(Minghui.org) Aunque una madre de 84 años lucha por cuidar de sí misma después de que su único hijo recibió cinco años de prisión por su fe en Falun Dafa, nunca se ha quejado de él y dice: "¡No hizo nada malo!".
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una práctica de mente y cuerpo perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
El señor Jin Fuzhang, de 41 años, fue condenado por primera vez a tres años de prisión por negarse a dejar de practicar Falun Dafa poco después de que comenzara la persecución que mantiene hasta el día de hoy el régimen comunista chino contra Falun Dafa.
El 28 de junio de 2016, el practicante Jin, siendo residente de la ciudad de Yingkou en la provincia de Liaoning, fue arrestado nuevamente. Compareció en el tribunal del distrito de Xishi el 28 de abril de 2017 y tres meses después fue condenado a cumplir cinco años de prisión.
Mientras el señor Jin está encarcelado, su esposa lucha por llegar a fin de mes y para apoyar a su hijo hace trabajos ocasionales. Su anciana madre, que vive sola y solía confiar en él para arreglar las cosas en casa, tiene problemas para encontrar ayuda con las reparaciones del hogar.
Una pipa de agua estalló en la casa de su madre no hace mucho. El plomero no hizo un buen trabajo y la tubería se rompió nuevamente una semana después. Regresó por segunda vez pero no sabía cómo arreglarlo. Luego la madre de Jin se dio cuenta de que esa persona no era un plomero calificado, pero aun así le cobró 20 yuanes. Tuvo que comprar un tubo nuevo y encontró a otra persona para que la ayudara a instalarlo.
En otra ocasión se rompió el vidrio de un armario de su cocina. La madre de Jian recorrió varias tiendas sin poder encontrar el reemplazo. Cuando fue a una fábrica de vidrio le regalaron un pedazo de vidrio, pero tuvo dificultades para instalarlo.
Cuando se rompió el calentador de agua, el personal de los baños públicos no la dejó tomar una ducha sola dada su avanzada edad. Afortunadamente un amigo la ayudó a comprar un nuevo calentador de agua y realizó la instalación.
En la tienda de comestibles, perdió 800 yuanes con su identificación y su tarjeta de salario. Cuando fue a la estación de policía local para solicitar una nueva tarjeta de identificación, no tuvo lo suficiente para pagar la tarifa de procesamiento, por lo que su solicitud no fue aceptada.
De regreso a casa, se encontró con una vieja amiga, que le dio 200 yuanes. Regresó a la estación de policía y entregó su solicitud de identificación.
Si bien la vida no es fácil sin contar con su hijo cerca para que la ayude, la madre del señor Jin nunca lo ha culpado por mantenerse firme en su fe. "No hizo nada malo", dice ella.
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Categoría: Hechos de la persecución
