(Minghui.org) Tengo 63 años y estoy jubilada. Comencé a practicar Falun Dafa el 12 de abril de 1996, cuando buscaba tratamiento para la enfermedad de mi esposo. Quiero compartir algunas de mis experiencias de cultivación, todas las cuales dedico a Shifu [al Maestro de Falun Dafa, Li Hongzhi] como agradecimiento por su infinita benevolencia.

Enfermedad eliminada sin tratamiento

Antes de irme a dormir una noche de agosto de 2007, encontré una espinilla roja en mi axila. Sentí comezón durante el día y era insoportable en la noche. Cuanto más la rascaba, más picazón sentía.

Al día siguiente, casi el setenta por ciento de mi cuerpo estaba cubierto de erupciones rojas, y al tercer día no había área que no tuviera alguna erupción. Mi cuerpo estaba hinchado y apenas podía abrir los ojos. Tenía dificultad para comer y usar el baño, pero nunca reconocí esto como una enfermedad.

Comencé a escuchar las conferencias de Shifu, pero como no podía escuchar bien con mis oídos hinchados, decidí recitar el Fa.

Shifu dijo:

“Pero siendo un verdadero cultivador, al acarrear un cuerpo enfermo no puedes realizar el xiulian. Voy a purificar tu cuerpo para ti. La purificación del cuerpo solo se limita a quienes verdaderamente vienen a aprender el gong y verdaderamente vienen a aprender el Fa. Nosotros enfatizamos un punto: si no puedes dejar ese corazón, si no puedes dejar esa enfermedad, no podemos hacer nada, somos incapaces de ayudarte” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Repetí varias veces este párrafo.

Mi esposo y mi hijo insistieron en llevarme al hospital, pero me negué y les dije que estaría bien en unos días.

Mi hijo temía lo peor, así que le aseguré que la posibilidad de que sucediera "lo peor" no existía. Tenía a Shifu y al Fa, así como a mis compañeros practicantes, ayudándome.

Llegado el cuarto día mi familia no vio signos de mejoría. Rodaba por la cama, rascándome sin parar; un líquido amarillo y sangre manchaban la sábana.

Una de mis hermanas trató de convencerme de ir al hospital. Aunque estaba muy débil, mi mente estaba clara. Le dije con voz débil: "Estaré bien porque Shifu me cuida".

En el quinto día, aún medio dormida, escuché el sonido del viento soplando desde la cabeza a mis pies y mi cuerpo se estremeció. Desperté sintiendo que mi cuerpo estaba aliviado y ya pude comer. Tenía claro que nuestro compasivo Shifu lo había hecho.

Mi familia presenció mi recuperación y le agradeció a Shifu con lágrimas en sus ojos. Me recuperé por completo al octavo día y salí a hablar con la gente sobre Falun Dafa y la persecución.

Mejorando mi carácter moral

Soy ama de casa en una familia de cinco. Mi esposo estuvo gravemente enfermo durante muchos años y no podía cuidarse solo. También tengo que llevar a mi nieto a la escuela y recogerlo al final de sus clases. Como practicante, necesito hacer las tres cosas que se espera que hagamos bien, por lo que es importante equilibrar bien la vida familiar y la cultivación.

Mi esposo me estaba llamando un día, pero no lo escuché porque estaba preparando la comida en la cocina. Finalmente, lo oí gritarme. Cuando entré, me abofeteó. En ese momento sentí una variedad de emociones: trabajo muy duro y, sin embargo, él me grita y me golpea. Pero me calmé, di vuelta hacia mi esposo y le dije: "¿Quieres abofetear mi otra mejilla?".

Él no lo hizo.

Le dije que no debía enojarse tan fácilmente porque no era bueno para su salud. También le dije que si yo no practicara Falun Dafa, me habría defendido. Pero no lo hice, porque me esfuerzo por comportarme como Shifu nos enseña.

Le dije: “No debes ser tan egoísta y hacer lo que quieras. ¿No puedes ponerte en el lugar de alguien más y ser un poco más considerado?".

Él asintió con la cabeza mientras las lágrimas corrían por su rostro. Parecía apenado por lo que había hecho.

En otra ocasión, volvía a casa después de hacer las compras. Pero antes de que pudiera abrir la puerta, escuché a mi hijo y a su esposa discutiendo agitadamente.

Cuando entré, mi hijo señaló a su esposa diciendo: “Mamá, ella te ha estado calumniando hace bastante tiempo. Debería golpearla”.

"¿Cómo te atreves a golpearla?", le dije. "Estoy segura que tú también has hablado mal de su familia".

Mi hijo se enojó mucho. Tomó una escoba y se la arrojó a su esposa. Sucedió tan rápido que no tuve tiempo de atrapar la escoba, así que me le interpuse y me golpeó el hombro con fuerza.

Tanto mi hijo como mi nuera se sorprendieron y gritaron, casi simultáneamente, "Mamá, ¿estás herida?".

Entonces le dije a mi hijo: "No importa. Solo que no lo hagas otra vez. Deberías controlar tu temperamento. Habla mejor y con más frecuencia y resuelve tus diferencias con calma".

Unos días después mi nuera me compró un vestido nuevo y caro y me dijo: "Mamá, esto es para ti". Mientras lo recibía, ella añadió: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Ambas sonreímos.

Pidiendo ayuda a Shifu

En 2005 salí a distribuir materiales de Dafa para aclarar la verdad. Me detuve en un edificio, bajé de la bicicleta y tomé mi bolsa. Cuando abrí la puerta, un hombre bajaba las escaleras. Tenía una expresión hostil en su rostro, así que no lo saludé.

Cuando pasó junto a mí, de repente se volteó y preguntó: "¿Qué estás haciendo aquí?". "Subiendo", le dije y señalé las escaleras. Agarró mi bolsa y todos los materiales de Dafa se cayeron. Entonces gritó: "¡Falun Dafa! Te llevaré a la estación de policía. No parece que vivas aquí”.

Calmé mi corazón y lo miré mientras enviaba pensamientos rectos para eliminar a los seres de las viejas fuerzas que lo controlaban en otras dimensiones. Y le pedí ayuda a Shifu en mi mente. Le dije a Shifu que me negaba a ir a la estación de policía porque necesito salvar a la gente y le pedí que fortaleciera mis pensamientos rectos.

Entonces, calmada le dije al hombre: "¿Cómo sabes que no soy el huésped de un residente? Creo que tienes un corazón bondadoso y que serás bendecido si haces cosas buenas. Si me llevas a la estación de policía, tendrás la retribución de tus actos. Falun Dafa no es como te dice el partido comunista chino. Nuestro Shifu solo enseña a la gente a ser buena".

Mientras hablaba, más de 20 personas se reunieron alrededor para saber el motivo del alboroto. Seguí hablando para hacerles saber a todos de qué trata realmente Falun Dafa. Les dije que todo está en los materiales que había llevado para que los leyeran.

La persona que inicialmente tenía la intención de entregarme a la estación de policía se quedó en silencio. Sin embargo, otras dos se acercaron y me tomaron de mis brazos y a mi bolso. Les dije en voz alta: “¡No me toquen! No estoy asustada. Pero ¿es correcto que dos hombres capturen a una anciana?”.

Un hombre de unos 70 años salió de entre la multitud y dijo: “¡Falun Dafa! No hacen cosas malas. ¿Por qué quieres llevarla a la estación de policía? No nos involucremos en esto. Nadie quiere ningún problema, ¿verdad?”.

Los dos hombres me dejaron ir. Recogí los materiales y pregunté: “¿Alguien quiere leer esto?”. El hombre de unos 70 años pidió uno y comenzó a leerlo. Otros también se acercaron a tomar los materiales.

Sinceramente agradecí lo que este anciano había hecho para ayudarme.

En el camino de regreso a casa, le agradecí a Shifu por protegerme enviando a esta persona para ayudar.

Miré hacia adentro para descubrir dónde me quedé corta, dónde debía mejorar.

En el pasado, siempre saludaba a las personas que encontraba, sin importar quiénes eran, y todo iba bien. Esta vez, sin embargo, ignoré al hombre que bajaba las escaleras simplemente porque pensé que no se veía amigable. Fue mi culpa.

Shifu dijo que los practicantes de Dafa no tienen enemigos. Si lo hago bien, este tipo de incidentes no ocurrirían.