(Minghui.org) Cuando era joven, dos veces tuve encuentros con familiares que habían fallecido. Esas experiencias me llevaron a creer que los seres celestiales existían, a pesar de haber crecido bajo el adoctrinamiento ateo del partido comunista chino (PCCh).

Fui frágil y débil desde que nací. Cuando crecí, estaba acosada por una serie de problemas de salud. Sufrí de dolor en la espalda baja, quiste renal, rinitis, trastornos endocrinos y enfermedad ginecológica. Tomar medicamentos era parte de mi rutina diaria. Intenté muchos ejercicios de qigong, pero no ayudaron.

En 2012, mi ciclo menstrual se detuvo. Un colega me refirió a un médico de medicina china que me trató con acupuntura y hierbas chinas. También me dio una copia del libro Zhuan Falun , el libro principal de Falun Dafa. Después de leer el libro tres veces, decidí comenzar la práctica.

Esa noche, tuve un sueño en el que mataba a una serpiente. Sabía que el fundador de Falun Dafa, el Maestro Li Hongzhi, había eliminado un espíritu poseedor de mi cuerpo.

En un sueño posterior, una serpiente me mordió en la muñeca. Grité: "¡Ayúdame, Maestro!". La serpiente desapareció. Por segunda vez, experimenté la protección compasiva del Maestro.

Un día, mientras meditaba, vi a seis monstruos mirándome a través de los barrotes de una jaula de hierro. El Maestro los había encerrado para que no pudieran molestarme.

Un poco más tarde, otra serpiente apareció en mi sueño. Llegó a la puerta de mi habitación buscándome, pero no pudo encontrarme. Comprendí que la serpiente no pudo alcanzarme porque mi nivel de cultivación había aumentado.

Poco después de comenzar a practicar Dafa, mis dientes comenzaron a doler. El dolor fue intenso pero se alivió cuando hice los ejercicios. Mientras meditaba, vi a un gran lobo. Comprendí que su presencia era lo que hacía que me dolieran los dientes. Esa noche soñé que alejaba al lobo. Mi dolor de muelas se había ido cuando me desperté. Mi fe en Shifu y Dafa me ayudó a superar muchos episodios de yeli de enfermedad.

En la segunda semana de practicar los ejercicios de Falun Dafa, pude sentarme en loto completo y meditar durante cuarenta minutos. El Maestro limpió mi estómago, y vomité todas las cosas sucias que se habían acumulado allí. Mis problemas estomacales luego desaparecieron.

Después de unos meses de meditación, sentí que la frialdad y la humedad que había experimentado durante tanto tiempo habían sido expulsadas de mi cuerpo. Me sentí saludable y ya no tenía miedo del frío.

Mi hermano murió en noviembre de 2016. Una semana después, la punta de mi lengua se puso rígida. Recité "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y envié pensamientos rectos. También estudié los libros publicados por el Maestro y mantuve pensamientos y acciones rectas. Si no fuera por Shifu y Dafa, la falsa realidad podría haberme engañado y creer que tuve un derrame cerebral.

En abril de 2018, tenía sangre en la orina. Debido a mi horario de trabajo, no tuve tiempo para hacer los ejercicios y solo pude meditar brevemente antes de irme a la cama. Al mantener pensamientos rectos, pude ponerme al día con los ejercicios y el estudio del Fa. La condición pronto mejoró, pero todavía volvía de vez en cuando.

Un día, vi a un niño acostado sobre mi abdomen. Pensé que debía ser mi hijo nonato que regresó para cobrarme una deuda kármica.

Leí un pasaje en una de las conferencias del Maestro:

“Durante la rectificación del Fa del cosmos, puedo hacer arreglos justos para aquellos de ustedes que no interfieren con mi validación del Fa; puedo hacer que ustedes se conviertan en seres del futuro. Aquellos de ustedes que buscan una solución benevolente deben dejarme y esperar a mis alrededores. Si realmente no pueden dejarme, entonces no tomen parte en interferir conmigo. En el futuro podré lograr la perfección y les ofreceré una solución benevolente. Aquellos que son completamente malos, quienes todavía interfieren conmigo y que no pueden permanecer, de acuerdo con los estándares, tendrán que ser eliminados. Aun si yo no los elimino, el Fa del cosmos no te dejará permanecer” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Nueva York, 2004).

Hice los ejercicios y leí más los libros. Dos semanas después, la prueba había terminado.

Siento la compasión del Maestro y sé que Él siempre nos cuida. ¡El Maestro nos atesora más de lo que nosotros nos atesoramos!