(Minghui.org) Un requisito fundamental para todo practicante de Falun Dafa es ser una buena persona en la sociedad, lo cual incluye desempeñar un papel positivo en la familia. Por supuesto, el estándar de la gente común es muy diferente al del Fa.

Muchos practicantes tienen malentendidos sobre este tema. En cuanto no puedan ver las cosas desde la perspectiva del Fa, las viejas fuerzas pueden aprovechar la brecha.

En la sociedad moderna, el partido comunista chino ha alentado a la gente a perseguir el dinero de cualquier manera. Los precios de las propiedades siguen subiendo, y comprar una casa se ha convertido en una gran carga para la mayoría de las familias, ya sea en la ciudad o en el campo.

Los hombres jóvenes pueden encontrarse en una situación especialmente vulnerable, ya que socialmente se les requiere ser dueños de su propia casa si desean casarse. Muchas familias se ven obligadas a ayudar utilizando los ahorros de dos o tres generaciones, pero aún todo este esfuerzo puede no ser suficiente.

Conozco a muchos practicantes que han invertido mucho tiempo en ganar dinero para ayudar a sus hijos a comprar propiedades. Olvidaron la verdadera misión de los practicantes de Dafa, que realmente consiste en ayudar al Maestro a salvar a los seres conscientes. Numerosos practicantes viven para sus hijos y pueden acabar siendo arrastrados por el apego al sentimentalismo.

Me impresionó mucho observar lo bien que una practicante manejó este tipo de situaciones.

Esta compañera practicante es bastante pobre y vive en el campo. aunque su hijo tiene 28 años aún no se ha casado. Las chicas lo han rechazado muchas veces simplemente porque no tiene apartamento propio. ¿Cómo se sentiría una madre al ver que su hijo no puede casarse?

Pero esta practicante entiende que su vida es para Dafa. Hará todo lo posible para ayudar a su hijo, pero su hijo tiene su propio destino, que es designado por el Cielo.

Su hijo no se queja de que sus padres no puedan ayudarlo, e incluso le dice a sus novias que su madre practica Falun Dafa.

El marido de la practicante, que no practica Dafa, se ausenta durante largos períodos para realizar trabajos ocasionales con los que mantener a su familia. Siempre le pide a su esposa que busque a alguien que le ayude a sembrar las cosechas cuando no puede regresar a tiempo, asegurándole que no debe preocuparse por el dinero.

Aunque no son ricos, siempre ayudan a otros practicantes cuando estos experimentan ye de enfermedad y les piden que los cuiden durante una o dos semanas.

Su marido nunca se ha opuesto a esta situación y está muy agradecido al Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) por concederle buena salud a su esposa. Apoya a su esposa para que practique Dafa y siempre la protege de la policía.

Una vez le dijo a la policía: "Mi esposa es un ejemplo para la sociedad y nuestros familiares la aprecian inmensamente. ¿Por qué quiere arrestarla? Ha obtenido un cuerpo saludable a través de la práctica de Falun Dafa. ¿Por qué quiere impedirle practicar?".

La familia de esta practicante observa los valores tradicionales y pone su corazón en el Fa. No se pelean por las posesiones materiales y el dinero nunca pone en compromiso sus valores morales. Los miembros de su familia se cuidan unos a otros y viven en armonía.

Mi familia es muy diferente.

Soy madrastra, y he invertido mucho dinero y esfuerzo en ayudar a la familia de mi hijastro durante los últimos 18 años, aún así nunca han apreciado lo que he hecho por ellos.

El Maestro nos pide que volvamos a los valores tradicionales, pero ¿cómo podemos conseguirlo?

En la cultura tradicional, cada familiar posee ciertas responsabilidades dentro de la familia y debe posicionarse en consecuencia. Pero, ¿cómo equilibrar la relación entre nosotros, nuestros hijos y Dafa? Esta cuestión nos viene desconcertando a mí y a muchos practicantes de la tercera edad desde hace bastante tiempo.

Por ejemplo, la piedad filial hacia los padres es un requisito básico para los hijos. Uno debe respetar a sus padres y cuidar a sus hijos. Sin embargo, en la sociedad moderna, son muchos los jóvenes que necesitan la ayuda de sus padres para criar a sus hijos y mantenerlos económicamente. No tienen tiempo para cuidar a sus propios hijos, por lo que sus padres tienen que renunciar a su tiempo para mantener a sus hijos y nietos. Esto podría repercutir en las responsabilidades que posee un practicante en cuanto a hacer las tres cosas que se supone que debe hacer.

El Maestro ha prolongado la vida de muchos practicantes de Dafa para que puedan cultivarse diligentemente y salvar a la gente. Una vez que nos dejemos llevar por el sentimentalismo y nos alejemos de nuestra propia cultivación, las viejas fuerzas lo usarán como excusa para perseguirnos.

Los discípulos de la Dafa deben rectificar el concepto de ser buenas personas en sus familias y equilibrar bien las relaciones familiares. Esto se convierte en compasión genuina hacia sus hijos.

Como practicantes de Dafa, debemos hacer de Dafa una prioridad, cultivarnos bien y ayudar a salvar a la gente. Si no podemos salvar a nuestros propios hijos, significa que tenemos lagunas en nuestra cultivación.

Nuestro entorno familiar es también un lugar para cultivarnos. El poder de Dafa puede desintegrar los arreglos de las viejas fuerzas siempre que nos cultivemos bien. Solo Dafa tiene tanto poder y sabiduría como para rectificar el corazón de las personas.