(Minghui.org) Esta es una historia sobre una mujer que vive de acuerdo con los valores de compromiso, integridad y devoción.

El esposo de Yan, Xiangyu, es un practicante de Falun Gong. Después de que la persecución a esta antigua disciplina espiritual comenzó en 1999, lo sentenciaron a más de diez años de prisión por mantenerse fiel a su creencia.

Yan lo esperó fervientemente a lo largo de los años.

Escuché por primera vez la historia de Xiangyu, su condena y su sufrimiento en la prisión, cuando conocí a la pareja este verano. Sin embargo, a pesar de todo lo ocurrido, él parecía tranquilo, contento y tenía una cálida sonrisa en su rostro.

No puedo evitar admirarlos por el amor que se dispensaron mutuamente durante aquellos años tan difíciles.

Después de que enviaran a Xiangyu a prisión, también arrestaron a Yan y la despidieron del trabajo. Al crecer en una familia acomodada, siempre había disfrutado de una vida de prestigio y nunca había sufrido grandes dificultades. No obstante, en aquel entonces tuvo que enfrentarse al mundo sola, y criar a su hijo.

Yan se ganaba la vida realizando todo tipo de trabajos extraños, incluso haciendo las veces de criada y conserje. Cuidó bien a su hijo y sus suegros.

A veces viajaba cientos de kilómetros con la intención de visitar a Xiangyu, aunque la rechazaran y la dejaran fuera de los altos muros de la prisión.

Durante aquellos años, algunas personas le hacían proposiciones indecentes. Sin embargo, ella los rechazaba y los reprendía. Con el paso del tiempo, aquellos que albergaban pensamientos indecentes, comenzaron a respetarla.

Mientras tanto, en la prisión, Xiangyu era colgado y golpeado. Los guardias vertían agua helada sobre su cuerpo en el gélido invierno. Aunque se desmayaba muchas veces, se negaba a rendirse.

Resulta difícil imaginar cómo logró sobrevivir a esos interminables años. Se sirvió de su vida para validar su fe y salvaguardar la verdad. Tanto su honestidad como su carácter noble conmovieron a muchas personas, incluyendo a algunos guardias de la prisión.

Cuando Xiangyu fue liberado, muchas personas fueron a saludarlo a su salida de la prisión. Familiares, amigos e incluso algunos desconocidos llegaron para celebrar que volvía a casa.

El desafortunado desenlace de Yan y Xiangyu es el resumen de la persecución que sufren miles de familias por parte del partido comunista chino.

Yan y Xiangyu soportaron una tiranía y una persecución sin precedentes, con amor y fe. Su historia realmente me inspiró, como practicante de Falun Gong que soy, para continuar librando esta batalla pacífica entre el bien y el mal. Creo que la bondad eventualmente prevalecerá y nos traerá una nueva era de esperanza.