(Minghui.org) Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una practica espiritual de mente y cuerpo que ha sido perseguida por el regimen comunista chino desde julio de 1999.

A medida que los practicantes de Falun Dafa ponen todo su esfuerzo para eliminar las mentiras del régimen que difaman su fe, más y más oficiales de policía han comenzado a entender que los practicantes son ciudadanos que respetan la ley y que solo quieren vivir de acuerdo a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Muchos ahora se niegan a arrestar o detener a los practicantes que arriesgan sus vidas para generar conciencia sobre la persecución. Abajo hay dos ejemplos.

Policia libera a practicante

En el invierno de 2015, varios practicantes mayores estaban repartiendo información de Falun Dafa en un mercado abierto. Muchas personas aceptaron el material. A la hora del almuerzo, se había repartido la mayoría cuando un hombre vino y agarró el brazo de una practicante mayor. Él le dijo: "Te he estado buscando. Vamos a la comisaría". Mientras tiraba del brazo de la mujer, ella sonrió y dijo: "Por favor suéltame. Iré contigo".

En la comisaría, la persona gritó: “¡Vengan aquí, vengan aquí, tengo un practicante de Falun Dafa! Pero nadie salió. El empujó a la mujer dentro de una oficina con tres oficiales dentro. Los oficiales se levantaron y preguntaron: “¿Qué está pasando?”. El hombre dijo, “Ella estaba repartiendo un montón de cosas de Falun Dafa en el mercado”.”

Uno de los oficiales le dijo a la practicante: “Debes estar cansada de hablar a las personas y repartir folletos en este clima frío. Sientate y toma un poco de agua”.

“Estamos felices de ver a que las personas conocen los hechos sobre Falun Dafa”, dijo la practicante.

Otro oficial dijo: “Señora, es hora del almuerzo. ¡Vaya a casa!”-

El hombre que trajo a la señora a la comisaría se quedo mirándolos. Se quedó sin palabras mientras veía a los tres oficiales acompañar a la practicante fuera de la oficina.

El  jefe de policía dice que es una persona buena

En febrero de 2017, junto a dos practicantes fuimos a un mercado abierto para contarle a la gente sobre Falun Dafa. Fuimos en direcciones separadas y acordamos juntarnos a las 11:00 am. Empecé a caminar hacia nuestro punto de encuentro a medida que se acercaba la hora. Estaba repartiendo folletos de Falun Gong, cuando dos oficiales de seguridad se acercaron y preguntaron, “¿Qué estas repartiendo?”. “Cosas para despertar a la gente”, respondí. Uno de ellos llamó a la policía.

Dos agentes de policía vinieron a buscarme y me acompañaron a la comisaría cercana. Traté de contarles sobre Falun Dafa en el camino. En la comisaría, me llevaron a una oficina, donde un oficial preguntó mi nombre. Me rehusé a contestarle, entonces le pidió a otros dos oficiales que me llevaran a la sala de interrogación y que me sujetaran a una silla de hierro y me esposaran. Me rehusaba a contestar cualquier pregunta sobre mí. Cada vez que tenía una oportunidad, muy calmada les contaba sobre Falun Dafa y la persecución.

Más tarde, dos oficiales mujeres me llevaron a otro cuarto y dijeron que vaciara mis bolsillos. Encontraron una tarjeta de compras con mi nombre en ella. Con esa información, fueron capaces de rastrear mi lugar de trabajo y el número de mi marido.

Un oficial llamó a mi marido y le dijo que venga por mí. Cuando vino mi esposo, el jefe de la comisaría le dijo: “Es año nuevo chino. No queremos ningún problema. Si la reportamos a la unidad de seguridad local, ellos van a inspeccionar tu casa y hacer un lío. Tu esposa parece muy buena. ¡Solo llévala a casa y todos tendremos un pacífico año nuevo!”. Simplemente así, nos fuimos de la comisaría.