(Minghui.org) Cuando una gran compañía me contrató recientemente me encontré con un apego que siempre pensé que tomaba ligeramente: la lujuria. Todos los colegas varones con los que trabajo recibieron una buena educación y cuentan con altos salarios. A veces, no sabía cómo equilibrar mi relación con ellos. Uno incluso llegó a mostrar interés por mí.

Un mes después de empezar a trabajar, controlada por el apego a la lujuria hice algo que no está en consonancia con los estándares del Fa. Aunque intentaba memorizar y recitar Zhuan Falun, no podía controlarme. Leí artículos de intercambio de experiencias en la página web de Minghui, sin éxito. Tampoco me ayudaba participar en el estudio del Fa grupal. Es más, solo hace poco logré dejar de pensar en la lujuria.

Lo conseguí después de tener dos sueños en los que la policía me perseguía para arrestarme. No importaba lo mucho que lo intentara, nunca podía escapar.

Al día siguiente, mientras hacía los ejercicios de Falun Dafa decidí eliminar completamente la lujuria y no permitir que volviera a ocupar mi mente. En ese momento, mis verdaderos pensamientos se separaron del pensamiento de la lujuria, y pude ver que el pensamiento de la lujuria no era de mi verdadero ser. Por el contrario, el apego a la lujuria no era nada más que una noción, a la que seguía porque la consideraba como parte de mí.

Si quería eliminar completamente los pensamientos lujuriosos, lo primero que tenía que saber distinguir es que no provenían de mí. Mi verdadero ser no persigue nada. No importa qué emoción o imagen apareciera en mi mente, se debía a la lujuria, a la cual necesitaba destruir. Eliminar la lujuria también acabó con la interferencia de las viejas fuerzas.

Después de aquello, mis pensamientos se calmaron y me libré completamente de ser controlada por la lujuria.

El Maestro Li dijo: "La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu" (Primera Lección, Zhuan Falun).

En el proceso de eliminar la lujuria, obtuve un nuevo entendimiento del Fa. Como practicantes, debíamos abandonar este apego para que el Maestro nos ayudara.

El Maestro también explicó:

"Para practicar la cultivación, una persona se tiene que encontrar a sí misma y cultivarse a sí misma. Si eres capaz de distinguirte a ti y pensar, ‘estos no soy yo. Si tú quieres, piensa pues, pero yo mismo quiero alcanzar la tranquilidad. Veré cuánto tiempo puedes seguir corriendo desenfrenado de esta manera’; trátalos entonces como los pensamientos de otros. Si realmente puedes encontrarte a ti mismo y hacer la distinción entre tú y ellos, este método funcionará” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Europa).

Cuando no podemos hacer lo que el Maestro dice, y cualquier pensamiento se vuelve demasiado fuerte, creará una ilusión. Puede parecer inútil esforzarse en tratar de separar nuestro verdadero ser del apego, pero, de hecho, muchos apegos –y malos pensamientos– pueden eliminarse capa por capa.

Siempre debemos distinguir y eliminar los pensamientos que no están alineados con el Fa. De otra manera, si un apego llega a volverse demasiado intenso, puede conducir a un mal estado de cultivación. A veces, si nuestros pensamientos se desbocan y no los corregimos a tiempo, el mal lo usará como excusa para interferirnos.

Cuando usamos los criterios normales para medirnos, somos personas comunes. Somos practicantes durante el período de la rectificación del Fa y solo podemos actuar de acuerdo con el Fa.