(Minghui.org) Trabajo en un departamento de ventas donde tengo muchas posibilidades de desarrollar apegos, principalmente a la fama, a las ganancias y al sentimentalismo. Siempre estaba muy ocupada con el trabajo, y dependía de que mi marido me ayudara cuando le aclaraba la verdad sobre Falun Dafa a la gente. No ponía mucho énfasis en el estudio del Fa, y tampoco en cultivarme diligentemente. Mi mente estaba repleta de pensamientos confusos.

Mirando hacia afuera en vez de hacia dentro

En septiembre de 2017, mi esposo sufrió un dolor de estómago terrible que le impedía comer. Comenzó a perder peso. Ni siquiera tenía fuerzas para salir conmigo a aclarar la verdad. Pasaron veinte días y, cada vez, se volvía más delgado. Sus ojos se tornaron de un color amarillento. Me preocupaba mucho su estado. Aunque le pedí que estudiara más el Fa y que enviara pensamientos rectos, olvidé mirar hacia dentro seriamente. En lugar de eso, me enfoqué en recordar las cosas que había hecho y que no cumplían con los estándares de Dafa.

Un día, cuando me encontraba realizando un viaje de negocio, mi familia me llamó y me preguntó si podía volver a a casa para ayudar a mi esposo, porque tenía un dolor tan insoportable que no podía comer ni hablar. La llamada me angustió y me preocupó sobremanera. Alcancé a escuchar sus gemidos de dolor, mientras se esforzaba por pronunciar unas pocas palabras: "¿Enviarías pensamientos rectos por mí?". Le respondí que sí.

Me preocupé tanto que casi me echo a llorar. Le pregunté: "¿Pediste ayuda al Maestro? Date prisa y pídele al Maestro que te salve... Si no te funciona, ¿quieres ir al hospital?". Tan pronto como dije aquello, sentí que me había equivocado.

Después de la llamada, reflexioné sobre lo que había dicho. La gente común va al hospital y se supone que tienen que pasar por el nacimiento, la vejez, las enfermedades y la muerte. Mi marido sufría una enfermedad hepática y se recuperó después de practicar Falun Dafa. El hospital no lo salvó. Solo el Maestro de Falun Dafa puede salvarlo.

Empecé a repetir dentro de mi corazón: "Mantén una fe firme e inquebrantable en el Maestro y en el Fa". Después de calmarme, seguí recitando la fórmula de los pensamientos rectos: "El Fa rectifica el Cosmos; el mal queda completamente eliminado". Incluso cuando más tarde, me desperté en mitad de la noche, comencé a  recitar la fórmula.

Al día siguiente, cuando regresé a casa de mi viaje de negocios, charlé un poco con mi esposo, antes de sentarnos a enviar pensamientos rectos juntos. En aquel tiempo tenía un aspecto delgado y sombrío. Su piel y sus ojos eran del color amarillento  como la cera. Poco a poco, calmé mi mente y eliminé las preocupaciones. Necesitaba tranquilizar el corazón antes de enviar pensamientos rectos.

Somos discípulos de Dafa en el período de la rectificación del Fa. Todas las aparentes enfermedades son falsas. No debemos reconocer nada que interfiera con nuestro estudio del Fa, con la práctica de los ejercicios y el envío de los pensamientos rectos. Vivimos un momento crítico en el que debemos salvar a los seres conscientes, así que el Maestro no haría arreglos para que mi esposo "enfermara". El Maestro nos protege, y solo caminamos el sendero que Shifu dispone para nosotros.

Revisé mis pensamientos una y otra vez y busqué dentro de mí con el objetivo de encontrar mis carencias. Me di cuenta de que no había estudiado el Fa lo suficiente y que no me cultivaba de verdad diligentemente. Después de cultivarme durante muchos años, mis apegos a la fama y a los beneficios seguían siendo muy fuertes, al igual que mi apego al resentimiento.

Tenía apego al dinero de nuestra cuenta bancaria. Me preocupaba no poder acceder al dinero en el caso de que algo malo le acabara pasando a mi esposo. ¿Este apego tan retorcido no habría atraído esta tribulación? ¿Por qué me preocupaba tanto por aquel dinero? Me sentí avergonzada, y envié pensamientos rectos para deshacerme de aquellos apegos.

Mi corazón se rompía en pedazos cada vez que miraba a mi esposo, un discípulo de Dafa que debería salvar a otros, postrado casi siempre en una cama, escuchando las enseñanzas del Maestro. Le dije llorando: "Tú eres un discípulo del Maestro de Dafa. Tienes un Gran Maestro. Innumerables seres conscientes en tu campo dimensional están observándote, eres su dios, están esperando angustiados que los salves. El Maestro nunca haría arreglos para que te quedaras postrado en una cama, incapaz de hacer nada en un momento tan crítico como este, en el que deberías estar salvando a la gente. Debes levantarte y hacer las cosas que se supone que debas hacer...". Mi marido empezó a llorar.

Mi esposo empezó a hacer una hora más de meditación sentada por las noches, además de la meditación matutina. Miró hacia dentro, comenzó a hacer proyectos de Dafa en su teléfono celular e hizo todo lo posible para hacer lo que debía hacer todos los días. Poco a poco, noté algunos cambios. Gradualmente pudo comer y sus ojos empezaron a perder su color amarillento. Volvió a tener más energía.

En dos semanas, se había recuperado sin tomar ningún medicamento, ni ir al hospital. Dafa es increíble.

Deshacerse de las nociones humanas

Cada invierno en los últimos años, he mostrado síntomas parecidos a los del resfriado común, que comenzaban con un dolor de cabeza y fiebre. Luego padecía tos, con mucosidad en la garganta. Después se sumó la secreción nasal y los ojos llorosos. Finalmente, y debido a la congestión nasal no lograba dormir bien. Los síntomas aparecían en clara sucesión, uno tras otro. Una vez que los síntomas del resfriado comenzaban, me costaba mucho hablar y esto me deprimía.

Cuando comenzó el invierno de 2016, me puse mucha ropa para evitar resfriarme. Como no me cultivaba diligentemente, tenía miedo de acatarrarme. No me daba cuenta de que necesitaba deshacerme de las nociones humanas y negar la interferencia de las viejas fuerzas. Por lo tanto, cuando comenzaban a manifestarse los conocidos síntomas acababa "resfriándome". Luego, los síntomas me duraban casi un mes. Parecía una tribulación que nunca sería capaz de superar.

En invierno de 2017, los síntomas comenzaron otra vez. Sentía que me iba a resfriar. Sin embargo, esta vez también estaba muy alerta. Pensé, ¿cómo una practicante que se ha cultivado durante tantos años puede contraer un resfriado? ¿No es este un pensamiento incorrecto? Comprendí que era una noción humana que necesitaba soltar. ¿No es el momento de salvar a los seres consientes? ¿cómo puedo temer "enfermarme" por un resfriado? Negué rotundamente esa noción tan humana que, consideré, me habían impuesto las viejas fuerzas

Comprendí que la noción de "acatarrarse" era algo tan preparado e impreso en mi mente y en mi campo dimensional por las viejas fuerzas, que me habían hecho creer que no me quedaba otra opción que resfriarme. Como practicantes, debemos entender qué es ye de enfermedad. No es nada significativo, y ni siquiera debía mantener la noción de "contraer un resfriado". Soportaré lo que se supone que deba soportar, pero negaré con firmeza aquellos arreglos y pruebas que no tenga que atravesar.

Continuaré haciendo todo lo que debo hacer: Estudiar el Fa, practicar los ejercicios y enviar pensamientos rectos. Cada vez que aparecen los síntomas o aparece el pensamiento de que me acatarraré, inmediatamente los niego o no los reconozco, pensando que no son mi verdadero yo, y que debo corregir tal estado.

Desde que rompí con mi vieja mentalidad, dejé de sentir aquellos síntomas y me encuentro perfectamente bien.