(Minghui.org) ¡Saludos, Misericordioso Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Empecé a practicar Falun Dafa hace ocho años. Mi hermana mayor era practicante y me animó a cultivarme. Tenía 15 años y no estaba preparada para abandonar mis diversiones, como salir de fiesta y divertirme con mis amigos. En cuanto a mi salud, desde niña mis glándulas se infectaban con frecuencia, y debía quedar repetidamente en cama con fiebres que duraban semanas. Los médicos dijeron que no había cura y que tendría esta condición por el resto de mi vida.

El año anterior a empezar a practicar Falun Dafa fue el período más bajo de mi vida. Yo era muy rebelde, estaba siempre en casa de mis amigos, o en fiestas. En la escuela mis notas eran muy malas. Me sumía en las drogas, bebía y fumaba, e incluso tenía relaciones íntimas con chicos. Me estaba hundiendo cada vez más. Aunque pensé que estaba haciendo lo que quería, sentía un vacío en mi corazón, y como resultado comencé a tener más síntomas físicos.

Cada vez que me iba a dormir empezaba a sentir parálisis. Mi cuerpo no podía moverse. Sentía como si algo me agarrara del cuello y se me enrollara alrededor del cuerpo. Le pedí a mi madre y a mis hermanas que me despertaran si me oían luchar mientras dormía. Todas las noches tenían que sacudirme para ayudarme a despertar.

Después de muchos meses así, estaba exhausta. Una noche, cuando comencé a dormirme, dije: "Esta vez no voy a luchar ni a forcejear y tal vez no pase nada malo".

Esa noche, entré de nuevo en ese estado, pero esta vez no luché. Me vi entrando en un túnel y vi todo claramente a mi alrededor. De repente me di cuenta de lo que estaba pasando, y pensé: "¡Me estoy muriendo!".

Así que empecé a pelear. Esta vez fue más difícil que nunca. Finalmente recuperé el control de mi cuerpo y desperté. Me tomó un tiempo calmarme y me sentí abrumada por la desesperación.

Me sentía muy vacía y no entendía por qué estaba viva.

Comenzando mi increíble viaje de cultivación

Un año más tarde, le pregunté a mi hermana si podía tomar prestado el libro Zhuan Falun. Cuando terminé de leer la primera lección, sentí que mi vida estaba en manos del Maestro. Me sentía segura y llena de felicidad. Dejé de fumar y beber, y de ir a fiestas constantemente. Me volví digna y tranquila.

Después de practicar durante un mes, me di cuenta de que ya no tenía problemas para dormir. Sentía tanta paz, algo que nunca soñé que fuera posible.

Traté de levantarme temprano todos los días, para poder leer al menos parte de una lección de Zhuan Falun. Leía el resto en el autobús camino a la escuela.

Entendí que, como cultivadora, tenía que dar un mejor ejemplo en todo lo que hacía. Me convertí en una mejor estudiante. Mis notas mejoraron rápidamente, y mis profesores se sorprendieron mucho. Aproveché la oportunidad para contarles sobre Dafa y cómo me había beneficiado de practicar.

Después de decirle a mi profesora que mis cambios positivos fueron porque comencé a practicar Falun Dafa, me pidió que enseñara los ejercicios a mis compañeros de clase. Sabía que el Maestro organizó esta oportunidad para poder hablarles a todos de los beneficios y la belleza de Dafa.

El Maestro nos anima constantemente

Me encontré con algunas pruebas cuando empecé la cultivación. Mi madre estaba en contra de mi práctica. Cada vez que me veía leyendo o haciendo los ejercicios, se enfurecía y empezaba a gritarme para que me detuviera.

Cuando estaba leyendo el Fa un día en mi habitación, ella entró y comenzó a gritarme y a insultar a Falun Dafa. Me sentí muy desanimada. No sabía qué hacer. Al mirarla, vi varios de los fashen del Maestro rodeándola. Entendí que el Maestro me estaba alentando y mostrándome que este tipo de situaciones son una prueba y son para eliminar mi yeli.

Esta situación ocurrió muchas veces. Después de hablar con otros practicantes, comprendí que necesitaba comunicarme con mi madre. Sabía que tenía que respetar mi decisión de practicar Falun Dafa y que debía ayudarla a entender que era algo bueno y que solo me beneficiaría. Así que la enfrenté con pensamientos rectos. Finalmente entendió y dejó de cuestionar mi creencia en Dafa.

Otra historia que me gustaría compartir es sobre un sueño muy vívido que tuve. Estaba esperando un autobús, cuando de repente vi a tres personas que venían de lejos. A medida que se acercaban, vi que era una joven muy hermosa acompañada de dos hombres. Sentí que nos conocíamos. Mirando más de cerca, vi que ella era un ángel con enormes alas, y que los dos hombres eran sus ángeles guardianes.

Ella me miró directamente y me dijo: "Tienes que seguir cultivándote en Dafa. Pase lo que pase, tienes que perseverar hasta el final". Entonces me di cuenta de que ella era yo.

Luego me llevó a un restaurante, donde mucha gente estaba de celebración. Sentí que eran seres conscientes en mi mundo, que estaban felices de haber sido salvados por Dafa.

Apegos a la imagen y a la lujuria

Tuve algunos problemas alimenticios cuando era muy joven, incluyendo anorexia y bulimia. Apenas comía. A veces no comía casi nada durante varios, y solo bebía agua. Me desmayaba con frecuencia y mi salud era muy frágil.

Para cuando llegué a la adolescencia, desarrollé muchos apegos, como apego a la imagen, a la envidia y a la vanidad. Tuve algunos novios, con los que comencé a tener relaciones íntimas, algo de lo que ahora me arrepiento profundamente. Desarrollé apego a la lujuria a una edad temprana.

Antes de practicar, empecé a salir con un chico del que rápidamente me enamoré. Era el hermano de mi amiga. Cada vez que la visitaba lo veía, y poco a poco desarrollamos sentimientos el uno por el otro.

Un día, mi amiga me dijo que él había estado involucrado con otra chica durante varios años. Me sorprendió y decidí no volver a verlo.

Unos meses después de empezar a practicar, fui a visitar a mi amiga y de repente él llegó. Insistió en hablar conmigo. Dijo que debíamos tener una relación, pero yo dije que no.

Aunque mi corazón estaba conmovido, entendí que esto era una prueba de lujuria impuesta por las viejas fuerzas. Él quería que pasara algo, pero me negué repetidamente. Después de más de una hora, tuve un pensamiento repentino de que estaba siendo manipulado por demonios para que yo cayera. Después de que tuve ese pensamiento, me miró con una expresión confusa, y de repente se fue. En ese momento sentí que había superado una prueba.

Gracias a un buen ambiente de estudio del Fa, pude pasar por muchas pruebas. Sentía que cada vez que pasaba una, mi cuerpo se volvía más puro y ligero. Una vez, cuando tuve un sueño que implicaba lujuria, inmediatamente lo detuve. Cuando desperté, comencé a enviar pensamientos rectos para la exposición de El Arte de Zhen Shan Ren (Verdad, Benevolencia, Tolerancia) que estaba en mi ciudad. Al meditar, de repente sentí que estaba levitando.

Un año más tarde me mudé y comencé a trabajar en diferentes proyectos. Me fui de vacaciones con mi familia. Constantemente rodeada de gente común me relajé en mi estudio del Fa y ejercicios. No me comporté como una cultivadora, y desafortunadamente cedí en la lujuria.

Después, me sentí como un fantasma, que es la única manera en que solo puedo describir mi estado en ese momento. Estuve deprimida durante muchos días. No podía perdonarme por el error que cometí y sentía que había fallado a los seres conscientes y al Maestro. Después de regresar de vacaciones, pasó un tiempo antes de tener el valor de compartir lo que sucedió con los otros practicantes. El dolor en mi corazón era intenso.

Pensé que si lo exponía, el dolor en mi corazón se aliviaría un poco, pero no lo hizo. Sabía que todavía tenía muchos apegos. Me di cuenta de que todavía estaba tratando la cultivación de una manera muy superficial. Empecé a mirar adentro más profundamente.

Encontré muchos apegos fuertes, como la envidia, los celos, la competencia, la frustración y el sentimentalismo. Aunque identifiqué muchos de mis apegos no sabía cómo eliminarlos. Continué en este estado durante mucho tiempo.

Traté de seguir haciendo lo que tenía que hacer. Participé en proyectos y estudié el Fa con los otros practicantes. Pero mi apego a la lujuria me hizo ir al otro extremo. Empecé a comer mucho. Gané peso y descuidé mi apariencia. Como mi ropa ya no me quedaba bien, comencé a usar ropa amplia y también vestía de negro a menudo.

Cuando los practicantes me vieron así, señalaron amablemente que un cultivador debe mostrar una buena imagen. Como estaba deprimida empecé a dormir más.

Desafortunadamente, caí de nuevo en el apego de la lujuria. Los otros practicantes me preguntaron si algo andaba mal. Solo les dije que me sentía mal. No tuve el valor de compartir más abiertamente lo que estaba sucediendo. Temía que desarrollaran una mala opinión de mí. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para exponer mi apego y eliminar el arreglo de las viejas fuerzas.

Espero que al compartir esta experiencia pueda ayudar a otros a no tomar un desvío como hice yo. Debemos ser honestos con los demás, y esto es lo que nos ayuda a avanzar en la cultivación.

Negando las viejas fuerzas

Participé en la promoción de Shen Yun en 2012. Esta fue también mi primera experiencia de cultivación intensa. Sentía que me ayudaba a ser más madura. La venta de entradas fue lenta. Nos dimos cuenta de que necesitábamos eliminar cualquier brecha que las viejas fuerzas pudieran aprovechar.

Una practicante de mi ciudad siempre era muy agresiva. Cuando los demás hablaban de sus experiencias, ella los criticaba. Ella no actuaba como una cultivadora, con benevolencia y amabilidad. Ella también actuaba de esta manera en mi ciudad natal y había causado mucha interferencia entre los practicantes allí. Lo que me sorprendió fue que yo tenía los mismos pensamientos que ella. Me di cuenta de que inadvertidamente estaba aceptando los arreglos de las viejas fuerzas. No estaba dispuesta a afrontar el fracaso, a mirar hacia adentro o a cultivarme a mí misma. Mirando hacia atrás, ahora entiendo lo incorrectos que eran mis pensamientos en ese momento.

Cuando entendí lo equivocados que estaban mis pensamientos, observé cómo otros practicantes de mi ciudad —que habían ido a apoyar la promoción— también se dejaban llevar por esos mismos pensamientos. Entendí que las viejas fuerzas usaban este tipo de nociones para generar divisiones.

Shifu dijo en Zhuan Falun:

“Pienso que un ambiente complicado es, por el contrario, algo bueno; cuanto más complicado es, más pueden surgir personas elevadas; si uno puede desatarse y salir de aquí, entonces ese es el xiulian más sólido”.

“Para alguien que de verdad puede realizar el xiulian decididamente, digo que esto es, en realidad, algo bueno. Si no ocurren conflictos, no hay oportunidades para elevar tu xinxing ni tampoco puedes ascender. Si tú eres bueno y yo también soy bueno, ¿cómo realizas el xiulian?”.

(Corazón claro y limpio, Lección Novena, Zhuan Falun)

Después de mi increíble experiencia de ayudar con Shen Yun ese año, decidí mudarme a Buenos Aires. Sentí que era hora de dar el siguiente paso en mi cultivación. Tenía 18 años y era lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones. No fue fácil. Mis padres estaban preocupados de que no tuviera un trabajo estable y estuviera sola en una gran ciudad.

Sabía que tenía que explicar que quería ir para ayudar a la gente allí a entender lo que estaba sucediendo en China, donde de los millones de practicantes muchos estaban perdiendo sus vidas por la persecución.

Mirando hacia atrás, esta fue una de las mejores cosas que he hecho. Toda esta experiencia me ha hecho más madura, y también tengo una mejor comprensión del Fa. Hoy, mis padres están muy contentos de que yo haya dejado mi ciudad natal y de que esté trabajando muy duro y participando en proyectos de aclaración de la verdad.

Estas son solo algunas de las experiencias que tengo para compartir. Espero que puedan ayudar a los demás para que no cometan los mismos errores que yo. Entiendo la urgencia, y todavía tengo que eliminar muchos apegos. Espero ser más diligente y ponerme al día con el progreso de la rectificación del Fa.

Ahora entiendo que no importa en cuántos proyectos participemos, o cuánto esfuerzo pongamos, lo más importante es la cultivación y eliminar los apegos. ¡Que todos seamos capaces de volver a casa con el Maestro!

¡Gracias Shifu! ¡Gracias compañeros practicantes!

(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias en Buenos Aires, Argentina 2019)