(Minghui.org)

Dos veces ilesa en situaciones peligrosas bajo la protección del Maestro

Empecé a practicar Falun Dafa en 1997, y el Maestro me ha protegido desde entonces.

Un amiga y yo íbamos en moto cruzando un puente en 1998 cuando un coche que venía en sentido contrario nos chocó de frente. Las dos salimos volando de la moto. Me levanté. Apenas caí al suelo ya me puse de pie, me revisé y encontré un agujero en mis pantalones junto a mi rodilla. La mano de mi amiga sangró un poco, y la moto no estaba dañada. El conductor del coche vino corriendo y se sorprendió mucho al ver que ambas estábamos sanas y salvas.

Una noche, en el invierno de 2003, mi esposo y yo nos dirigíamos a casa con nuestro pequeño hijo en nuestra moto. Había una gruesa capa de hielo en la carretera. Un coche con las luces altas puestas venía hacia nosotros en sentido contrario. Mi marido instintivamente trató de esquivar el coche, y la moto resbaló. Mi hijo y yo volamos a la acera. Me senté mientras sostenía a mi hijo, como si nada hubiera pasado, y mi esposo también estaba bien. Sabía que el Maestro estaba a mi lado protegiéndome siempre.

Siendo respetuoso con los mayores y siendo amable con un primo más joven

Mi abuela vivió por más de 100 años. Cada vez que la visitaba, le lavaba el pelo y los pies y le cortaba cuidadosamente las uñas. Yo era la única en la que confiaba para cortarle las uñas. Cuando falleció, le dije a mis ancianos tíos que compartiría los costos funerarios con ellos ya que mi padre había muerto. Mis tíos pagaron solo una pequeña parte. Hice grabar sus nombres en el monumento por su dignidad. Cuando aceptaron los amuletos de aclaración de la verdad, sentí que todo lo que había hecho había valido la pena.

Traté a la familia de mi marido de la misma manera. Su abuela estaba postrada en cama debido a un derrame cerebral. Le lavé el pelo y los pies, le corté las uñas y la ayudé hasta que falleció.

El tío de mi marido cayó enfermo y fue hospitalizado. Lo visitamos, pero no se nos permitió verlo porque estaba en cuidados intensivos. Le dije a su hijo (primo de mi marido): "No te preocupes. Por favor, ten fe que recitar sinceramente 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' le traerá paz y protección". Se enojó y dijo: "¿Cómo puedes creer en eso? Me enfado cuando la gente me dice esto". Luego se alejó. No se había llevado bien con su padre desde que su madre falleció años atrás. No discutí con él, pero le pedí a mi esposo que se quedara con él y ayudara a cuidar a su padre por unos días. Le dejé algo de dinero para que pagara la cuenta del hospital y le dije que se cuidara.

Más tarde, el tío de mi marido fue dado de alta del hospital. Volvimos a visitarlos. Limpié su casa y lavé todas las colchas, fundas de edredón, ropa, etc. Fue un día largo. Ya le había pedido a mi esposo que llevara a su primo a comprarle ropa, y preparé una comida para su tío.

Por la noche, su primo me preguntó: "¿Por qué eres tan amable? He sido maltratado durante tantos años; tú eres la única persona que es sinceramente amable conmigo". Sonreí y dije: “¡Porque estudio Falun Dafa!”. Le conté muchas cosas maravillosas sobre Dafa. Escuchó y finalmente dijo: “Ahora sé la verdad: Dafa es bueno y el partido comunista [chino] (PCCh) es malo. Ayúdame a renunciar al PCCh”. Después de eso, siempre me elogió delante de los demás: “La esposa de mi primo practica Falun Dafa, ¡ella es la mejor!”.

Cuando mis parientes venían a nuestra zona a ver médicos, siempre los ayudé, cociné para ellos y fui al hospital a visitarlos. También les conté la verdad sobre Dafa. Muchos de ellos se beneficiaron al conocer la verdad.

"Al verte, creo que Dafa es bueno"

Yo solía estar a cargo de una tienda en el 2005. En una ocasión, un proveedor entregó mi pedido y se fue a toda prisa. Después de comprobar el pedido, descubrí que el proveedor me había cobrado unos cientos de yuanes menos. Así que fui a pagarle la diferencia. Al principio no me creyó. Pensó que estaba allí porque me había cobrado de más. Entonces dijo: "¡He estado haciendo negocios durante muchos años, pero nunca he conocido a una persona tan honrada como tú!".

Más tarde, volvió a cobrarme más de mil yuanes de menos. Cuando le devolví la diferencia de nuevo, exclamó: "¡Muchas gracias! No puedo creer que exista una persona tan buena como tú". Sonreí y le dije: "Trate de no equivocarse; todos estamos haciendo negocios y obteniendo escasas ganancias". Se conmovió y dijo: "Afortunadamente te he conocido. Si no fuera por ti, nadie más me mencionaría mis errores en los cobros".

Aproveché la oportunidad para contarle la verdad sobre Dafa. De repente se dio cuenta: "No me extraña que seas tan buena. No sabía lo bueno que era Dafa, pero ahora después de conocerte puedo afirmarlo. Creo que Dafa es bueno". Después de enterarse de la persecución del PCCh hacia Dafa, renunció a todas sus afiliaciones con el partido.

Un trabajador migrante en el viento

Hago todo lo posible por ayudar a extraños cuando lo necesitan. Un día, en el frío del invierno, un hombre de mediana edad estaba temblando fuera de mi tienda. No dejaba de mirar adentro. Abrí la puerta y lo invité a entrar. Pero negó con la cabeza y dijo que no iba a comprar nada. Sonreí y dije: "Hace demasiado frío afuera. Entra y caliéntate". Una vez dentro, me dijo que era un trabajador migrante, pero su jefe no podía pagar su salario. Aunque era casi Año Nuevo, no podía volver a casa. Dijo que quería buscar otro trabajo mientras trataba de que su jefe le pagara. Tenía tres hijos en casa que dependían de él, y no había comido en varios días.

Le preparé un tazón de sopa de fideos y dos huevos. Cuando me miró confundido, le dije: "Disfruta de la comida mientras aún esté caliente. No te preocupes. Te ayudaré a encontrar un trabajo, y cobrarás el dinero que tu jefe te debe". Mientras sostenía el cuenco, estalló en lágrimas y dijo: "Siento que estoy en casa. No sé cómo pagarte por tu amabilidad y ayuda". Le conté los hechos sobre Falun Dafa y lo ayudé a renunciar a las organizaciones del PCCh a las que se había unido. Lloró como un niño y siguió diciendo: "¡Muchas gracias!". Más tarde, le conseguí un trabajo en una empresa que también ofrecía alojamiento y comidas gratis. Le compré algo de comida, contraté un taxi, lo envié al lugar de trabajo y le di 100 yuanes para que pagara algunas necesidades diarias.