provincia china de Yunnan.

Se cree en general que el coronavirus se originó en China. Algunos piensan que el virus provino de un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan; otros creen que el virus provino de murciélagos salvajes y que pasó a los seres humanos a través de huéspedes intermedios.

El gobierno comunista chino, por otro lado, culpa a los Estados Unidos por iniciar el virus. Un portavoz del ministerio de relaciones exteriores chino incluso acusó a las Fuerzas Armadas de EE. UU. de llevar el virus a Wuhan durante los Juegos Mundiales Militares. El gobierno de los Estados Unidos ha negado firmemente todas esas afirmaciones.

La propagación del virus

Durante los primeros días del brote, el gobierno chino restó importancia al peligro del virus y censuró a cualquiera que expresara opiniones diferentes. No fue hasta el 20 de enero que el gobierno chino admitió públicamente que el nuevo coronavirus podía propagarse entre humanos. Tres días después, Wuhan fue cerrado y aislado. Para entonces, 5 millones de personas habían huido de la ciudad, llevando el virus por toda China y al resto del mundo.

Nueve meses después de la pandemia COVID-19, el virus se ha extendido a casi 200 países y el número de casos de infección sigue aumentando. Los científicos han aprendido mucho sobre el virus y la enfermedad que causa. Algunas de las primeras suposiciones han demostrado ser ingenuas. Por ejemplo, en un principio se pensó que los niños no desarrollaban síntomas tan graves como los de los adultos. Sin embargo, un informe semanal de morbilidad y mortalidad del CDC (MMWR) del 7 de agosto mostró que los niños sí contraen la enfermedad. Aunque la tasa de hospitalización pediátrica es menor que la de los adultos, uno de cada tres niños hospitalizados fue admitido en la unidad de terapia intensiva.

El COVID-19 parece infectar a jóvenes y a personas sanas al igual que a los ancianos y a los que tienen enfermedades preexistentes. Muchos esperaban que, al igual que la gripe, el clima cálido del verano lo dominara. Aunque la propagación se redujo durante abril y mayo, en gran parte debido a los estrictos cierres que se han llevado a cabo en muchos países, la enfermedad no parece estar debilitándose en el corto plazo.

Efectos complicados y duraderos del virus

Los médicos observaron desde el principio que el coronavirus afecta a algo más que a los pulmones. Los pacientes pueden experimentar problemas en sus intestinos, cerebro, riñones, páncreas, corazón y vesícula biliar. Puede causar ataques cardíacos, apoplejías, falta de flujo sanguíneo a los intestinos, inflamación en los dedos de los pies, etc.

En un artículo publicado por investigadores italianos en septiembre sobre Gastroenterología y Hepatología Clínica, un tercio de los pacientes también experimentaron diarrea, náuseas y dolor abdominal. En otro artículo publicado en BMJ de un estudio de 1.000 pacientes en un hospital de Nueva York, el 78% de los pacientes de la UTI desarrollaron daño renal agudo. Los investigadores también encontraron que entre el 7 y el 31% de los pacientes experimentaron algún tipo de daño cardíaco por COVID-19. "Los pacientes con COVID-19 grave tienen una alta incidencia de paros cardíacos y arritmias, según descubrieron recientemente los científicos de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania", según un informe de junio de STAT.

Además, algunas personas aún dieron positivo mucho tiempo después de recuperarse de COVID-19, planteando la pregunta: "¿Siguen siendo contagiosos?". Los expertos creen ahora que el test PCR (a la reacción en cadena de la polimerasa), que busca fragmentos del ARN del virus en la mucosidad extraída de la parte profunda del pasaje nasal, no puede distinguir entre el virus completo capaz de infectar a alguien y los desechos virales que se desprenden después de una infección.

"Alguien que dé positivo con el PCR, especialmente después de haberse recuperado, sobre todo si han pasado semanas y semanas desde su recuperación, no es probable que siga siendo contagioso", dijo Maria Van Kerkhove, la principal experta en coronavirus de la OMS. De acuerdo con las directrices de los CDC, se puede considerar que las personas se han recuperado y que no son contagiosas a los 10 días de iniciados los síntomas, siempre y cuando hayan estado libres de síntomas durante tres días.

Sin embargo, las pruebas están demostrando que la vida está lejos de "volver a la normalidad" después de que los infectados supuestamente se han recuperado. En un artículo publicado en Atlantic, el autor Ed Yong habló de una mujer que estuvo enferma con COVID-19 en marzo y que aún experimenta fatiga extrema, venas abultadas, moretones excesivos, un latido cardíaco errático, pérdida de memoria a corto plazo, problemas ginecológicos, sensibilidad a la luz y al sonido y niebla cerebral después de cinco meses.

El artículo también decía: "En un estudio italiano, el 87 por ciento de los pacientes hospitalizados todavía presentaba síntomas después de dos meses; un estudio británico encontró tendencias similares". Un estudio alemán que incluyó a muchos pacientes que se recuperaron en casa encontró que el 78 por ciento tenía anormalidades cardíacas después de dos o tres meses".

No es sorprendente que un informe de los CDC publicado el 24 de julio dijera que el COVID-19 "puede resultar en una enfermedad prolongada incluso entre personas con enfermedades más leves de pacientes externos, incluyendo a adultos jóvenes". Debido a que la mayoría de las investigaciones se han centrado en las etapas iniciales de la infección, se han realizado muy pocos estudios sobre los efectos a largo plazo de la infección o la posibilidad de reinfección.

Preguntas sobre la inmunidad y las vacunas

Los investigadores de Hong Kong informaron por primera vez de un caso confirmado de reinfección de COVID-19 el 24 de agosto, lo que plantea interrogantes sobre la durabilidad de la inmunidad. Desde entonces, ha habido informes de reinfección en Bélgica, Holanda y los Estados Unidos.

Todavía no está claro cuánto tiempo puede durar la inmunidad después de la infección y recuperación. Algunos expertos creen que las personas generalmente se volverán susceptibles de contagio después de algún tiempo. "Lo que sabemos de otros coronavirus es que aunque se produce una respuesta inmunológica -de lo contrario no habría recuperación- la protección no parece ser de por vida, sino que solo dura tal vez un año o dos", dijo Van Kerkhove de la OMS. Sin una vacuna eficaz y una aplicación amplia, los expertos creen que es probable que haya más reinfecciones.

La investigación de la vacuna para COVID-19 se ha acelerado con varios ensayos clínicos que ya se están llevando a cabo. Sin embargo, los expertos advierten que el desarrollo de una vacuna eficaz no es fácil. Por ejemplo, las vacunas contra la gripe han estado disponibles durante décadas, pero la enfermedad todavía se cobra unas 50.000 vidas cada año solo en los Estados Unidos. Dado que la población infectada por el coronavirus es tan grande, ni siquiera una vacuna moderadamente eficaz podría evitar todas las muertes.

Otro factor es el aumento de la dependencia de los anticuerpos, en el que un número bajo de anticuerpos podría ayudar a la entrada del virus en las células, haciéndolo más mortal. En un artículo titulado "Los desarrolladores de vacunas contra el Coronavirus desconfían de los anticuerpos errados" publicado en Nature, el autor advirtió: "Las vacunas que generan anticuerpos contra el SARS-CoV-2 pueden unirse al virus sin neutralizarlo". Si esto sucediera, los anticuerpos no neutralizantes podrían mejorar la entrada del virus en las células y la replicación viral y terminar empeorando la infección en lugar de ofrecer protección".

Como señaló un reciente artículo de Minghui: "Sin embargo, descubrimientos recientes indican que desde sus mutaciones genéticas hasta su ruta de propagación, y desde sus síntomas hasta su daño al sistema inmunológico, el coronavirus es cualquier cosa menos una enfermedad normal y plantea un desafío significativo a la investigación de la vacuna".

Más allá de la ciencia moderna

La cultura tradicional china cree que la mente y el cuerpo están conectados. Cuando los estándares morales de una persona son altos, su cuerpo es naturalmente resistente. Cuando el Emperador Amarillo preguntó al médico de la corte Qi Bo cómo prevenir las plagas, Qi Bo respondió: "Cuando una persona tiene un qi (energía) recto residiendo en su interior, ningúna perversión es capaz de invadir". Y para obtener o mantener el qi recto, uno debe conducirse con un alto estándar moral.

En la ciencia moderna, la relación entre la mente y el cuerpo también es ampliamente reconocida. Según una encuesta aleatoria realizada por el Instituto Osher de Harvard en 2004, el 19% de los adultos de los Estados Unidos habían utilizado al menos una terapia de cuerpo y mente durante el último año. "La meditación, la visualización y el yoga fueron las técnicas más utilizadas", detallaba el informe.

Uno de esos sistemas que mejora la mente y el cuerpo es Falun Dafa. También conocido como Falun Gong, es una práctica basada en cinco ejercicios y en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Ya en 1998, una encuesta a más de 10.000 practicantes de Falun Dafa en la provincia de Heilongjiang mostró que el 95% de los encuestados reportaron una notable mejoría en su salud después de comenzar a practicar Falun Dafa.

Sin embargo, en los últimos 21 años, decenas de millones de practicantes de Falun Dafa en China han sido severamente perseguidos por el partido comunista chino. Esto ha llevado no solo a incontables tragedias para los practicantes y sus familias, sino también a la degeneración moral en China.

Cuando la gente conoce sobre Falun Dafa, la gran mayoría elige apoyar a los practicantes inocentes en su creencia a pesar de la persecución. Siguiendo su conciencia, han sido bendecidos. Según un informe publicado en el sitio web de Minghui, hay personas en China que se han recuperado del coronavirus recitando: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".