(Minghui.org) ¡Saludos venerado Maestro! ¡Saludos compañeros practicantes!

He tenido la fortuna de ser reportera de Minghui mientras camino acompañando al Maestro en la rectificación del Fa. Me siento profundamente honrada y entiendo que es una oportunidad única y extraordinaria. Deseo comunicar al Maestro y a los demás practicantes algunos de mis entendimientos de este proceso de cultivación. Por favor, compañeros practicantes, señalen si encuentran algo inapropiado. ¡Gracias!

Oportunidad predestinada para escribir y asistir a una capacitación

Hace muchos años, llevé a mi entonces hija adolescente a participar en un tour en bicicleta para jóvenes discípulos. En el trayecto, me conmovía mucho observar cómo los niños aclaraban las verdad sobre Falun Dafa a los gobiernos de las ciudades y las pequeñas ideas, contándoles experiencias personales y su estilo de vida. Decidí recopilarlas, escribir las historias en un diario, y luego enviarlas por fax al resto de practicantes de mi localidad. Solo quería informarles de los progresos que hacían los niños. Tal vez porque mis compañeros practicantes sentían que lo que escribía era muy alentador, me animaron a mecanografiarlo y a enviarlo a Minghui para que lo publicaran. Esa fue la primera vez que escribía para Minghui. En aquella época, básicamente, escribía todos los días, sintiendo que nunca llegaba a cubrir las suficientes historias.

Más tarde, practicantes de mi localidad empezaron a realizar viajes a Manhattan durante los fines de semana para asistir a las exhibiciones de tortura donde se conciencia a la gente sobre la persecución que Falun Dafa sufre a manos del régimen comunista chino. También presenciaba muchos acontecimientos todos los días, y me resultaba difícil esperar para escribirlos. Después de regresar a casa organizaba las historias y las enviaba a nuestra lista de correo electrónico grupal. Más tarde, un practicante me sugirió que las reenviara al sitio web de Minghui, lo cual hice. Que las publicaran me alentó considerablemente. Quizás en aquel momento vieron que tenía potencial, así que más tarde me recomendaron para ser reportero de Minghui.

Elevándome después de deshacerme del apego de culpabilizar a los demás

Después de que se estableciera la Banda Marchante Tian Guo en 2006, comenzó a participar en 20 o 30 desfiles cada año. Básicamente, cubría cada desfile. Veía a muchos practicantes con cámaras siguiendo a la banda, y tenía la esperanza de que también escribieran reportes. Les dije: "Hicistes algunas fotos, así que, ¿podrías escribir también un artículo? Así yo no tendría que estar siguiendo siempre a la banda". Ninguno accedió a escribir, así que me quejé a un miembro de la banda: "No lo entiendo, siguieron a la banda y tomaron muchas fotos. Cuando regresen, podrían trabajar un poco más y escribir un informe. ¿Por qué no están dispuestos a hacerlo? Me siento tan cansada de ser la única que lo hace". Pensé que el practicante simpatizaría conmigo. ¿Quién iba a imaginar que me diría: "Hazlo"? “Otros practicantes no firmaron su voto para hacerlo, pero tú firmaste una promesa para hacerlo". Pensé que el practicante estaba bromeando, pero cuando levanté la mirada, vi que su expresión era muy seria. Mi mente se quedó en blanco. Pensé que tal vez tenía razón y no me atreví a decir nada. Desde entonces, he seguido haciéndolo. Lo tomé como si fuera algo que debo hacer. Y después de deshacerme del apego de quejarme, los informes me salen muy bien.

Por supuesto, mientras he seguido los desfiles, durante todos estos años, a veces he pensado en tomarme un descanso. A veces pensaba: "Son siempre los mismos desfiles de la Banda Marchante Tian Guo, ¿qué queda por escribir?”. Entonces, un día, un desfile al que me uní en una ciudad vecina me dio mucho ánimo. Llovió mucho durante todo el desfile, de principio a fin. Algunas agrupaciones solo caminaron la mitad del trayecto antes de abandonar, pero la Banda Marchante Tan Guo persistió hasta el final y yo también. Luego escribí un reportaje rico en entrevistas: "Un Viaje de Viento y Lluvia, Un Viaje Asombroso".

Estaba pasando por una prueba de yeli (karma) de enfermedad durante ese desfile, y mi período menstrual estaba fluyendo como si fuera agua corriente. Persistí hasta el final, y aunque todo mi cuerpo estaba empapado no me importaba. Incluso si estuviera cubierta de sangre, nadie podría percibirlo. En el punto de llegada, aunque todos los compañeros practicantes estaban empapados, pude comprobar que todos estaban de buen humor y riendo. Dos caracteres aparecieron en mi mente: "Raro" y "Extraordinario". Todo mi cuerpo tembló de repente. Inmediatamente saqué mi teléfono y tomé la última foto del desfile. Después de llegar a casa, vi que esta última foto estaba llena de Falun. Me conmoví hasta las lágrimas y le dije al Maestro: "Gracias por su aliento, Maestro". La prueba de yeli (karma) por la que había estado pasando durante seis meses terminó después de ese desfile, y mi período volvió a la normalidad. Desde entonces, sin importar si hay viento, lluvia o ventisca, cumplí con mi deber e informé sobre todos los desfiles.

La sabiduría viene del FA

Hubo un desfile a gran escala el día después de la Conferencia del Fa de Nueva York del 13 de mayo de 2014. Por ser un día de trabajo, el desfile pasó por el centro de la ciudad, donde tienen sus instalaciones muchas grandes compañías. Me asignaron que hiciera el informe principal. Pensé: "Ya es bastante difícil durante Shen Yun, cuando tantos reporteros están buscando gente de la corriente principal para entrevistar. ¿Cómo voy a encontrar personas de la sociedad principal en la calle? ¿Qué puedo hacer?”. Entonces surgió un pensamiento: "Pídele al Maestro que te ayude".

Seguí el desfile hasta torcer la primera esquina y vi a un hombre impecablemente vestido de pie frente al desfile, sonriendo. Tuve el descaro de preguntarle un par de cosas. Me respondió muy cordialmente y aceptó mi entrevista. Lo primero que me dijo fue: "Este desfile [Falun Gong] es tan hermoso y espectacular. Siento como si respirara aire fresco en Nueva York". Al final me confesó que era el vicerrepresentante de la Misión Permanente de un país ante las Naciones Unidas. Esto me pareció muy alentador. Sentí que el Maestro me envió a este hombre directamente para incrementar mi fe. Dejé de sentir aprensión, y todas las entrevistas subsiguientes se desarrollaron muy bien. Una tras otra, las figuras de la corriente principal siguieron apareciendo.

Vi a un hombre que estaba exquisitamente vestido y rodeado de personal de seguridad de pie a un lado de la carretera como si se estuviera preparando para entrar en un edificio de oficinas. Algunos reporteros de Nueva York me dijeron quién era, y que no tenían forma de acercarse lo suficiente para entrevistarlo. Tal vez porque no sabía quién era, le llevé una flor de loto. Sacó otra flor de loto de su bolsillo y dijo: "Ya tengo una". Le pregunté qué pensaba del desfile. Expresó que no conocía los antecedentes del desfile, pero que su secretaria había aceptado algunos materiales sobre el desfile. Manifestó que leería algunos de los materiales cuando regresara a su oficina y que él y su secretaria hablarían sobre el tema por la tarde. Más tarde, un médico de Nueva York me dijo que el hombre era un famoso multimillonario, y muchos de sus reporteros habían querido entrevistarlo sin éxito. Entiendo que no fue porque yo fuera particularmente capaz [por lo que pude acercarme a él], sino porque no reconocí al hombre, así que no tenía ninguna idea preconcebida cuando me acerqué a entrevistarlo. El Maestro me brindó aquella oportunidad.

Mantener el corazón lleno de agradecimiento mientras se participa en la presentación de informes

El Maestro enseñó una vez a los practicantes de los medios de comunicación (no son sus palabras originales) que el partido comunista tiene cada vez más miedo de los acontecimientos que celebran los discípulos de Dafa, y que cada informe sobre dichos acontecimientos sacude a todo el partido como si se tratara de una bomba atómica. Esto me recordó el enorme efecto que tienen nuestros informes, sin importar lo duro o fatigoso que resulte, no lo siento así en absoluto. Por el contrario, siento que es algo realmente sagrado. Es un honor participar como reportera.

Poco después de convertirme en reportera de Minghui, me asignaron cada año que cubriera las conferencias internacionales de Dafa en varios países. Recuerdo un año, cuando mi hijo todavía era muy pequeño, que lo llevé a un desfile y después regresamos al hotel donde mi esposo estaba haciendo un informe sobre el mitin. Yo también me puse a hacer uno sobre el desfile. Cuando terminamos de escribir nuestros informes, descubrimos que nuestro hijo se había quedado dormido en la cama, y a su lado había un paquete de fideos instantáneos que había estado comiendo. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que no le habíamos dado de cenar. A partir de ahí empecé a quejarme un poco. Aunque seguí aceptando encargos, tenía algo de resentimiento en mi interior: "¿Por qué no pueden encontrar un reportero en Estados Unidos que cubra todo esto? En vez de eso, me obligan a viajar con mi portátil desde otro país y a correr por todas partes". Más tarde recordé las palabras que el practicante me había dicho... Que había hecho un voto para cubrir estos eventos. Me iluminó el hecho de que tenía el honor de participar informando durante un momento tan sagrado como es la conferencia de Dafa. Era un honor que el Maestro había otorgado a su discípula. Debería estar agradecida, así que ¿cómo podría estar resentida? Después de que me iluminé, sin importar lo que se me asignara hacer en cada conferencia de Dafa, lo hice con un estado de ánimo que reflejaba mi agradecimiento, y cuanto más lo hacía, más se ensanchaba el camino.

Formando a los nuevos reporteros

Cubrí desfiles durante más de una década, y a veces no me sentía tan entusiasta o enérgica como antes. Empecé a preguntarme: "¿He envejecido y no puedo seguir el ritmo?”. Durante las entrevistas también lo notaba. No me surgían nuevas ideas. A veces pensaba en retirarme y dejar que alguien más joven lo hiciera. Este pensamiento provocó que perdiera la iniciativa para encontrar noticias o hacer entrevistas, y que completara pasivamente los informes de los eventos, como si estuviera desarrollando un trabajo monótono. Después estudié Exponiendo el Fa en el Fahui de Nueva York 2015 y una pregunta y una respuesta me dieron una nueva comprensión.

“Dizi: Shifu pidió que nuestros medios de comunicación aprendan de Shen Yun, pero los directivos dijeron que los artistas de Shen Yun son jóvenes y están bien calificados, mientras que nosotros somos viejos y sin experiencia, así que la situación es diferente.

Shifu: (Todos se ríen) Aprender de Shen Yun quiere decir aprender de su forma de manejarse y de las experiencias exitosas. ¿No es eso lo que deben aprender? Los artistas de Shen Yun son jóvenes por necesidad. ¿Quién dijo que los Dafa dizi sólo pueden cultivarse bien si son jóvenes? No se trata de actuar, no debería haber problema. No usen cualquier excusa para no hacer las cosas que un Dafa dizi debe hacer”.

Me iluminé a que nosotros, los practicantes veteranos, todavía necesitamos seguir haciendo lo que debemos hacer, a la vez que los nuevos reporteros también necesitan nuestra ayuda y que los capacitemos. Debido a que había tantos eventos, en solo un fin de semana teníamos varios eventos al mismo tiempo, surgían historias en cada sitio turístico, e incluso el camino de cultivación de cada practicante era parte de esa historia. No podía cubrirlo todo, por lo tanto muchas de estas cosas ocurrieron sin que pudieran ser registradas. Así que era necesario entrenar a un nuevo reportero. Como hay requisitos especiales para los reporteros de Minghui, animé y entrené a dos practicantes locales. Cuando hubo muchos eventos, le pedí a uno de ellos que cubriera uno.

Capacitar a una reportera no es fácil, y conseguir que persista en su tarea es aún más difícil. Una vez una nueva reportera accedió a cubrir un desfile de la Banda Marchante Tian Guo, mientras yo me disponía a cubrir otro evento. Cuando vi que había presentado su artículo a las 4:00 a. m., le dije: "Gracias por su arduo trabajo". Respondió: "Tenía que trabajar al día siguiente, así que si no me apresuraba a sacarlo, no sería noticia. Aunque sentía náuseas, finalmente insistí y lo acabé". Me conmoví mucho cuando oí aquello. Había hecho este trabajo durante muchos años y nunca antes había visto a una practicante que realmente considerara estos informes como noticias. A menudo me demoraba y entregaba el informe al día siguiente. Esto también mostró la disparidad entre mi cultivación y la de esta compañera practicante.

Entonces la elogié mucho. Al final dijo: "En realidad, como esta vez me había resultado tan difícil, quería decirte que esta era la última vez que ayudaba. Pero ahora como me elogias tanto no me atrevo a decir que no seguiré".

Este incidente me hizo pensar en el coordinador de nuestro equipo de reporteros en el extranjero. El coordinador nunca nos critica y siempre nos elogia. Este método [de gestión] nos ha ayudado a perseverar en el trabajo.

Estos son algunos de los entendimientos que gané durante el proceso de convertirme en una reportera para Minghui. Si hubo algo inapropiado, por favor, háganlo saber.

¡Gracias Maestro! ¡Gracias a todos!

(Experiencia presentada en el Fahui de Minghui 2018)