(Minghui.org) El domingo pasado por la mañana, estaba por salir hacia el sitio de práctica de los ejercicios en un parque de Dublín, pero decidí quedarme en casa debido a las fuertes lluvias y al denso tráfico por la visita del Papa ese fin de semana.

Veinte minutos después, recibí un mensaje de una practicante que recién había llegado a Irlanda desde China continental. Me dijo que no encontraba a ningún practicante en el parque. Le contesté que tal vez no había nadie por la lluvia y las rutas clausuradas. Dijo que continuaría haciendo los ejercicios aunque no tuviera la música.

Al ver que ella había viajado una larga distancia para hacer los ejercicios, decidí ir al parque. Pasó que las rutas clausuradas no afectaron mucho mi camino. A pesar de que ella me había dicho que la ruta que conducía al parque estaba bloqueada, me permitieron conducir directamente al parque.

Cuando la encontré, vi que estaba con ropa adecuada para lluvia. Estaba haciendo los ejercicios por su cuenta, debajo de un árbol alto. Cuando comenzó a hacerlos, la lluvia cesó.

Esta fue una gran lección para mí. En los países libres, sabemos que podemos ir y venir a nuestros parques para hacer los ejercicios, sin restricción alguna y en cualquier momento. En China continental, esto pondría en peligro la propia seguridad. Los practicantes allí anhelan poder volver a reunirse y hacer los ejercicios en sus propios parques y jardines.

Sugiero a los que estamos en países libres estar atentos a las pequeñas excusas, como algunas lluvias inofensivas o desvíos de rutas, para renunciar a nuestro precioso derecho a reunirnos pacíficamente a practicar los ejercicios y a validar la Dafa sin ser perseguidos, amenazados o intimidados. Deberíamos atesorar esta oportunidad.

Sé por qué el partido comunista chino está tan aterrorizado que los practicantes pacíficos de Falun Dafa hagan los ejercicios en público. ¡Somos una presencia majestuosa y una vista majestuosa!