(Minghui.org) La señora Wu Junfang de la ciudad de Handan, provincia de Hebei, fue obligada a abortar a las 18 semanas de embarazo, poco después de ser arrestada el 18 de junio de 2008, por practicar Falun Dafa.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La señora Wu relata su terrible experiencia.

Aborto forzado

Fui arrestada en mayo de 2008 por varios oficiales de policía. Ellos saquearon mi casa y confiscaron los materiales de Falun Dafa.

No me dejaron dormir esa noche en la estación de policía local. Me horrorizaron los gritos de la gente en las celdas cercanas que eran golpeados en medio de la noche.

Debido a que estaba embarazada, el centro de detención N.º 2 de Handan se negó a aceptarme. Antes de liberarme la policía extorsionó a mi familia por 1.000 yuanes y los obligó a escribir una declaración prometiendo que no me dejarían practicar Falun Dafa.

La policía me arrestó de nuevo en la tarde del 18 de junio de 2008, mientras yo estaba cuidando a mi padre, que tenía una enfermedad terminal.

Luego me llevaron al hospital de Matou. El médico me ató en una cama y me inyectó drogas desconocidas. Mi bebé pronto fue abortado. El doctor incluso me mostró al bebé para atormentarme. Se veía tan adolorido; sus manos y pies estaban rígidos. Todo mi mundo se derrumbó.

No sé cómo sobreviví. ¿Qué hizo que la policía y el doctor mataran a un bebé inocente?

Cuando mi esposo vino a verme más tarde, el jefe de policía incluso me culpó por el aborto y trató de hacer que mi esposo me golpeara. Sabiendo que su corazón también estaba roto, le pedí que me llevara a casa en vez de quedarme en el hospital.

Mi padre murió un mes después de mi arresto.

Persecución en el campo de trabajo forzado

Fui transferida al centro de detención N.º 2 de Handan el 26 de junio de 2008 y luego me dieron dos años de trabajo forzado en el campo de trabajo de mujeres de la provincia de Hebei el 6 de julio.

Los guardias me esposaron con otra practicante durante la noche porque nos negamos a firmar las declaraciones para renunciar a Falun Dafa.

El campo de trabajo restringía estrictamente el uso del baño. Muchas internas no se atrevían a comer lo suficiente por esta razón. Solo comía un poco para mantener la fuerza suficiente para el trabajo diario de más de diez horas. Algunas internas tenían que hacer sus necesidades en el lavabo y serían castigadas cuando fueran descubiertas.

En una ocasión, no pude aguantar y me fui. El guardia me abofeteó y me obligó a permanecer de pie durante más de dos horas como castigo.

Otra practicante llamada Fang Hua no podía defecar después de retener su orina durante demasiado tiempo. Una de sus piernas se hinchó mucho y se desmayó. Estuvo recluida en el hospital durante tres días para evacuar la orina acumulada en su cuerpo. Cuando regresó, los guardias la electrocutaron con una picana y la obligaron a decir que había fingido sus síntomas.

Nos veíamos obligadas a trabajar más de diez horas al día. Hacíamos envoltorios de palillos descartables, etiquetas adhesivas para pesticidas, pequeñas bolsas de papel para hoteles, tapas de botellas de medicinas y otros artículos.

A finales de 2008, me negué a realizar el trabajo pesado. Los guardias me esposaron por la espalda y luego me levantaron las manos para causarme dolor en los hombros.

Me electrocutaron y me golpearon con un libro grueso. Me pellizcaron los brazos y la cara. Una guardia me pisoteó las piernas y los pies con sus tacones altos. Después tuve dificultad para caminar durante varios meses.