(Minghui.org) Shifu ha explicado en el Fa el significado de mirar hacia adentro. Sin embargo, durante mucho tiempo, mi mirar hacia adentro no fueron más que meras palabras. Siempre que me encontraba con un problema, miraba hacia afuera para tratar de ayudar a otros a cultivarse, en lugar de enfrentarme a mis propios problemas. Pero hace muy poco di un giro a esta mentalidad. En consecuencia, pude sentir lo milagroso que es mirar hacia adentro.

El hábito de mirar hacia afuera

Me dieron dos listas con los nombres de personas que habían renunciado al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas, pero muchos de los nombres aparecían duplicados en ambas y aparentaban tener un estilo de escritura similar. Por lo tanto, pensé que una lista podía ser el borrador de la otra, pero me resultó imposible confirmarlo. Aunque solo registré una de las listas, no descarté la otra. Quería llegar al fondo de la cuestión y descubrir quién proporcionó aquellas listas.

Aunque consulté a muchos practicantes, ninguno pudo indicarme de dónde provenían las listas.

Cuando un día la Sra. Chen vino a mi casa, le entregué las dos listas y le pregunté si podía enseñársela a la Sra. Liu y preguntarle si eran suyas. Quería consultarle porque recordaba que en una ocasión me dio una lista, y su escritura se parecía mucho.

Sin embargo, cuando volví a ver a la Sra. Chen, mencionó que la Sra. Liu se había molestado mucho cuando le mostró las listas, y afirmó que nunca me había entregado nada, ni tampoco había tenido ninguna relación conmigo.

La Sra. Liu también le comentó que cuando algunas personas se deshacían de los folletos, ciertos practicantes le preguntaban si los había repartido ella. En aquel momento, no entendí por qué estaba formando tanto alboroto por una cosa tan pequeña, así que compartí mi malestar y mis quejas con la Sra. Chen.

Mirando hacia adentro

Después de esto, me sentí mal durante un tiempo, hasta que de pronto me di cuenta que debía de haber hecho algo mal. Después de todo soy una practicante y Shifu nos enseñó a mirar hacia adentro cuando nos topamos con algún problema. Así que debía haber algo que yo tenía cultivar. He aquí algunas de mis reflexiones:

1. En lo superficial, la Sra. Liu me malinterpretó. Sin embargo, mi primer pensamiento no se centró en tratar el asunto con pensamientos rectos, sino más bien en quejarme de ella. Utilicé los principios del nivel humano para juzgar quién tenía razón y quién estaba equivocada. No podía aceptar las reclamaciones que me hacían los demás. Esto demuestra que no me he cultivado lo suficientemente sólido, y mi reino todavía permanecía en el nivel humano. Me sentí avergonzada.

2. La Sra. Liu pensó negativamente sobre el hecho de haberle enviado a una tercera persona para preguntarle, ya que sintió que la estaba culpando de algo. ¿Por qué reaccionó así? Pensé: "¿No se correspondían sus pensamientos negativos con los míos?”. Comprendí que había albergado pensamientos negativos durante todo este tiempo.

Esta vez había sido yo la agraviada, pero antes había provocado que los demás se sintieran agraviados. También había pensado negativamente sobre otras personas, aunque esto no se pareciera, ni de lejos, a como son en realidad.

Con frecuencia terminaba teniendo pensamientos muy complejos sobre cualquier cosa que me sucediera. Mi punto de partida era protegerme para que no me causaran daño. No fortalecí mis pensamientos rectos con respecto a los demás.

Entonces, descubrí que cuando otro practicante piensa negativamente sobre mí, se debe a que debo eliminar mis propios pensamientos negativos, que no son mi verdadero yo. Un practicante posee una energía enorme, así que cuando piensa negativamente sobre otras personas o sobre algo, puede terminar dañándose y también a los demás. El pensamiento negativo puede resultar un obstáculo en nuestro camino de cultivación. Cuando intente controlarme, debo profundizar en sus raíces, dominarlo, desmantelarlo y eliminarlo. Debo mantener un corazón lleno de claridad y pensamientos rectos.

3. Detrás del asunto con la Sra. Liu y mirándolo desde su lado, también podría atribuirse el enfado al hecho de que anteriormente había tenido conflictos con otros practicantes. Cuando la regañaron aquella primera vez por los volantes que tiraron al suelo, no pudo aceptarlo. Ahora sus sospechas volvieron a emerger haciéndola sentirse molesta. Un practicante todavía está en el proceso de cultivación por lo tanto todavía posee apegos. Shifu requiere que mantengamos estándares estrictos para nosotros mismos, no para los demás.

En lo superficial, la Sra. Liu se sentía herida y yo tenía mi parte en eso. Pero, ¿dónde me había quedado corta?

Recordé que había hablado de algunos practicantes, incluida ella, a sus espaldas. Resulta fácil crear una brecha entre los practicantes de esa manera. Criticar a los otros solo puede dañarlos. En el pasado no puse suficiente atención a este asunto. Por lo que deduje que debía empezar a reexaminar cada uno de mis pensamientos y acciones si me decidía a alcanzar el estándar de una verdadera practicante.

También reconocía que debíamos pensar primero en los otros y ser benevolentes, en vez de herirlos, sean practicantes o no. Los practicantes poseen grandes responsabilidades. Especialmente en este momento crítico en el que debemos ayudar al Maestro a rectificar el Fa, no deberíamos causar interferencias entre nosotros o dejar que las viejas fuerzas aprovechen nuestras deficiencias para crear brechas entre nosotros.

4. En un primer momento, en cuanto recibí las dos listas, debí haberlas revisado con el practicante que me las facilitó, así que no hacerlo fue culpa mía. Esto demostraba que no había sido lo suficientemente responsable ni tampoco lo bastante diligente.

Cuando fui capaz de encontrar estos apegos mis sentimientos desagradables se esfumaron. Dejé de sentirme deprimida. Sentí que la Sra. Liu me había ayudado a mejorar. No sentía ningún rastro de rencor hacia ella, sin embargo percibí por primera vez que era una persona muy bondadosa y benevolente, ya que trataba a Shifu y a Dafa con gran sinceridad sinceramente intentando hacer las cosas bien. ¿Cómo podría querer seguir molestándola?

Realmente, llegué a sentir la naturaleza milagrosa de mirar hacia adentro en esta situación, y aprecié que Shifu me brindara la oportunidad de mirar hacia adentro. En aquel justo momento, escribí estas oraciones: "Tomar cada día de mi vida como un día para la cultivación. Entregar cada segundo de mi vida a los demás”.