(Minghui.org) Asistí a las conferencias que el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa, dio en Harbin el 5 de agosto de 1994. Todo lo que experimenté ese día aún lo tengo claro en mi mente. Cada vez que leo artículos de los practicantes sobre cómo participar en las conferencias del Maestro, mi cara se cubre de lágrimas y me cuesta calmarme.

Mi infancia fue muy feliz. Mis padres me querían mucho. El partido comunista chino (PCCh) inició la revolución cultural cuando estaba en la escuela primaria y a causa de ello no terminé la escuela primaria y asistí a la escuela secundaria durante solo un mes.

Luego regresé a mi pueblo natal, me convertí en curandera y me casé. Subí más de 13 kilos luego de tener mi segundo hijo y empecé a tomar medicamentos para perder peso.

Los graves efectos secundarios de la medicina afectaron mis riñones y desarrollé nefritis glomerular, una enfermedad que impide a los riñones filtrar desechos y exceso de líquido en el cuerpo. Mis piernas se hincharon y se pusieron rígidas. Tenía sangre en la orina. Me costaba orinar sin inyecciones de penicilina. Estaba cansada, sentía mucho frío y me quedé en el hospital. Intenté mejorar mi salud con la medicina china y la acupuntura, pero nada funcionó.

Un compañero de clase de mi cuñado que practicaba qigong me sugirió la práctica, asistí a algunas clases de qigong y gasté mucho dinero, pero mi salud no mejoró. Tenía 37 años en ese momento.

Dos años después, vi a algunas personas practicando qigong al aire libre. Fui allí con una amiga para probar. Hice los ejercicios con ellos y me sentí bien después. Volví al día siguiente y el tercer día, mi amiga y yo nos inscribimos en una clase de instrucción de Falun Dafa que se llevaría a cabo en Harbin. Fui una de las 46 personas que tomaron un autobús a Harbin.

Escuchamos las conferencias del Maestro en el estadio de hockey de Harbin el 5 de agosto. El Maestro era joven, alto y corpulento. Se veía digno y alguien susurró que el Maestro era un Fo. Yo también lo creía aunque no sabía lo que era un Fo en ese momento.

Me dio fiebre cuando el Maestro empezó la conferencia. Además, tuve que ir al baño y orinar mucho. Esto fue sorprendente ya que no podía orinar sin medicamentos desde el inicio de mi enfermedad renal.

Más tarde ese mismo día, toda la clase visitó la isla de Taiyang. Iba al baño cada hora. Parecía que había expulsado toda la orina acumulada en mi cuerpo en los últimos dos años.

Al día siguiente, sentí mi cuerpo ligero como una pluma. Los síntomas de mi enfermedad renal desaparecieron luego de escuchar las conferencias del Maestro solo un día. ¡Fui muy afortunada!

El Maestro dijo:

"En el pasado, estudiantes de diferentes regiones, al escribirme sus informes de experiencias mencionaron este asunto: «Ah, Maestro, después de escuchar el seminario, al regresar, en todo el camino busqué retretes hasta llegar a casa». Esto pasa porque todos los órganos internos tienen que ser purificados. Hay individuos que incluso se duermen y cuando termino mi lección se despiertan. ¿Por qué? Porque tienen enfermedades en sus cerebros y hay que hacer ajustes para ellos. Cuando su cerebro es ajustado y corregido, él no puede aguantarlo en absoluto, por lo tanto, hay que hacer que entre en un estado de anestesia para que no se dé cuenta. No obstante, algunos no tienen problemas con el oído, duermen plácidamente pero escuchan todo sin perderse una sola palabra; desde entonces se sienten mentalmente renovados y ni siquiera tienen sueño si pasan dos días sin dormir. Son todos diferentes estados, los cuales necesitan ser ajustados y corregidos; el cuerpo entero tiene que ser completamente purificado para ti" (Segunda Lección, Zhuan Falun)

Sufría de fuertes dolores de cabeza. Al tercer día, me dormí durante dos conferencias mientras el Maestro enseñaba. Podía oír pero no mantenerme despierta. Me dolió la cabeza todo el día como si fuera a explotar. Sin embargo, el dolor desapareció al cuarto día. Desde entonces, mis enfermedades desaparecieron.

No fui la única persona que se benefició al escuchar las conferencias del Maestro. Una practicante fue diagnosticada de una enfermedad cardíaca y sufría mareos por movimiento. No podía tomar el autobús. Fue difícil para ella llegar a Harbin en tren. Parecía una persona nueva después de las conferencias.

Mi amiga, que asistía a las conferencias, padecía una enfermedad estomacal. Tuvo diarrea y vómitos durante las conferencias. Luego de escuchar las conferencias por unos días sus síntomas enfermedad desaparecieron.

Una maestra de la provincia de Hebei se sentó a mi lado en el salón. Ella sonreía mientras yo tenía fiebre y se sintió incómoda. Le pregunté: "¿Por qué estás tan contenta? ¿No te importa cómo se sienten los demás?". Ella respondió: "¿Cómo no voy a sonreír? Era maestra y a menudo me desmayaba mientras daba clases. Tuve que quedarme en casa porque tenía una válvula cardíaca defectuosa y estaba a punto de morir. Ahora, me siento tan bien incluso antes que comience la conferencia. Estoy tan feliz y no puedo evitar sonreír. ¡El Maestro es en verdad un Fo viviente! Gracias, Maestro".

Más tarde asistí a otra de las conferencias del Maestro. El Maestro nos pidió que nos pongamos de pie y que pensemos en qué parte de nuestro cuerpo nos sentíamos enfermos. Todos los presentes se recuperaron de los problemas de salud después de que el Maestro hizo un gesto con la mano. Todos en la clase fuimos testigos de la grandeza del omnipotente Maestro.