(Minghui.org) Comencé a conocer Dafa cuando estaba en tercer grado. Estudiaba el Fa y hacia los ejercicios con mis abuelos. Cuando tenía 12 años, me fui a Estados Unidos con mi madre. Mi padre nos dijo que se quedaría en China para ahorrar más dinero para mi familia y se uniría a nosotros dos años después. Más tarde descubrimos que la verdadera razón por la cual quería que fuéramos a Estados Unidos era que había conocido a otra mujer y planeaba divorciarse de mi madre. Dos meses después de llegar a los Estados unidos nos enteramos que mi padre ya tenía otra familia.

Como niño, me resultó muy difícil aceptar esto, y me desmoroné por completo. Por mucho tiempo, viví en mi propio mundo y nada me interesaba. Comencé a jugar videojuegos por Internet, y dedicaba cada momento libre a los mundos virtuales en Internet. Anhelaba encontrar estabilidad, alivio psicológico y sentirme reconfortado. Aparte de ir a la escuela, mi mente siempre se enfocaba en los videojuegos. Mi papá dijo que mi cara se veía cada vez más feroz, y que mis ojos se veían fieros. Mis notas en la escuela se resintieron porque estaba completamente volcado en los videojuegos.

Cuando cumplí 13 años, quedó claro que mi papá estaba tratando de engañarnos para poder divorciarse de mamá. Aparté mi corazón de la vida real. Cada día, tan pronto llegaba de la escuela a las 3:00 p.m., jugaba hasta que me adormecía y entonces me iba a la cama. Mi madre trató de hablar conmigo muchas veces y me aconsejó que jugara menos o que lo dejara. Me rehusaba a escucharla y discutíamos a menudo.

Sin embargo, me daba cuenta que cuanto más jugaba, mis emociones eran más inestables. Me enfurecía por cosas pequeñas que normalmente no me harían enojar. Más tarde entendí que esas emociones inestables no eran mi verdadero yo.

Cuando cumplí 14 años, a pesar de que seguía creyendo en Dafa, mis acciones no se acercaban en nada al estándar de un practicante. A veces salía a ayudar a compañeros practicantes a promover Shen Yun Performing Arts. Repartía volantes y diarios, pero eso era todo. Después iba a casa y continuaba jugando a los videojuegos. Cuando hacía las tres cosas tenía una fuerte mentalidad de queja. Ese año, los conflictos entre mis padres se volvieron más severos. Supe que su relación era irreparable. Buscando un escape y sentirme reconfortado, me metí completamente en los videojuegos. Mi vida real era un completo desastre. Mis notas eran malas, mi familia se desmoronaba, mi inglés no estaba mejorando, por lo que no podía comunicarme bien en los Estados Unidos. No tenía amigos, ni planes para mi futuro.

Mi madre estaba muy preocupada. Por aquel entonces siempre me pedía que dejara de jugar a los videojuegos y estudiara más el Fa. También me animó a continuar estudiando mis clases de violín y a unirme a la orquesta de la escuela. Mi madre esperaba que estudiar el violín me ayudaría a dejar los videojuegos. Pero no me sentía motivado. Además de mis lecciones de la semana, raras veces practicaba en casa. Los otros practicantes estaban preocupados por mí, entonces me sugirieron que estudiara el Fa con compañeros practicantes por internet. El año siguiente estuvimos estudiando las nuevas conferencias del Maestro Li (el fundador), durante una hora cada día.

No empecé a disfrutar tocando el violín hasta que cumplí 17 años. En aquel entonces me cansé de escuchar música popular, así que empecé a escuchar música clásica. Esto realmente cambió mi vida. Cuando descubrí mi amor por el violín, me di cuenta de que la Northern Academy of the Arts estaba buscando nuevos estudiantes de música. Yo estaba en el 11.º grado y si quería ir, me faltaba un año para optar a la Fei Tian Academy of the Arts. Solo me quedaba otra opción: Quedarme en casa, terminar la secundaria, ir a un instituto comunitario durante uno o dos años y luego que me transfirieran a una universidad mejor.

Seguí dándole vueltas a esto durante todo el verano. Después de todo, esta decisión cambiaría mi vida, así que no podía tomarla a la ligera. Al final decidí ir a la Northern Academy e intentar alcanzar el estándar para asistir a Fei Tian.

Tenía 18 cuando llegue a la Northern Academy. Poco después de entrar ya quise renunciar. Me dije a mi mismo: “Decidí venir aquí. ¿No es este también un proyecto para asistir al Maestro a validar al Fa? Si mis notas son buenas también ayudaría a que la escuela progrese”. Así que me quedé.

Al principio no lograba acostumbrarme a todas las reglas. Por ejemplo, se nos requería que usáramos uniformes de la escuela, lo cual me incomodaba. En las escuelas públicas siempre vestía la ropa que me gustaba. Otra regla era que a los estudiantes no se les permitía usar smartphones. Sentí que esa vida sería aburrida.

Teníamos grupos de estudio del Fa en la escuela. Mientras continuaba con el estudio del Fa, fui entendiendo gradualmente que todos esos disgustos que tenía eran todos debido a mis apegos. Debía deshacerme de esos fuertes apegos. Quería cambiar y mejorar. Le di mi celular a mi madre, para no poder usarlo.

El campo de energía pura de la escuela me ayudó a enfocarme en mi meta, la cual era ir a Fei Tian a tocar el violín. Antes nunca me gustó practicar pero ahora me di cuenta que era mi responsabilidad mejorar. Noté que las técnicas musicales de mis jóvenes compañeros de clase eran mejores que las mías y esto me motivó a practicar más arduamente. Quería ponerme al día. Finalmente entendí que todo esto era parte del camino de mi cultivación.

Al principio solo practicaba 30 minutos al día. Lo incrementé a una hora, dos horas, y luego tres horas por día. Hay un dicho que reza: “El genio se hace con un 1% de talento y un 99% de trabajo duro”. De las enseñanzas del Maestro entendí que necesitaba ser capaz de soportar dificultades, de enfrentarme verdaderamente conmigo mismo, y decidir realmente qué quiero hacer.

Durante los próximos 18 meses, practiqué duro y mejoré tanto en mi cultivación como al tocar el violín. No me atrevía a relajarme. Humildemente les pedí a los demás que me indicaran dónde necesitaba mejorar. Me aseguré de que mi práctica no se convirtiera en una formalidad. Comprendí que la cultivación se trata de hacer las cosas verdaderamente. Me di cuenta de que mejorar en cualquier forma de arte es justo como la práctica de cultivación. Podemos alcanzar cualquier nivel que nos propongamos, porque el Maestro no nos pone ninguna limitación. Lo que quiere el Maestro es el mejor artista del mundo. Necesito dar lo mejor de mí.

Me sentí recompensado por mis esfuerzos. Me aceptaron en la universidad para continuar especializándome en mi instrumento. Este representó mi mayor impulso. Ya que tengo la capacidad de entrar en una universidad, entonces ¿por qué no debería intentar hacerlo aún mejor y finalmente calificar para Shen Yun? Mis profesores me dijeron: "Normalmente, el estudio de la música lleva tiempo. Pero has mejorado drásticamente en muy poco tiempo. Es realmente milagroso". Sabía que el Maestro me motivaba a través de las palabras de mis profesores.

Master said,

“Elevation in that kind of realm involves combining the understanding of those skills with the Fa. It requires elevating one's understanding, a limitless upward climb. Particles that make up high-level dimensions are smaller, and the sound-field there is also composed of microcosmic material particles, so the music is more pleasing to hear and the colors are more beautiful. All such matter is composed of high-level, microcosmic particles, which can't be found by lives in low-level dimensions. The works and the skills there are more advanced and magical, and a life's elevation means the dual elevation of realm and skill, and improvement of that life's understanding in different realms. In other words, if I'm to use the concepts of people on earth to describe it, when you are able to create good things, it is because you are a good person or because you have done something good. Conversely, only when gods see that you are a good person will they grant you wisdom and allow you to create things. (Applause) Isn't human society controlled by gods?” (Teaching the Fa in San Francisco, 2005)

El Maestro dijo:

“La elevación en esa clase de reino involucra combinar el entendimiento de esas habilidades con el Fa. Requiere elevar el entendimiento de uno, un escalamiento hacia arriba ilimitado. Las partículas que forman las dimensiones de niveles altos son más pequeñas, y el campo de sonido allí también está compuesto de partículas materiales microcósmicas, así que la música es más agradable de oír y los colores son más hermosos. Toda esa materia está compuesta por partículas microcósmicas de alto nivel que no pueden ser encontradas por las vidas en las dimensiones de nivel bajo. Los trabajos y las habilidades allí son más avanzados y mágicos, y la elevación de una vida significa la elevación del reino y la habilidad y el mejoramiento del entendimiento de esa vida en diferentes reinos. En otras palabras, si uso los conceptos de las personas en la Tierra para describirlo, cuando eres capaz de crear cosas buenas, es porque eres una buena persona o porque has hecho algo bueno. En cambio, sólo cuando los dioses ven que eres una buena persona te darán sabiduría y te permitirán crear cosas. (Aplausos) ¿No está la sociedad humana controlada por los dioses?” (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005).

A través del Fa del Maestro entendí que tanto mis estudios como mi habilidad a la hora de tocar el violín solo mejorarían si mejoraba en mi cultivación. El Maestro arregló todo. “La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu”. (Primera Lección, Zhuan Falun)

Ahora lamento, de verdad, el tiempo que perdí cuando era más joven. Pero no puedo abandonarme a los recuerdos del pasado, y dejar que este arrepentimiento se convierta en una nueva forma de apego. Fue Dafa el que cambió mi vida y me concedió todo lo que tengo hoy. Me hubiera sido casi imposible el estudiar violín sin la ayuda del Maestro, ya que no empecé a una edad temprana. A pesar de que mis habilidades todavía están muy lejos del estándar de Shen Yun, me siento con mucha confianza. Trabajaré muy duro para alcanzar mi sueño de unirme a Shen Yun, salvar a más seres conscientes y cumplir mi misión.