(Minghui.org) En los años recientes, cada vez más gente ha conseguido un mejor entendimiento del alcance internacional de la propaganda del partido comunista chino. De hecho, el PCCh ha invertido 45 mil millones de yuanes desde 2009 para expandir la propaganda fuera de China para poder controlar la opinión pública y expandir sus tácticas de lavado de cerebro globalmente.

Tácticas delicadas y proactivas

Para poder influenciar más al mundo occidental, el PCCh ha implementado varias políticas. La primera es incrementar la inversión en los medios de comunicación del PCCh, como la CCTV y la agencia de noticias Xinhua. En el icónico Times Squares de Nueva York, un monitor gigante muestra videos de Xinhua, y las expendedoras de periódicos ahora tienen el China Daily en las principales ciudades de EE. UU. Además, la CCTV ha lanzado China Global Television Network (CGTN), y está disponible en los sistemas de cables de Estados Unidos. Xinhua ahora tiene unos 6.000 periodistas fuera de China, lo cual excede el número de las agencias tradicionales de noticias como AP, AFP y Reuters.

El segundo enfoque es influenciar o controlar los medios de noticias chinas en el extranjero. En 2001, Jamestown Fundation publicó un informe titulado “Cómo China está intentando controlar los medios chinos en América”, el cual describe cuatro métodos: a) controlar directamente los periódicos, televisión, y radio adquiriéndolos completamente o teniendo la mayoría de las acciones; b) influenciar medios de noticias independientes usando intereses comerciales; c) comprando avisos o tiempo de emisión; d) coordinar agentes del PCCh para trabajar en medios de noticias independientes con el propósito de espiar o sabotear.

El tercer enfoque que ha usado el PCCh es proyectar su voz en los principales medios de noticias. Con los años, insertos pagos del China Daily han aparecido en el Nuew York Times, Washington Post, y Wall Street Journal, tanto en las ediciones impresas como electrónicas. Estas tácticas son oscuras y engañosas.

El cuarto enfoque es corromper los medios de noticias en el extranjero con los intereses del PCCh. Un estudio de Reuters descubrió que China Radio International (CRI) de China ha intervenido al menos 33 estaciones de radio en 14 países. Un ejemplo es Phoenix Television, la segunda red de TV china más grande en los Estados Unidos. Siendo el 10% de las acciones de la CCTV, Phoenix Television ahora habla como si fuera un medio del PCCh.

China censura los medios de noticias en el extranjero de varias formas; directamente con incentivos financieros o presión, e indirectamente con avisos, ataques online, y ataques personales. Para los medios de noticias extranjeros que operan en China, el PCCh amenaza con cancelar las visas de los reporteros u otros ejemplos. Fuera de China, presiona a los editores para que quiten artículos que son críticos hacia el PCCh, amenazando cortar las relaciones o tratos comerciales.

Según un exdiplomático chino, los cinco grupos principales reprimidos por el PCCh fuera de China son los tibetanos, uigures, practicantes de Falun Gong, defensores de la democracia, y simpatizantes de la independencia de Taiwán. Los medios de noticias establecidos por los practicantes de Falun Gong, en particular, han llamado mucho la atención del PCCh.

Censurando opiniones diferentes

El PCCh censura la información por dos motivos: uno es reprimir informes negativos dentro de China, y el otro es silenciar disidentes mientras promueve su propia voz fuera de China. Ambos sirven para reforzar el poder global del PCCh.

Un studio de John Palfrey, profesor de abogacía en Harvard, encontró que un 48% de la información relacionada al “incidente del 4 de junio” (la masacre de Tiananmen en 1989) estaba censurada en China. De manera similar, el 90% de la información relacionada a los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista y la mayoría de la información positiva sobre Falun Gong está bloqueada. En contraste, solo el 10% de los sitios pornográficos están bloqueados. Estos números resaltan el propósito de la censura.

Katrina Lantos Swett y Mary Ann Glendon, expresidente y vicepresidente de la Comisión de EE. UU. para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) escribieron en 2013: “Los esfuerzos de Beijing contra Falun Gong, lo cual nace del temor por su crecimiento sustancial como un grupo pensante independiente que florece fuera de la ideología y control comunista, han sido extraordinarios”. Ella agregó: “Los sitios web y materiales de Falun Gong es el contenido más bloqueado en China”.

La Sra. Huang Qian, 49, es una exempleada del Centro del Libro de Guangzhou. A principios de 2015, publicó cinco publicaciones largas tituladas “Memorias del gulag” en Weibo, un mini blog chino. Como estas publicaciones exponían la persecución a Falun Gong en China, la Sra. Huang fue sentenciada a cinco años de prisión. Después de ser transferida a la división 4 de la prisión para mujeres de Guangzhou en junio de 2017, su familia la visitó y la encontró sumamente débil y enflaquecida. “Por favor vengan a salvarme. Este lugar casi me ha llevado a la locura”, le rogó a su familia.

Por su fe en Falun Gong, la Sra. Huang fue despedida por su empleador, detenida en un campo de trabajo forzado por tres años, y encarcelada por cuatro años. El PCCh se esfuerza mucho por bloquear la difusión de este tipo de información.

Colaboración con los medios occidentales

Desde su presentación al público, es de público conocimiento que Falun Gong mejora la salud física y los valores morales. Para iniciar y mantener la represión de este grupo no político, el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, dependía fuertemente en la propaganda difamatoria y la brutalidad, y los medios de noticias desempeñaron un rol crítico en engañar al público.

Anticipando que una represión de tan gran escala atraería la crítica de la comunidad internacional, Jiang invitó a los medios occidentales a participar de la persecución desde el principio. Si tenía éxito, lo ayudarían a justificar la represión y reducir la presión en la sociedad internacional. Un ejemplo fue en octubre de 1999, cuando Jiang fue entrevistado por el periódico francés Le Figaro y aprovechó la oportunidad para difamar a Falun Gong como una “secta”.

En una conferencia nacional sobre publicidad externa en 1999, Jiang enfatizó la propaganda externa y pidió una fuerte campaña de publicidad en la sociedad internacional que esté a la altura del “prestigio” y la “reputación” de China. Li Changchun, un miembro del comité permanente del politburó, siguió esta dirección y estableció un sistema coordinado en 25 departamentos bajo el comité central del PCCh. Guo Jingzhe, un director de CRI, explicó su interpretación de las palabras de Jiang: “Deberíamos ser proactivos y tomar la delantera… la propaganda en el extranjero es como una batalla. Tenemos que tener un escudo con una mano para defendernos de los enemigos, y con la otra mano sostener una lanza para atacar a otros”.

Bajo esta política, la propaganda de odio fue exportada a otros países. El 26 de mayo de 2000, Focus de la CCTV incluyó un programa de 18 minutos que calumniaba a Falun Gong. Al aprobar el programa, el jefe de la oficina 610 central ordenó a la CCTV difundirlo a las embajadas y consulados en el extranjero, como también traducirlo al inglés para transmitirlo fuera de China. Los medios de noticias chinos de varios países también hicieron lo mismo para seguir difamando a Falun Gong.

Resistencia en la sociedad occidental

Este tipo de propaganda del PCCh a veces se encuentra con resistencia. Después de que Talentvision, una estación de TV canadiense en chino, emitió un programa de noticias de la CCTV sobre “el caso del asesinato de Fu Yi-bin” el 16 de diciembre de 2001, el cual asociaba falsamente a Falun Gong con el asesinato, el Consejo Canadiense de Estándares para la Difusión (CBSC) decidió el 16 de diciembre de 2002, que Talentvision había violado cuatro artículos del código de ética y violencia de la Asociación de Emisores, como también del código de ética de la Asociación de Directores de Noticias de Radio y TV de Canadá.

“El panel encontró que las referencias a Falun Gong en los informes de noticias constituían un comentario injusto, por un lado, y que la repetición de video clips violentos era excesiva, por otro lado”. (Decisión de la CBSC del 1/02/-0416+). A Talentvision le ordenaron emitir la decisión dos veces en siete días.

Los participantes de las conferencias de publicidad externa en China incluían no solo a funcionarios de diferentes órganos estatales y varias provincias sino también funcionarios de las embajadas y consulados chinos. Estos funcionarios muchas veces lideran los esfuerzos de propaganda externa.

Voz de América reportó el 13 de marzo de 2001, que Wang Yunxiang, el cónsul general chino en San Francisco, escribió al periódico chino World Journal, diciendoles que dejaran de publicar avisos relacionados a Falun Gong. Gu Xixian, el vicegerente general del periodico, omitió la demanda del cónsul y dijo: “Él [Wang] puede tener su opinión, y los practicantes de Falun Gong pueden también tener su opinión”.

Wu Ronghua, el consul general chino en Melbourne, Australia, una vez invitó a autoridades de un medio de noticias chino local al consulado, pidiéndoles que no publicaran artículos relacionados a Falun Gong. Dijo que cualquiera de esos artículos tenían que ser reenviados al consulado chino para ser aprobados con anticipación. Como resultado, ninguno de los medios de noticias publicó artículos sobre Falun Gong, citando presión y preocupación por la retaliación del consulado chino.

Los esfuerzos del PCCh para reforzar su soft power

Chang Chin-hua de la Universidad Nacional de Taiwán advirtió sobre la expansión del “soft power” del PCCh en la comunidad internacional, el cual busca influenciar otras naciones con métodos culturales. Un ejemplo es la popularidad de las películas y televisión de Corea del Sur. Por otro lado, el poder duro, depende de los incentivos económicos y amenazas. Al reprimir y evitar las opiniones negativas, este tipo de país puede promover sus propios intereses y hacer que su propia opinión prevalezca.

El poder duro de China proviene de sus ventajas económicas y comerciales. A través de influencias directas e indirectas, puede ejercer coerción sobre ciertos objetivos para que se autocensuren y controlar así la opinión pública. Esto no solo interfiere con la libertad de expresión sino que también amenaza los sistemas democráticos y la seguridad nacional en los países occidentales. En otras palabras, es una estrategia de guerra asimétrica librada por el PCCh.

A pesar de los continuos esfuerzos del PCC por infiltrar otros países, algunos en Occidente a comenzado a armar una resistencia más fuerte. Mientras hablaba de la política sobre China de la administración de Trump, el 4 de octubre de 2018 en el Instituto Hudson, Mike Pence, el vicepresidente de los Estados Unidos, mencionó el poder militar del PCCh, el robo de secretos comerciales, espionaje y violaciones a los derechos humanos. Esta actitud sugiere que los esfuerzos del PCCh para influenciar los medios de noticias fuera de China están siendo monitoreados y potencialmente frenados.