(Mingui.org) Experimenté una severa tribulación de ye de enfermedad cuando regresé del Fahui de Washington DC este año. Por casi dos días soporté una tribulación de enfermedad severa, con sufrimiento físico y confusión mental, hasta que me recuperé con fe firme en Shifu y en Dafa. No hubiera podido salir sin la protección compasiva de Shifu y el extraordinario poder de Dafa, como también la bondadosa ayuda y aliento de los practicantes.

Experimenté ye de enfermedad similar en varias ocasiones anteriores, y cada vez sentía como que algo de repente se metía en mi cuerpo y comenzaba a esparcirse. Cuando llegaba a mi abdomen, mi vientre parecía lleno y apretado; cuando se movía a mi estómago se sentía como una corriente de aire empujando. Me costaba respirar y tenía un dolor agudo en el pecho y abdomen. No me podía sentar ni acostar.

La última tribulación comenzó una noche. Después de terminar de estudiar el Fa y comer, me conecté para participar de la aclaración de la verdad por teléfono. Tan pronto como me senté, sentí la sustancia entrar en mí otra vez. Así que les dije a los practicantes que estaban conectados que no podría participar esa noche.

Un practicante me preguntó si estaba bien. Antes de poder contestar, me comenzó a doler todo el cuerpo. Me acosté y comencé a enviar pensamientos rectos para negar la interferencia. Después de eso comencé a recitar el Fa pero todo empeoró. Así que le pedí a Shifu que me ayude a mirar hacia dentro.

Las veces anteriores que experimenté el ye de enfermedad, me sentía bien apenas enviaba pensamientos rectos y recitaba el Fa o le pedía ayuda a Shifu cuando era muy duro de aguantar. Esta vez, nada parecía funcionar, sin importar qué tratara.

Comencé a mirar hacia dentro, pero sin una dirección clara en mi mente. Me preguntaba: “¿Será porque todavía tiendo a quejarme de otros? Pero no pasaron cosas de este tipo recientemente. Además, he dejado ir un montón de apegos humanos desde que regresé del Fahui”.

Sentía mucho frío a pesar de que estaba con ropa abrigada y envuelta de una frazada de lana. Al mismo tiempo, sentí algo caliente en mi estómago, lo que daba nauseas pero no tenía nada para vomitar. Estuve cambiando de posición todo el tiempo para reducir la incomodidad, pero nada ayudaba. Tenía tanto dolor que sudaba por todo el cuerpo.

Le dije a Shifu en mi corazón: “Shifu, no puedo ver mis brechas. Por favor, deme una pista y haré lo mejor por rectificarme”.

Gradualmente me dormí y tuve un sueño. Parecía estar en un comedor de dulces, caramelos ricos, cuando de repente, el lugar comenzó a incendiarse. Pero no quería dejar esos caramelos. Cuando finalmente decidí irme, vi un pequeño banquete de comida deliciosa en la mesa. Justo cuando me sentaba, escuché una voz decir: “Tu gente de Falun Gong se han ido todos. ¿Por qué estás aquí todavía?”.

Me quedé sorprendida y miré alrededor. Vi una practicante local y pensé: “Ves, todavía hay practicantes aquí”.

No tenía apuro de irme y me senté en la mesa de nuevo.

Cuando desperté del sueño, me di cuenta que era una pista. Podía ver que todavía tenía apego a la comida. Me acordé de la crema de arroz y el kimchi que había comido por la noche. Me di el gusto de comer varios días el mismo tipo de comida. Cuando tenía hambre, abría la heladera y comía el kimchi como si fuera un bocadillo. Sentía que no podía estar sin comida picante. Comencé a preguntarme si era por este fuerte apego que estaba sufriendo esta tribulación.

Le admití a Shifu en mi corazón de que lo estaba haciendo muy mal. Podía dejar ir mi apego a la comida rica como el pescado y la carne, y no obstante todavía estaba apegada a la comida picante.

La practicante en mi sueño era alguien a quien yo consideraba poco diligente en el xiulian y que estaba todavía muy apegada a la comodidad. Me parecía que ella solo prestaba atención a criar sus hijos con todas las ventajas, en vez de ser diligente en su propia cultivación.

Me pregunté si Shifu me estaba dando una pista para que pudiera ver un verdadero reflejo en mí a través de esta practicante. No miré hacia dentro más profundamente en ese momento y solo vi mi propio apego en la superficie.

Pensé que por fin había encontrado mi brecha. Sin embargo, todavía estaba sufriendo y los dolores irradiantes me recordaban a los síntomas que una vez tuve cuando sufrí de pancreatitis años atrás.

Comencé a pedir ayuda a Shifu otra vez cuando el dolor se hizo insoportable. Mi mente estaba inestable y mis pensamientos rectos eran a veces fuertes y otras débiles. Fue así toda la noche. Me sentí un poco mejor al levantarme a la mañana siguiente, pero no podía comer nada. No podía enfocarme cuando estudiaba el Fa y estaba medio dormida cuando escuchaba las lecciones del Fa de Shifu. Todo tipo de cosas estaban mezcladas en mi mente mientras intentaba enviar pensamientos rectos. Me sentía desesperada.

Envié mensajes a los practicantes locales al mediodía, pidiéndoles que me refuercen con pensamientos rectos. Ellos me contestaron, alentándome a seguir enviando pensamientos rectos y teniendo fe firme en Shifu y Dafa.

Una practicante me llamó alrededor de las 3:00 p. m. para decirme que me pasaba a buscar para ir a la casa de otra practicante para estudiar el Fa en grupo y enviar pensamientos rectos juntos.

Pensando que el lugar ese estaba muy lejos de mi casa, y estaba lloviendo, decidí ir sola en auto.

Me las arreglé para llegar a la casa de la practicante, pero colapsé del dolor apenas llegué. Todos estaba sorprendidos de que pude manejar sola el auto hasta allí en mi estado.

Nos sentamos en círculo y estudiamos el Fa juntos. No podía sentarme derecha y me caían lágrimas del dolor insoportable. Pero me sentía muy tranquila por dentro. Después de terminar de estudiar una lección, enviamos pensamientos rectos.

Aunque aún tenía dolor, me sentí mucho mejor con un entendimiento claro de los principios del Fa en mi mente.

Compartí lo que me había pasado las últimas 24 horas, de cómo mi mente estaba inestable y cómo miré hacia dentro para buscar mis brechas. Les dije que me encantaba comer sashimi antes de comenzar la cultivación en Dafa, y que quizás acumulé muchos seres en mi estómago. Cuando era joven, un vecino me dio una receta para mi enfermedad al corazón. Me dijo que tenía que comer corazones de serpientes e incluso le pidió a alguien que me traiga 20 corazones de serpientes. Cada mañana, alguien venía a mi casa para matar una serpiente para que pudiera comer su corazón. Acumulé mucho ye sin querer haciendo estas cosas.

Otros practicantes compartieron sus entendimientos de cómo atravesaron su ye de enfermedad. Miré hacia dentro mientras escuchaba sus experiencias.

Sus experiencias me hicieron dar cuenta de mi apego a mis hijos. Intenté todo lo que se me cruzaba por la mente para alentarlos a comenzar a cultivarse en Dafa, pero no tuve mucho éxito. A veces incluso recurrí a medidas drásticas, especialmente con mi hija. Cuando ella se negaba a estudiar el Fa, le quitaba sus pertenencias, incluso le sacaba sus pañuelos.

Mi hija creció en una sociedad occidental y su chino no es muy bueno. Rechaza mi forma de pensar e incluso mantiene distancia de mí y piensa que yo estoy violando sus derechos humanos. Al final, ella dijo que prefiere renunciar a su iPhone, iPad, y computadora a estudiar el Fa. Me sentí devastada.

Me di cuenta de que fallé en tratarlos como seres conscientes y solo me preocupaba de que se perdieran esta oportunidad preciosa si seguían la corriente de la gente común.

Compartí con los practicantes cada brecha que podía ver en mí y todos los apegos potenciales que podrían haber causado esta tribulación de ye de enfermedad que estaba sufriendo.

Al principio, mi voz estaba débil y suave, y tenía que ponerme la mano en el vientre para aliviar el dolor. Gradualmente, mi voz sonaba fuerte y me pude sentar derecha. Me saqué la manta que había colocado en mis hombros y comencé a sonreír mientras hablaba.

Viendo cuán rápidamente había cambiado, los otros practicantes me preguntaron cómo me sentía. Recién entonces me di cuenta que había vuelto completamente a la normalidad. Me sentí emocionada y extremadamente agradecida con nuestro gran y compasivo Shifu y el poder mágico de Dafa. También estaba muy agradecida con los practicantes por su ayuda.

Al día siguiente me levanté para hacer los ejercicios alrededor de las 5:00 a. m., y aún sentía un poco de dolor en el abdomen. Entonces comencé con la meditación sentada, luego fui por los cuatro ejercicios de pie. Cuando terminé, me sentía muy bien y llena de energía.

A través de este ataque de ye de enfermedad, me he dado cuenta verdaderamente que la cultivación es seria. En el último tramo de este momento crítico, cada pensamiento que tenemos y cada apego determina si podremos tener éxito en la cultivación o si caeremos. Debemos transitar nuestra cultivación rectamente.