(Minghui.org) Soy practicante de Falun Gong y trabajo a jornada completa para una compañía inmobiliaria. Deseo documentar la experiencia de mis padres practicantes y cómo ellos fueron perseguidos en China por su creencia. 

Lo que le pasó a mi madre tuvo un gran impacto directamente en mí y hemos pasado por muchas dificultades juntos. Soy el principal testigo de toda su experiencia como practicante, de cómo fue perseguida y “transformada” y de cómo está ahora en el Reino Unido.

Basado en una orden emitida por el exdictador comunista mis padres, la Sra. Yaoli Zhang y el Sr. Changgeng Li, fueron forzados a dejar de practicar Falun Gong. Fueron torturados, puestos bajo vigilancia, sometidos a lavados de cerebro y finalmente “transformados” por las autoridades chinas. Este es un serio crimen y una violación a los derechos humanos.

Estoy compartiendo nuestra historia no solo para clarificar qué le pasó a mis padres y sus efectos en mí durante el transcurso de veinte años, también para traer atención a la persecución que todavía continúa y sobre los otros muchos practicantes de Falun Gong que siguen siendo perseguidos en China.

Favoreciéndonos de Falun Gong y sus enseñanzas

En agosto de 1998 mi familia vivía en el distrito Tianxin de Changsha. Mi padre Changgeng Li y yo fuimos al estadio He Long para buscar un sitio de ejercicios de Falun Gong donde adoptamos la práctica. Compartimos nuestro nuevo descubrimiento con mi madre, mi abuela Guizhi Jiang y ambas comenzaron a practicar también.

Estudié regularmente Zhuan Falun (el libro principal de Falun Gong) con ella y otros practicantes  los fines de semana. Todos hacíamos los ejercicios al atardecer en Shiziling, nuestro sitio local. También enseñamos los ejercicios y presentamos Falun Gong a quienes estuviesen interesados.

Entre 1998 y julio 1999, mi madre y yo participamos en actividades de promoción de Falun Gong en diferentes localidades como el Parque Lieshi, el Parque Nanjiao y la Avenida Yanjiang. Ella organizó un grupo de estudio local en su compañía durante el mismo período de tiempo.

Recuerdo que ella solía estar indispuesta bastante a menudo pero se recuperó totalmente después de empezar a practicar Falun Gong. También ví que era más feliz en su familia y vida laboral después de aprender los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. A menudo la acompañaba cuando presentaba Falun Gong a otros parientes, compañeros de trabajo y vecinos.

Los practicantes que conocíamos en esta época eran todos de diferentes edades, estatus social, nivel de educación y condiciones de salud pero todos experimentaron y apreciaron los efectos mágicos que tenía Falun Gong en nosotros. Era evidente para nosotros que Falun Gong era una gran práctica de autocultivación.

Perseguidos por practicar Falun Gong

En 1999 éramos más de 100 millones de practicantes de Falun Gong en China. Ese año el exdictador del partido comunista chino Jiang Zemin ordenó que la práctica fuera prohibida, incluso aunque no hubiese ninguna evidencia que demostrase que Falun Gong y sus actividades hubiesen dañado la sociedad o incumplido alguna ley.

Jiang lanzó una campaña sistemática para eliminar Falun Gong, incluyendo la difusión de noticias falsas y difamando Falun Gong en los medios públicos, prohibiendo publicar sus libros, cerrando los sitios de ejercicios y arrestando y “transformando” a estos practicantes (obligándolos a renunciar a sus creencias).

He sido testigo y experimentado, directa e indirectamente, numerosos actos ilegales de persecución cometidos por las autoridades locales en contra de mi madre, del resto de mi familia y de mí.

En diciembre de 1999, para aclarar la verdad a las autoridades sobre los hechos de Falun Gong y la persecución, y para pedir un entorno pacífico y legal para continuar practicando, mi madre y yo decidimos arriesgar nuestra seguridad personal y nuestra comodidad y fuimos a la Plaza Tiananmen en Beijing.

Allí, hicimos el segundo ejercicio, la postura de Estaca Parada Falun, durante un corto tiempo antes de que agentes de civil nos detuvieran y nos llevaran al centro de detención de Chaoyang. Nos retuvieron durante unas horas antes de ser trasladados al centro Changsha en Beijing y ser detenidos durante 3 días. Fuimos devueltos por Youfu Zhou, el jefe del departamento de mi madre en el trabajo y el oficial de policía local Dongze Wang.

Alrededor del 13 de mayo de 2000, mi madre fue ilegalmente arrestada nuevamente. En el centro de detención, la interrogaron sin parar durante 23 horas y terminó dando los nombres de otros practicantes de Falun Gong y sus actividades.

En julio de 2000, fue arrestada nuevamente y detenida en el centro de detención de Changsha. La visité durante este período. La unidad en la que estaba detenida tenía una puerta de hierro cerrada con llave.

En diciembre de 2000, mi madre, mi abuela y yo fuimos a Beijing nuevamente para manifestar y apelar por Falun Gong. Los oficiales de civil nos detuvieron y nos metieron en una camioneta de la policía.

En la víspera de Año Nuevo Chino en 2001, la policía allanó nuestro piso en Baotashan y arrestó a mi madre.

La directora de estudiantes de mi escuela, Changsha 31st Junior School, me dijo que mis padres estaban en una lista negra por practicar Falun Gong. El estrés en mis padres hizo que decidieran mudarse a Shenzhen en 2001, y tuve que transferirme a Shenzhen Buxin Junior High School.

Allí, una vez fui seguido por 2 oficiales de civil después de la escuela. Intentaron averiguar por el jefe de estudiantes y el jefe de clase para averiguar dónde vivía mi madre.

En 2004, viajamos a Bangkok, Tailandia, para explorar la viabilidad de buscar asilo allí a través de las Naciones Unidas. Estaba de vacaciones de verano en Cuiyuan High School en Shenzhen. Después de eso, debido a la constante interferencia de las autoridades locales, mis padres decidieron dejar Shenzhen e ir a Xi'an para ganarse la vida. Me dejaron solo en Shenzhen.

En julio de 2009, las autoridades allanaron el piso de mi madre, la detuvieron y la enviaron a un campo de trabajo forzado en Shanghái durante un año y medio.

Durante la década de persecución, mi madre insistió en practicar su fe y defendió a Falun Gong con dignidad. Trabajó para crear conciencia sobre la persecución y ponerle fin.

Durante este tiempo, todavía no tenía 18 años y sufrí mucho por tener que mudarme y ser seguido y acosado. Como consecuencia, no pude ganarme la vida, y otros parientes tuvieron que acogerme. Después de nuestro traslado de Changsha a Shenzhen, tuve que quedarme con mis compañeros de clase en sus apartamentos para que las autoridades no supieran dónde vivían mis padres. .

En particular, cuando mi madre estaba en el campo de trabajo forzado de Shanghái entre 2009 y 2011 y yo estudiaba en la universidad de Shenzhen, estaba terriblemente preocupado por su salud y seguridad. Lo peor de todo fue la idea de los terribles métodos de tortura que podrían usar con ella para tratar de obligarla a renunciar a Falun Gong.

El acoso continuó incluso después de haber sido “transformado”

Mi madre dejó de practicar Falun Gong en el campo de trabajos forzados y después de su liberación en 2011.

Según los informes de Minghui.org, uno de los métodos ampliamente utilizados para “transformar” a los practicantes de Falun Gong es redirigirlos a las enseñanzas de otras escuelas, como la escuela moderna de Buda. Eso pareció reducir la probabilidad de que regresen a Falun Gong en el futuro.

Este método se utilizó en mi padre, Changgeng Li, entre junio y septiembre de 2010 en el centro de educación de Shenzhen Xili, que en realidad era un centro de lavado de cerebro. De acuerdo con una llamada telefónica que tuve con el vicepresidente, Qiuhu Chen, quien estaba a cargo de “transformarlo”, “solo llevando a los practicantes de Falun Gong a una escuela diferente no volverán fácilmente a Falun Gong después de ser liberados”.

Mi padre fue “transformado” de esta manera y por lo tanto tuvo una influencia directa y fuerte sobre mi madre después de su liberación del campo de trabajo forzado de Shanghái y la salida de Falun Gong.

Entre 2012 y 2014, estudié en la Escuela de Artes de Glasgow. Cuando quise invitar a mis padres a mi ceremonia de graduación, me di cuenta de que ninguno de ellos podría obtener pasaportes y visas debido a sus restricciones continuas, incluso después de haber anunciado ya no practicaban Falun Gong. Esto me sorprendió y violó los derechos humanos básicos de los ciudadanos chinos.

Para ayudarlos, escribí a mi miembro del Parlamento, Keir Starmer, sobre la persecución en China y casos como el de mis padres. Recibí su respuesta en una carta oficial de su oficina en la Cámara de los Comunes del Reino Unido.

En 2016-2017, también nos dimos cuenta  que mi madre todavía estaba bajo vigilancia en su última residencia. Las cartas que le envié a través del Correo Real fueron retenidas por la oficina de correos local. Ella fue alertada de que las cartas contenían información no censurada y se le dijo que las recogiera de las autoridades locales.

En septiembre de 2017, a mi madre también se le negó un pase para viajar a Hong Kong y Macao antes de venir al Reino Unido. Un oficial de inmigración la dirigió a un agente de seguridad del estado en el distrito Tianxin de Changsha, quien dijo que estaba siendo restringida porque lo que hizo en su viaje al Reino Unido en 2016 fue “inapropiado”. Cuando preguntó cuál era el comportamiento, no le dieron ninguna respuesta clara.

El oficial de seguridad del estado le dijo que se presentara personalmente en la oficina de Changsha. Tan pronto como me enteré de esto, hice arreglos para que ella abandonara Shenzhen de inmediato para ir al Reino Unido. Ella no ha regresado a Changsha ni tenido ningún otro contacto con el oficial de seguridad del estado.

Llamada a la acción

Mi familia es una de un millón de las que ha sufrido esta persecución. Solo tomando medidas para aumentar la presión o realizando acciones más directas para terminar la persecución en China podremos resolver este problema de raíz, proveer un entorno de vida seguro para los practicantes de Falun Gong y sus familiares en China y proteger sus derechos humanos básicos.