(Minghui.org) Me conmovió la experiencia de cultivación de un practicante, publicada en Minghui.org, sobre como superó el yeli de enfermedad mirando hacia adentro. Me gustaría compartir mi experiencia sobre este tema.

Repentinamente comencé a sentir yeli de enfermedad hace unos años. Me sentía muy débil, tenía dificultad para respirar y taquicardia. Mi pierna también estaba hinchada y me costaba mucho levantarme de la cama.

Me di cuenta de que no me había cultivado sólidamente en los últimos años. Mirando hacia adentro, me di cuenta de que tenía muchos apegos. Cuanto más pensaba en mi situación, más ansiosa me ponía. No sabía qué hacer, porque en lo único que podía pensar era en no dañar la reputación de Dafa.

A pesar de mi situación, conservé un pensamiento recto: “Pasarás esta prueba estudiando el Fa con la mente tranquila". Mientras estudiaba diligentemente el Fa, el Maestro me dio una pista para no pensar demasiado, y concentrarme en lo que podía ver a mi alrededor, y usarlo como un espejo para mirar hacia adentro. Mi corazón finalmente se calmó, ya que estar ansiosa también era un apego.

Soy ama de casa y paso la mayor parte de mis días con mi familia. Por lo tanto, mi entorno familiar reflejaba mi estado de cultivación. Cuando vi dónde se quedaban cortos, busqué en mi interior el mismo problema y me rectifiqué. Después de cambiar, mi salud mejoró, solo que mi cuerpo todavía estaba ligeramente hinchado.

Pensé en los practicantes que conocía que habían fallecido debido al yeli de enfermedad. Ellos compartían un problema en común, todos guardaban rencor. Culparon a otros por no tratarlos bien y se quejaron de que sus cónyuges les habían hecho daño. Todos tenían edemas en algún lugar de su cuerpo, junto con otros síntomas. Para algunos, el edema desapareció solo después de haber dejado ir el resentimiento. Tan pronto como desarrollaban rencor, sus cuerpos se hinchaban de inmediato.

Miré hacia adentro para ver si todavía albergaba algún resentimiento. Envié pensamientos rectos para eliminarlo y limpiarme. Durante este proceso, el Maestro me permitió ver una sustancia negra saliendo de mi cuerpo y dispersándose. Sabía que había encontrado la causa de mi yeli de enfermedad.

A menudo criticaba a mi familia o a otras personas cuando sus palabras no me agradaban. Mis familiares me dijeron que me gustaba dar órdenes a los demás y que siempre hablaba mal de las personas.

Además me quejaba con mi madre por malcriarme y por no disciplinarme cuando era niña. Como resultado, me convertí en una persona a la que le gustaba la comodidad, no me gustaba trabajar y no tenía sentido de la responsabilidad. Pensaba que era su culpa que ahora yo tuviera dificultades para hacer los ejercicios todos los días. También me quejé de que ella le hacía lo mismo a su nieta.

Siempre culpaba a alguien más. No me di cuenta de que, como cultivadora, podía deshacerme de mis malos hábitos. Culpaba a mi madre todo el tiempo. No me importaban los sentimientos de los demás. Las viejas fuerzas se aprovecharon de esta brecha y me persiguieron con el yeli de enfermedad.

Viendo claramente todos mis malos hábitos, los fui corrigiendo uno por uno, y mi condición física mejoró cada vez más. Sin embargo, cuando no me discipliné, mi cuerpo se hinchó inmediatamente. Cuando me corregía, el edema desaparecía.