(Minghui.org) Nací y me crié en una familia de artistas, crecí amando dibujar. Estudié en la mejor escuela de arte de China. Después de graduarme, mi trabajo se centró en la pintura, el diseño artístico y la enseñanza.

Como un perfeccionista, mi mente estaba constantemente centrada en las realidades de la vida cotidiana, especialmente después de casarme. Mi vida dio un giro positivo cuando comencé a practicar Falun Gong (también llamado Falun Dafa) en marzo de 1999. Recuperé mi salud y tuve una perspectiva alegre de la vida.

Retomando mi pincel después del campo de trabajo

Unos meses después  que empecé a practicar, el partido comunista chino (PCCh) lanzó su persecución a Falun Dafa. La policía local y mi jefe me acosaban constantemente. Finalmente, me arrestaron y me llevaron a un centro de lavado de cerebro y centro de detención antes de ser sentenciado por mi fe. Pasé los mejores años de mi vida encerrado en un campo de trabajo. Como resultado, no toqué un pincel ni pensé en el arte durante muchos años.

Mi padre me animó a retomar el pincel y me guió de regreso a donde lo había dejado antes de ser arrestado. Pronto, fui contratado como profesor sustituto. También me puse en contacto con otros practicantes y estudié el Fa con ellos. Mi corazón volvió a estar tranquilo y pude concentrarme en el arte. En unos pocos meses, la gente estaba comprando mi trabajo.

En una ocasión, mientras viajaba en un minibús, hablé con el conductor y los pasajeros sobre Falun Dafa. Sus reacciones fueron positivas. También entregué una docena de memorias USB con información sobre Falun Dafa y la persecución. Un pasajero me llamó tonto por no cobrar por las memorias USB, yo no lo vi así. Sentí que dar información gratuita valía cada centavo si el receptor podía ver los hechos detrás de la persecución a Falun Dafa.

Unos días después, un comerciante compró una de mis pinturas por 10.000 yuanes. Sabía que el Maestro Li (el Fundador de Falun Dafa) me estaba alentando y que no debería pensar en la pérdida personal.

El mercado del arte ha sido lento en los últimos años, y no soy famoso ni bueno publicitando mi trabajo. A pesar de eso, mantuve el Fa cerca de mi corazón e hice lo que un practicante de Falun Dafa debería hacer. Tuve un flujo constante de clientes comprando mis obras.

Mi hijo terminó la escuela secundaria y ahora es un estudiante universitario. Vivimos una vida cómoda. Quiero que la gente sea testigo de la bondad de Dafa a través nuestro y que los practicantes no solo sufran la persecución, sino que también lleven vidas productivas y felices.

Encontrar y soltar apegos

Me ofrecieron un trabajo para dibujar un mural para una guardería. Dudé, ya que no tenía experiencia con un proyecto tan grande. La Sra. Wang, también practicante, me animó a intentarlo y dijo: "El arte de los practicantes tiene energía positiva. Tu trabajo beneficiará a las personas y también validará el Fa”. También me animó a eliminar los pensamientos negativos, a pedirle fortaleza al Maestro Li y a tenerme confianza.

Mi duda reapareció cuando vi la pared que me asignaron para pintar: tenía cuarenta metros [131 pies] de largo y cinco metros [16 pies] de altura. No tenía idea de qué dibujar, cómo empezar o cuánto tiempo llevaría terminarlo.

Pensé: No hay coincidencias para un practicante; este trabajo debe haber sido planeado para mí por el Maestro Li. El Maestro había dicho: 

"Para un cultivador, mirar hacia adentro es una herramienta mágica" (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009).

Al reflexionar, encontré apego a la fama, la comodidad y la vida familiar porque no quería dañar mi reputación, aceptar un trabajo tan laborioso o dejar que esta asignación interfiriera con el tiempo a mi familia. Todos esos pensamientos se basaron en mis propias necesidades, no en dejar que más personas supieran sobre Dafa. Necesitaba eliminar estos apegos.

Después de ordenar mis pensamientos, comencé a planear el mural. Incorporaría mitologías, leyendas y folclore para enseñar la moral tradicional a los niños. Pronto comprendí bien las pinturas murales y las apliqué con todo su efecto artístico.

Cuando estaba trabajando, los padres pasaban por la pared y hacían comentarios, elogiaron mi dibujo y a mí. Me sentí bien al escuchar los elogios, pero inmediatamente recordé las palabras del Maestro Li: 

"Para un cultivador, todas las frustraciones que él encuentra entre la gente común le son ordalías para atravesar y todos los elogios le son pruebas para pasar" (Un cultivador naturalmente es parte de ello,  Escrituras Esenciales para mayor avance). 

Me advertí no ser movido por la aprobación de la gente.

Después de pintar durante nueve horas al día, la Sra. Wang, practicante, me llevó a casa en su bicicleta eléctrica. Cada noche, fuimos a diferentes vecindarios para distribuir material informativo sobre Falun Dafa. A veces me dolían los pies por estar de pie y trabajar todo el día, pero después de distribuir todos los folletos, el dolor desaparecía, sabía que era el Maestro Li cuidándonos.

Luego íbamos a un estudio grupal del Fa. Durante dos horas, leíamos el Fa y enviábamos pensamientos rectos sentados con las piernas cruzadas en posición de loto. Fue un gran avance para mí, ya que no había podido sentarme con las piernas cruzadas durante mucho tiempo.

Me quedaba en la casa de la Sra. Wang cuando trabajaba en el mural. Ella me despertaba a las 3:40 a. m. cada mañana para hacer los ejercicios. Inicialmente, me resultó difícil abrir los ojos tan temprano en el día. Hacíamos los ejercicios y enviábamos pensamientos rectos a las 6 a. m. También me recordó que estudiara el Fa durante mi hora de almuerzo. Me esforcé mucho en no dormir la siesta. Pronto tuve otro gran avance y dejé de lado la idea de que no descansar lo suficiente dañaría mi salud.

La velocidad y la calidad del trabajo en mi mural mejoraron rápidamente, así que lo terminé antes de la fecha límite. El trabajo me brindó la oportunidad de hablar con muchas personas sobre Falun Dafa.

Pensamientos y palabras reflejadas en la obra de arte

Antes de cultivarme, a menudo dejaba mis pensamientos vagando o charlando con otros mientras estaba dibujando. Después de convertirme en practicante, me di cuenta de que mis pensamientos y palabras se verían reflejados en mi trabajo.

El Maestro dijo:
"Entonces, el llamado arte moderno, generalmente no es muy bueno porque no sólo es nocivo para los pintores, sino también trae daños psicológicos a aquellos que miran el trabajo, y también serios daños al sentido de los valores de la gente" (Exponiendo el Fa en la reunión sobre la creación de las Bellas Artes, 2003).

Mi entendimiento es que, como practicante, si mi trabajo no está alineado con el Fa o mi mente no es pura cuando dibujo, mi obra de arte dañaría a los espectadores.

Hoy en día, busco y elimino cualquier cosa negativa en mí antes de comenzar a dibujar. Escucho música de Dafa cuando trabajo para que mi mente permanezca enfocada. Como practicante de Dafa, solo produciría buenas obras de arte cuando me cultivara bien. Solo entonces mi trabajo puede purificar los corazones de los espectadores y despertar su compasión.

Cada dibujo contiene vida

Pinté una imagen a gran escala de bellezas celestiales tocando instrumentos musicales y la colgué en mi sala de estar. Una noche, vi las figuras en el cuadro sonriéndome y las oí decir: “Bienvenido a casa. Gracias por crearnos. Armonizaremos Dafa y atesoraremos esta oportunidad". Luego, la pintura se quedó inmóvil nuevamente.

Cuando estaba en el centro de detención, copié el dibujo del Maestro Li de una pusa en la pared de la celda. Una noche, la vi brillando con una luz dorada. A mis compañeros de celda, que usualmente estaban de mal humor, les gustaba mirarla, y decían que verla los hacía sentir bien. Antes de irme, dibujé muchos dioses y figuras celestiales en las paredes de las celdas.

Por el contrario, no debemos dibujar objetos que tengan energía negativa. Cuando mi hijo era pequeño, yo solía garabatear dibujos mientras le contaba historias. Él se alegraba si dibujaba objetos que tuvieran energía positiva y se molestaba si hacía algo que fuera feo en la naturaleza.

No entendí la razón en ese momento. Como cultivadores, tenemos energía, así que lo que dibujamos está vivo en otra dimensión; por lo tanto, nos afecta y, a veces, perjudica a la gente común.

Si no estoy contento cuando hago arte, las figuras en mis dibujos parecerían tristes. Por ejemplo, dibujé dos pinturas de Chang'e (diosa china de la luna) de un cuento popular chino. Colgué uno cerca de la entrada de mi casa y el otro en la sala de estar. Un practicante comentó: "Los dos Chang'e se ven diferentes. El que está en la sala de estar se ve santo y puro, mientras que el que está cerca de la entrada tiene un poco de sentimentalismo en sus ojos".

El practicante tenía razón. Cuando estaba dibujando el Chang'e que colgaba cerca de la entrada, mi corazón estaba muy pesado porque un practicante que yo conocía bien acababa de ser arrestado. Mis sentimientos quedaron reflejados en la pintura. Dejé de lado el sentimentalismo a otros practicantes, y pronto el segundo Chang'e se mostró alegre y santo también.

También noté que las expresiones de las personas en mis pinturas anteriores cambiaron para mejor a medida que yo mejoraba en mi cultivación.

La cultivación es la base de la producción de arte de calidad

El Maestro dijo:
"Hay alguien que está pensando, tenemos una frase: “pensamiento profundo y consideración madura”. En realidad, muchas personas, cuando realizan una tarea, apenas llega la inspiración, ya lo hacen; apenas sus pensamientos piensan de esta manera, ya lo hacen. Pero ese pensamiento no ha pasado por un pensamiento profundo y una consideración madura, no ha pasado por una reflexión minuciosa; sin embargo, lo hacen muy bien, ¿por qué?" (25 años de la Gran Difusión de Dafa: Explicando el Fa en Nueva York).

Una vez le pedí al Maestro Li que me fortaleciera cuando estaba buscando ideas para comenzar a pintar sobre Falun Dafa. Pronto, tuve una visión del trabajo terminado en mi mente y completé la pintura muy rápidamente. Estudiar el Fa y cultivarnos es la base de todo lo que hacemos durante la rectificación del Fa.