(Minghui.org) Vivo en una ciudad del norte de China y en junio de 1995 comencé a practicar Falun Dafa. Después de que la persecución comenzó en julio de 1999, nuestro ambiente de práctica grupal se perdió. Debido a la abrumadora propaganda de los medios de comunicación, mis compañeros de trabajo, vecinos, familiares y amigos tenían una visión negativa del Maestro Li y de Dafa. Para rectificar la situación y limpiar el nombre del Maestro y de Falun Dafa, muchos practicantes comenzaron a aclarar la verdad. Se centraron en difundir los beneficios de Dafa de boca en boca, ya que casi no había material impreso.

Un día un practicante me trajo algunas copias de un periódico que aclaraba la verdad y me dijo que las entregara después de leerlas yo misma. Pensé que necesitaba más, así que llevé el periódico a una fotocopiadora e hice unas cuantas docenas de copias. Poco después, la policía local comenzó a investigar en la comunidad. Ninguna tienda de fotocopias se atrevió a hacer copias para mí. Ese fue el momento en que me di cuenta de que no debía esperar y depender de los demás, sino empezar a hacer mis propios materiales para distribuirlos.

Una pequeña flor floreciendo

Como mujer mayor, sabía poco sobre computadoras. Para mí sería fácil coser o cocinar, pero cuando se trataba de usar una computadora, un mouse, un teclado y una impresora, me enfrenté a un serio desafío. El Maestro vio mi corazón y mi buena intención y dispuso que un colega me ayudara a comprar una computadora, una impresora y los insumos necesarios.

En ese momento, el esposo de esa practicante, que también era practicante, fue encarcelado y su madre estaba en casa, incapaz de cuidarse. Sus 2 hijos estaban en la escuela y su salario era escaso. Aún así, superó todas las dificultades y me tomó de la mano, empezando por cómo encender una computadora y cómo usar un mouse.

Guiada y cuidada por el Maestro, finalmente aprendí todo después de un largo proceso de práctica. Podía hacer los boletines de Minghui Semanal y la revista Minghui Semanal yo sola. Mi esfuerzo inicial para establecer mi propio centro de producción tuvo un éxito temprano.

Cuando se publicaron los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004, los practicantes me sugirieron que los convirtiera en un folleto para distribuir, y asumí la tarea sin pensarlo mucho.

Aprendí a imprimir y encuadernar. Entonces me encontré con un problema, a saber, cómo cortar un montón de papel por la mitad y convertirlo en dos libros.

Otro practicante y yo intentamos por primera vez cortar el papel con un cuchillo de cocina. Nos llevó medio día cortar unas cuantas páginas. Luego probé un machete, pero con poca suerte. Eventualmente, usamos una cuchilla de afeitar y la hicimos funcionar. Nació nuestra primera copia de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista.

Sucedió que un practicante viajaba a Beijing por negocios y quería llevarle una copia a su pariente. Así, nuestro primer libro viajó a Beijing. Después, estaba decidida a encontrar una manera más rápida de producir el libro en masa.

Al día siguiente me encontré con un practicante que sabía hacer libros. Tres días después, para mi alegría, me envió un cortador de papel grande, profesional y nuevo. Compré una segunda impresora para acelerar las cosas. Para mi decepción, las 2 impresoras no pudieron terminar de imprimir una caja de papel en el primer intento. A veces se saltaban hojas de papel. A veces alimenté el papel medio impreso al revés o mezclé páginas pares e impares. Me frustré e impacienté y empecé a sudar. En ese momento no estaba clara cuál era el problema de mi cultivación.

Un practicante conocedor de la tecnología informática pasó por aquí. Después de investigarlo, me dijo: "No hay nada malo ni en el ordenador ni en las impresoras. Tal vez deberías buscar otras razones".

No fue lo suficientemente franco como para decirme el problema, pero tenía la intención de que yo encontrara espacio para mejorar. Cuando se fue, me tranquilicé y pensé: "Cuando me trajeron el nuevo cortador de papel, me alegré demasiado. ¿No es eso exultación? También estaba demasiado absorta en el trabajo y eso es apego a hacer cosas. Luego me frustré e impacienté".

Quedé sorprendida por estos problemas de cultivación y no pude evitar agradecer el cuidadoso arreglo y la guía del Maestro. Estaba agradecida por la ayuda del otro practicante para mejorar.

En el camino, también me di cuenta de lo difícil que era hacer libros. El estándar era más alto, requería más tiempo y esfuerzo, y pocos practicantes hacían libros. Decidí que dedicaría mi centro de producción de material a la producción de libros.

Creciendo sólida y firmemente

A medida que avanzaba la rectificación del Fa, los libros fueron variando. Pudimos producir Desintegrando la cultura del partido, La verdadera historia de Jiang Zemin, y Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo.

Cuando los practicantes fueron arrestados y sus casas saqueadas, muchos libros de Dafa se perdieron. Además, después de entender la verdad de los practicantes, mucha gente quería libros de Dafa.

Después de muchos años de uso frecuente, las copias de algunos practicantes presentaron mucho desgaste hasta el punto de dificultar su estudio. Me dije que lo que Dafa necesitaba era lo que yo debía hacer, y empecé a hacer libros de Dafa. Sabía que era una responsabilidad solemne, así que dije antes frente a la foto del Maestro: "Maestro, sé que este es el Fa de todo el universo. Es una tarea sagrada. Haré todo lo que pueda para hacerlo bien".

La elaboración de los libros de Dafa requería más precisión y atención a los detalles que la de otros libros. Siguiendo las instrucciones que encontré en Internet, las sugerencias de otros practicantes y examinando cada paso del procedimiento, descubrí un método adecuado.

Por ejemplo, cuando puse el papel en la bandeja, tuve que usar un paquete entero a la vez para una impresión bien alineada. Los agujeros de encuadernación tenían que estar a la distancia exacta del borde del papel o sería demasiado difícil voltear las páginas para leerlas. Las fotos del Maestro y el emblema Falun tenían ciertos tonos de brillo y color que debían ser calibrados de acuerdo con las instrucciones en línea para minimizar las posibles variaciones.

Cada paso, incluyendo la calidad del papel, el tamaño de la fuente, la encuadernación, el corte, las cubiertas de los libros, la colocación de las cubiertas protectoras de plástico, etc., debe recibir la atención adecuada, y cada parte está influenciada por mi cultivación.

Debo un agradecimiento especial a los practicantes que contribuyeron tanto al crecimiento y fortaleza del centro de producción. Una proveyó insumos y ayudó a arreglar problemas; una practicante de mi edad hizo portadas de libros sin quejarse; una practicante joven nos ayudó a todos con nuestros problemas de computadoras y teléfonos móviles con paciencia a pesar de haberle avisado con poco tiempo; algunas se enfocaron en pegar las portadas de los libros sin considerarlos como un trabajo de baja categoría.

El centro de producción estaba situado en mi casa, pero pertenecía a todo el grupo local y a Dafa. Su desarrollo sólido fue el resultado de todas las contribuciones desinteresadas de los colegas practicantes. Todos ellos eran componentes indispensables de la operación, que solo existían gracias a la protección y el cuidado del Maestro.

Tiempo dificiles

En mayo de 2015, los practicantes de nuestra área comenzaron a demandar a Jiang Zemin usando sus nombres reales. En julio, la policía local arrestó a muchos de nosotros. De repente, todo lo que oía todos los días era que alguien más había sido arrestado. Tenía tanto miedo que apenas podía dormir o comer, y mis manos seguían temblando cuando enviaba pensamientos rectos. Solo pensaba en cómo protegerme con los medios de la gente común. Sabía que no era mi verdadero yo, sino la interferencia del mal. Sin embargo, no fui capaz de controlar y suprimir los malos pensamientos.

Al ver el estado de mi cultivación, mis compañeros practicantes de trabajo trasladaron la cortadora de papel y las impresoras a los hogares de otros practicantes, dejándome solo una impresora más pequeña. También distribuyeron los materiales. Al año siguiente, imprimí las páginas, las llevé a la casa de otro practicante para cortarlas y luego las llevé a casa para pegar las tapas de los libros. Tomó por lo menos medio día, perdiendo un tiempo que podría haber sido mejor invertir para salvar a más gente. Sabía que no era lo ideal, pero aún así albergaba miedo.

Un día un pariente me dijo: "¿Qué haces, llevando cosas de un lado a otro? Estás tan ocupada, y sin embargo haces poco". La pregunta me llamó la atención y pensé: "Es verdad. ¿Por qué estoy haciendo esto? Nunca le había importado lo que yo hacía antes, ¿por qué me preguntó eso? Debe ser que el Maestro está preocupado por mi estado de cultivación y está usando a una persona común para despertarme".

El Maestro dijo:

"El Fa puede revelar todos los apegos, el Fa puede erradicar todas las perversidades, el Fa puede exponer y eliminar todas las mentiras y el Fa puede fortalecer los pensamientos rectos" (Eliminen la interferencia, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

Me faltaban pensamientos rectos porque no estudiaba el Fa lo suficiente. Así que empecé a aprovechar cada momento libre para estudiar las enseñanzas. Nunca había leído todos los libros de Dafa. Esta vez me las arreglé para leerlos todos, una vez y algunos dos veces. El Fa fortaleció mis pensamientos rectos y eliminó el temor en mi corazón.

En el pasado, los practicantes me recordaron: "La impresora y el cortador de papel no son excusas para la persecución. Todo depende de dónde esté tu corazón y cómo lo veas". No estaba de acuerdo en el pasado. Ahora sí que entendí el significado de lo que el Maestro quiso decir cuando dijo: "Sólo manteniéndose inamovibles, serán capaces de manejar todas las situaciones" (Exponiendo el Fa en el Fahui del Medio Oeste de los Estados Unidos).

Pronto mi corazón se puso firme y libre de miedo. Me di cuenta de que la impresora y el cortador de papel eran herramientas mágicas que usaba para salvar a la gente, en lugar de evidencia y una excusa para que el mal me persiguiera. Decidí traerlos a casa y comportarme como una practicante de Dafa.

Nunca marchitarse

El Maestro ha aconsejado a los practicantes en China que presten mucha atención a las cuestiones de seguridad. Esto se aplica a todos los aspectos de nuestro centro de producción, incluyendo la compra de materiales consumibles, la impresión y fabricación de los materiales, el transporte de los mismos fuera de mi casa para su distribución, y la eliminación de los residuos. Tenemos que tener en cuenta el entorno, el tiempo y las personas implicadas.

Cuando llegan nuevos insumos, desecho su empaque original y los pongo en paquetes para otros artículos ordinarios. Dependiendo de la temporada, los paquetes pueden ser para arroz, trigo, tortas de luna, huevos, etc. Envío grandes cantidades de papel de impresión en cajas a otros lugares, como una casa separada vacía o un garaje sin usar, y traigo montones de papel a casa cuando es necesario, para evitar atención innecesaria.

Tenemos que prestar mucha atención al ruido de las impresoras, y el proceso de encuadernación fue especialmente problemático. Si usábamos un martillo para clavar los pernos de atado, era demasiado fuerte. Si usábamos alicates, nuestras manos se cansarían muy rápidamente y la calidad no sería tan buena. Eventualmente, alguien pensó en un nuevo método: envolvemos una tela gruesa alrededor de un pedazo de mármol (apenas más grande que el papel A4) para usarlo como base, luego lo ponemos en un colchón grueso y martillamos los alfileres de encuadernación encima de él. Eso amortigua el ruido de forma muy efectiva. Si hay un televisor o una radio encendida, no se oye nada desde el exterior.

La eliminación de nuestra basura era un problema. Los bordes del papel cortado eran delgados e imperceptibles para los ojos desprevenidos. Pero los expertos serían capaces de discernir fácilmente desde los bordes de los cortes lo que estaba sucediendo. Un practicante en sus 80 años, que comenzó a practicar hace apenas unos años, lleva los desechos a los suburbios para quemarlos.

Los practicantes a cargo del transporte de los libros y materiales han acordado no llevar ningún teléfono móvil al centro de producción. Se comunican por correo electrónico. Los que recogen los materiales están en contacto uno con otro y ninguno de ellos conoce a más de una persona en el grupo. Programo sus horas de recogida por separado para que tampoco se vean entre sí. Tampoco les dicen a otros practicantes de dónde provienen los materiales. Hacemos las cosas de esta manera para proteger el centro de producción de posibles daños e interferencias.

Además de manejar los asuntos con seguridad en esta dimensión, siempre enviamos pensamientos rectos y limpiamos nuestras propias dimensiones antes de hacer un trabajo importante. Buscamos dentro de nosotros cuando surgen dificultades. Nuestra pequeña operación de producción de materiales ha resistido los años y ha madurado. Con el cuidado y la protección de todos, ha echado raíces más profundas y se ha vuelto más fuerte que nunca.