(Minghui.org) Soy un practicante de Falun Dafa de China y me gustaría compartir mis experiencias acerca de identificar los apegos. A veces, cuando compartía o trabajaba con otros practicantes, me sentía un poco incómodo. Esa sensación duró bastante tiempo, y simplemente no quería estar cerca de otros practicantes. En la superficie, parecía que esto sucedía porque quería tener menos conflictos, pero ¿cuál era la verdadera razón? No me iluminé a la raíz del problema hasta hace poco. Me di cuenta que era porque quería desempeñar el papel principal con los compañeros practicantes, y no un papel secundario. Independientemente de las circunstancias, si yo no jugaba el papel principal, no me sentía bien, lo que demostraba mi fuerte egoísmo. Si no me cultivaba para eliminarlo, no iba a alcanzar el estándar del Fa.

Una vez, fui a una reunión de intercambio de experiencias en donde asistían más de veinte practicantes. La había organizado un practicante veterano. Después  que llegaron todos, sin consultarle los temas que había previsto ese practicante para la reunión, me adelanté y empecé a hablar de cómo algunos practicantes locales no prestaban atención a las cuestiones de seguridad en cuanto al uso de los teléfonos celulares. Di muchos ejemplos y hablé sin parar. Algunos estaban de acuerdo conmigo y otros tenían opiniones diferentes. Hablamos excesivamente por casi dos horas. Cuando se acercó el final, de repente, me acordé de que la reunión había sido convocada por el practicante veterano que estaba sentado allí tranquilamente, escuchándonos a todos.

Incluso hoy, me siento avergonzado de lo que hice en esa reunión de intercambio de experiencias. Ese día, el practicante veterano iba a jugar el papel principal. Tal vez tenía preparados algunos temas para intercambiar entre todos, pero yo –la persona que iba a jugar un papel secundario– lo eché todo a perder. Se está volviendo cada vez más claro para mí que cada discípulo de Dafa fue una vez un rey que tenía opiniones fuertes y era hábil de muchas maneras. En lo profundo de sus pensamientos, era fuerte y, una vez que se planteaba una cuestión, en su cerebro emergía un plan completo. Con sus habilidades y sabiduría, él seguía un conjunto de procedimientos para elaborar una solución a la altura de su mejor habilidad. Si no explicaba su plan o no actuaba, contenerse lo haría sentirse muy incómodo. Generalmente, justo en este momento crucial, él se olvidó las preguntas clave: "¿Quién planteó la cuestión? ¿Quién es el personaje principal? ¿Qué papel juego en relación con este asunto?". Si no se planteaban estas preguntas, era fácil de herir a la persona que desempeñó el papel principal y echar todo a perder.

Quiero describir una lección que aprendí en una ocasión. Un día, fui junto con dos practicantes a casa de un amigo. Después de charlar, uno de los practicantes comenzó a clarificarle la verdad a mi amigo. Dijo un par de frases y luego, muy rápidamente, el otro practicante también se les unió. Los dos practicantes hablaban muy rápido. Mi amigo los miraba a los dos, asintiendo y sonriendo, pero no entendía de qué se trataba. Si solo hubiera hablado un practicante y el otro simplemente hubiera enviado pensamientos rectos, habría sido más eficaz.

Sin importar cuánta habilidad o sabiduría tiene una persona, es solo en la superficie. Cuando su reino es más alto, su capacidad y sabiduría serán mayores. Si nos colocamos por encima de los demás, ellos tenderán a volverse pequeños. Cuando nos enfatizamos, es fácil descuidar a la gente que nos rodea. Solo cuando cooperamos con los demás, jugando un papel de apoyo, podemos realmente mejorar. Si no estamos dispuestos a desempeñar el papel del “monje menor”, no hay manera que nos podamos elevar en nuestra cultivación.

Los coordinadores en mi zona también tenían problemas similares. Algunos nunca cooperaban bien con los demás, ya que constantemente tenían conflictos entre ellos. La raíz del problema era que no querían jugar un papel secundario. Estaba bien que los demás apoyaran, pero no al revés. Había una coordinadora que era muy capaz. Ella hizo muchas cosas, pero generalmente lo lograba porque la apoyaban los demás. Cuando este tipo de situación dura cierto tiempo, los practicantes comienzan a formar grupos exclusivos, como la gente común. Esta practicante, en particular, era muy obstinada, lo que creó una brecha de la que se aprovechó el mal. Como se vio más tarde, ella fue detenida por las autoridades y condenada a pasar un tiempo en la cárcel.

La relación entre los practicantes es como vivir en una casa. Cada hogar tiene sus formas de organizar la familia. Cuando visitas a una familia, en el minuto en que entras por la puerta dices: "Este gabinete deberá estar allí, el cocinero deberá hacer esto". ¿De quién es esa familia? ¿Tuya o de él? Si, por ejemplo, se encuentran dos seres iluminados y uno de ellos dice: "Tu Paraíso no debería ser así. ¿Ves cuán maravilloso es mi paraíso? ¡Deberías hacer algunos cambios!”. ¿Es esto posible?

Cuando los practicantes trabajan en un proyecto y no pueden colaborar bien, generalmente es porque no tienen claro su papel. En mi zona, había un coordinador quien, cuando comenzó, parecía mediocre, inculto e inarticulado. Pensé: "Este tipo de persona es mejor que se quede en casa. ¿Cómo podía ser un coordinador? ¿Confiarían los practicantes en él?". Pero más tarde, me di cuenta de que él era una persona práctica. Cuando un practicante era detenido o experimentaba yeli (karma) de enfermedad, informaba rápidamente a todos para enviar pensamientos rectos. Hizo muchas cosas,  creó centros de producción de materiales, ayudó a otros a reparar sus computadoras, organizó una Conferencia del Fa, animó activamente a los practicantes a escribir artículos para ‘El Día Mundial de Falun Dafa’ y así sucesivamente. Junto con otro coordinador, invitó a cerca de 300 practicantes a escribir experiencias de cultivación para el sitio web Minghui. Al final, cinco de ellas fueron seleccionadas y publicadas en el marco del evento, y más de diez experiencias fueron publicadas como artículos regulares.

He admirado a este coordinador y, generalmente, lo he apoyado. Pero pensé: ¿Por qué tuve tantas opiniones sobre él al principio? Fue precisamente porque yo era egoísta y vanidoso. Cuando no podía ser el personaje principal, menospreciaba a los que lo desempeñaban. Más tarde, cuando me di cuenta de mi deficiencia, comprendí que, sin importar quién era el coordinador, aunque fuera un practicante nuevo, debería apoyarlo silenciosamente.

Ser subordinado no significa que uno no puede hacer sugerencias. Solo utiliza tus mejores habilidades de comunicación para contribuir a lo que necesita realizarse. Es como ser el asistente de la persona que está fabricando una cesta, dándole lo que haga falta y, de vez en cuando, preguntándole si necesita tal o cual flor. Tu ayuda para completar el tejido de la cesta es tu cultivación y la elevación de ti mismo. No lo hagas a un lado para jugar el papel del personaje principal porque, de lo contrario, la cesta será hecha por ti, no por él. Estar dispuesto a desempeñar un papel secundario, es cultivarse cuidadosamente.

Los discípulos de Falun Dafa vienen de todas partes, porque los factores que formaron sus vidas son diferentes. Por lo tanto, cada vida tiene sus propias características. Si todos quieren jugar el papel principal, las cosas se volverán caóticas y las viejas fuerzas te controlarán y te permitirán desempeñar el papel principal, pero al mismo tiempo crearán muchos conflictos para ti. Por otro lado, si tu mentalidad es de mostrar comprensión, de armonizar lo que se tiene que hacer y de llevarlo a cabo de una manera desinteresada, vas a estar en un reino diferente. Al final, verás el resultado multiplicado con la mitad del esfuerzo.