(Minghui.org) Si observamos solo la primera mitad de mi vida, la gente me consideraría una persona desafortunada. Por eso estoy tan agradecida al Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) porque Falun Dafa cambió completamente mi vida.

Mi familia adoptiva

Nunca conocí a mis padres biológicos. China se encontraba en medio de la hambruna en 1961 cuando nací. Mis padres adoptivos eran campesinos pobres y la leche para bebés era muy cara. Sobreviví con leche en polvo espesada con harina. Como era una niña desnutrida, siempre estaba enferma.

Aunque mis padres adoptivos eran muy amables conmigo, sus parientes no lo eran. Los tíos, tías y primos nunca me consideraron un miembro de su familia. Podía escuchar sus fuertes susurros durante las reuniones familiares. Por primera vez experimenté odio y comencé a desarrollar una baja autoestima. Me volví callada y retraída. Solo quería crecer rápidamente y abandonar la familia.

Matrimonio decepcionante

Conocí a mi marido cuando tenía 22 años. Era muy atento y tenía buen temperamento. Al principio, sus padres se opusieron a nuestro matrimonio debido a mi mala salud. Finalmente, nos casamos tres años después.

Una vez más, mi nueva familia me trataba como a una extraña. Mis suegros me revisaban constantemente para ver si cometía algún error. Al principio, controlaban su temperamento. Un año después de casarnos, mi suegra me pegó. Exploté de ira. Después de eso, las discusiones diarias y las peleas físicas entre nosotras se convirtieron en algo rutinario, y continuaron durante más de diez años.

Me sentía frustrada. Mi sueño de tener una familia feliz se hizo añicos. A medida que mi corazón se hacía más pequeño, mi temperamento empeoraba. Me llenaba de odio cuando mis suegros estaban cerca. Mi mal humor perjudicó mi salud. Desarrollé úlceras y el insomnio me mantenía despierta toda la noche.

Sufrí una anemia aguda cuando estaba embarazada de mi segundo hijo. El rango normal de hemoglobina para las mujeres es de 12.0 a 15.5 gramos por decilitro. El mío era de 5,5 gramos por decilitro. No podía respirar cuando me acostaba. Mis encías y mi piel eran tan blancas como el papel. Tuvimos que pedir dinero prestado para mis tratamientos. Mi pelo se volvió gris. Aunque solo tenía 32 años parecía que tenía 50.

Cuando me dieron el alta del hospital, estaba tan débil que no podía hacer ninguna tarea doméstica. Mi esposo trabajaba solo en la granja. Al final del día, tenía que cocinar y cuidar de nuestros dos hijos pequeños y de mí. Adelgazó y envejeció muy rápidamente. Nuestra situación me atormentaba y ¡me preguntaba si este sufrimiento continuaría por el resto de mi vida!

Me dan a conocer Falun Dafa

Mi cuñada nos visitó en el otoño de 1998. Me sugirió que me concediera una oportunidad con Falun Dafa.

Unos meses antes, su esposo me había regalado un ejemplar de Zhuan Falun y lo leí. El libro hablaba de cómo ser una buena persona y de que debemos vivir de acuerdo con los principios de la Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Decidí practicar.

Ese invierno, mi cuñada vino a enseñarme los ejercicios. Me dijo que el Maestro Li le estaba insinuando que me enseñara los ejercicios, porque, en los últimos días, me veía en su mente cada vez que hacía la meditación sentada. Empecé a practicar Falun Dafa.

Unos días después, en nuestra reunión familiar, mi suegra hizo un guiso con patatas, fideos, tofu y pasteles de arroz espeso. Mi cuñada me dijo: "Vamos a comer. Los practicantes de Falun Dafa pueden comer cualquier cosa, no hay problema".

Durante años solo podía comer bollos al vapor. Cualquier otra cosa me resultaba demasiado difícil de digerir. Abandoné mi miedo y probé todo lo que había en la mesa.

Esa noche, dormí muy tranquila. Mi estómago no me dolió ni si quiera un poco. Comí un gran tazón de fideos a la mañana siguiente. Mi estómago siguió sin dolerme. A partir de ahí dejé de sufrir dolores de estómago.

Empecé a estudiar el Fa y a hacer los ejercicios todos los días. Siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, trataba a todos bondadosamente y buscaba mis propios errores cuando los conflictos surgían. La lucha por ganancias insignificantes era una cosa del pasado. En menos de seis meses, me convertí en una persona saludable por primera vez en mi vida.

Mi familia se beneficia de Dafa

Nuestra familia se mudó en febrero de 1999. Empecé a cultivar verduras en un terreno alquilado. Mi marido elaboraba azulejos. Mis ingresos por cada cosecha eran cuatro veces mayores que los de mi marido. Al año siguiente arrendamos más tierra. En la época de la cosecha, recolectábamos los cultivos desde las tres de la mañana hasta las nueve de la noche. Pasé de ser una persona enferma a una trabajadora fuerte. Mi mal temperamento desapareció. Me convertí en una persona nueva.

Nuestra granja de hortalizas funcionaba tan bien que pagamos todas mis cuentas médicas. Tuvimos dinero extra para ayudar a nuestros dos hijos a empezar con sus propias familias y también construimos un invernadero en nuestra granja.

Los rencores se resolvieron

El maestro nos dijo:

"Por eso he dicho que todos los seres humanos de hoy han nacido con ye acumulado sobre ye. Además del ye de enfermedad, una persona también tiene otras clases de yeli. Por eso la gente tiene sufrimientos, tribulaciones y conflictos en sus vidas. ¿Cómo les es posible buscar sólo la felicidad sin pagar sus deudas de ye? Los humanos de hoy tienen tanto ye que están empapados con ello y podrán encontrarse con adversidades en todo momento y en todas las situaciones. Cuando quiera que una persona salga de casa, habrá algo malo esperándole. Sin embargo, la gente no tolera a otros cuando están en conflicto y no se dan cuenta de que están pagando el ye contraído por ellos mismos en el pasado. Si una persona no es tratada bien por otros, él le tratará a otros aún peor, por tanto producirá ye nuevo antes de pagar el yeli antiguo. Esto hace que los valores morales de la sociedad declinen día a día y cada uno toma a los demás por un enemigo inmediato. Hay también muchos que no entienden este fenómeno: ¿qué le pasa a la gente de hoy? ¿Qué le pasa a la sociedad de hoy? ¡Si la humanidad sigue así, estará en un terrible peligro!" (Ye de enfermedad, Escrituras esenciales para mayor avance).

Después de que empecé a practicar Falun Dafa, me di cuenta que la razón por la cual otros me trataron mal era debido al yeli. Tengo que pagar lo que debo. Mi disgusto por mis suegros disminuyó. Comencé a comprarles regalos y los visitaba durante las fiestas. Empecé a tratarlos como si fueran mis propios padres.

Al principio, mis suegros no podían entender por qué practicaba Falun Dafa. Poco a poco, comenzaron a apoyarme, cuando vieron los cambios positivos en mí.

Desde que mi suegra falleció, mi suegro come con la familia de mi cuñada y con nosotros. Cuando es mi turno de cocinarle, le preparo lo que quiere comer. Cuando no se siente bien, le pido a mi marido que le traiga sus platos favoritos. No hubiera podido olvidar tan fácilmente su mal comportamiento si no fuera una practicante de Falun Dafa. Mi suegro a menudo dice: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

También pude olvidar y perdonar los malos sentimientos y las heridas que me infligió mi familia adoptiva. Mis tíos, tías y primos ahora me tratan como a una más de la familia.

Me es imposible devolverle al Maestro Li lo que hizo por mí. Lo único que puedo hacer es ser una practicante diligente y seguir la guía del Maestro en mi camino de cultivación.