(Minghui.org) Tengo 56 años. En el transcurso de la práctica de Falun Dafa por más de 20 años he llegado a comprender la seriedad de la cultivación gradualmente.

He aprendido que sin importar en qué tipo de tribulación esté, siempre y cuando pueda pensar en el Fa y en el Maestro y mirar dentro para rectificarme, puedo convertir cosas malas en cosas buenas, y mi xinxing se elevará.

Me gustaría compartir mis experiencias al liberarme de ser secuestrada después de presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exjefe del partido comunista chino (PCCh).

No soy una criminal. Soy una practicante

El 31 de mayo de 2015, presenté una queja contra Jiang Zemin ante la fiscalía suprema y el tribunal popular supremo. Unos días más tarde, escuché que un compañero practicante que había presentado una queja fue secuestrado y su casa fue saqueada.

Yo estaba un poco asustada y no eliminé ese pensamiento lo suficientemente rápido. En la mañana del 29 de junio de 2015, la policía nos secuestró a mí y a otros tres practicantes del mismo condado.

Los oficiales saquearon nuestros hogares y confiscaron nuestras computadoras, impresoras y libros de Dafa. Nos llevaron a la estación y me mantuvieron en una habitación donde ocho o nueve oficiales de policía estaban viendo la televisión o jugando en sus teléfonos celulares.

Me senté en una cama en la esquina, levanté mi palma derecha y envié pensamientos rectos: "Erradicar a todos los seres malvados y factores malvados detrás de la policía que participan en la persecución de los discípulos de Dafa y no permitirles continuar cometiendo crímenes contra los discípulos de Dafa".

Envié pensamientos rectos por 20 minutos, y nadie me molestó. Mi mente se volvió clara, y me di cuenta de que lo más importante era negar todos los arreglos de las viejas fuerzas.

Los Dafa dizi deben desempeñar el papel principal, conducirnos siguiendo el Fa y aprovechar la oportunidad para salvar a las personas predestinadas. Yo dije: "Tengo sed, ¿Puedes traerme un poco de agua?".

Un joven oficial dijo lacónicamente: "No hay agua, ¡Incluso nosotros no hemos tenido nada para comer o beber!".  Yo insisí: "Agua fría estaría bien".

Él respondió: "No hay agua fría tampoco".

"No me trates como una criminal", advertí. "Soy un practicante de Falun Dafa. Falun Dafa es una práctica de cultivación avanzada en la escuela de Buda, y nos estamos cultivando hacia la Iluminación".

Continué diciendo: "Tratar bien a los discípulos de Dafa será recompensado. No quiero verte incurrir en una retribución del yeli (kármica) porque persigues a los cultivadores".

Un oficial mayor intervino: "Por la forma en que ella se sentó allí, parecía budista".

Mientras hablaba, levantó una de sus palmas frente a su pecho y murmuró algo. Todos se rieron, y la atmósfera en la habitación se alivió.

Un oficial salió con un hervidor de agua y otro me entregó una botella de agua. Bebí un poco y comencé a aclararles los hechos sobre la persecución.

En poco tiempo, una taza de agua caliente se colocó frente a mí, y el oficial dijo: "Aquí no tenemos mucho, pero tome el agua".

Aclarando los hechos a la policía

Les conté sobre Falun Dafa, por qué el PCCh está persiguiendo practicantes, la verdad detrás de La  farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen, sobre la sustracción de órganos vivos del PCCh a los discípulos vivos de Falun Dafa, sobre los movimientos para renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas y para presentar demandas contra Jiang Zemin.

El joven sentado a mi lado me había filmado cuando me recogieron esa mañana. Me preguntó nerviosamente: "Señora, ¿es todo cierto?".

Antes de que pudiera responder, el oficial que me había arrebatado mi teléfono celular y ayudado a saquear mi casa dijo con una expresión preocupada: "¿Qué hay de mí? ¿Puedo hacer algo por ti? ¡No quiero sufrir represalias!".

Más tarde, cuando no había nadie alrededor, puso sus manos frente a su pecho (Heshi) y me rogó que lo perdonara. Luego lo ayudé a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.

Refutando una confesión

Después de hablar con los oficiales durante una hora, todos menos dos fueron a almorzar. Me trajeron algo de comida, pero no la toqué.

Un supervisor entró y me llevó a otra habitación. Él era el líder del grupo que me había secuestrado.

Me dijo que me sentara en un taburete frente a la parte posterior de una computadora equipada con una cámara. Me di cuenta de que iba a interrogarme como si fuera una criminal. Lo compadecí por cometer una mala acción por ignorancia.

Recordé lo que dijo el Maestro Li Hongzhi:

"No importa cuál sea la situación, no cooperen con las demandas, las órdenes o instigaciones del mal" (Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos, Escrituras esenciales para mayor avance (II))

Me negué a sentarme en el taburete y me senté en la cama junto a la pared. Los cuatro oficiales en la sala se miraron el uno al otro y se quedaron sin palabras.

Les dije: "No violé la ley, así que no puedo cooperar con ustedes, sería malo para ti".

El supervisor dijo: "Jiang Zemin morirá pronto, ¿de qué sirve presentar una demanda contra él?".

"Nos ha perseguido durante tantos años", respondí. "¿Por qué no deberíamos demandarlo? Él es responsable de la persecución, pero tú también eres víctima. Hasta el momento, se han presentado más de 100.000 demandas contra él con personas que ponen sus nombres reales, y el número está creciendo".

Caminé hacia el monitor para ver si mis palabras estaban siendo grabadas. El oficial dijo: "No estás respondiendo nuestras preguntas, así que no podemos registrar lo que dices".

"En ese caso puedes escribir: "No es contra la ley tener fe. ¡No es ilegal practicar Falun Dafa!", dije.

Él confió: "No nos atreveríamos a registrar eso". El interrogatorio había terminado.

Exámenes médicos fallidos

Querían llevarme al hospital del condado para un examen por la tarde. Dije: "A los practicantes de Falun Dafa todavía les sustraen sus órganos contra de su voluntad. No puedo ir contigo".

Uno de los oficiales respondió: "Es solo un examen médico, nada de eso sucederá".

"Por supuesto, tú no harías algo así", dije. "¿Pero puedes garantizar que alguien más no lo haga?". No insistieron en llevarme.

Mi esposo y mi hija me visitaron por la noche y me dijeron que los practicantes locales estaban enviando pensamientos rectos para mí. También me dijeron que otro practicante en el centro de detención tenía una presión arterial tan alta durante el examen médico que ese mismo día lo liberaron bajo fianza.

Me di cuenta  que no era una coincidencia que mi familia compartiera esa noticia conmigo. Quizás el Maestro los estaba usando para darme una pista. Así que decidí ir al examen el día siguiente.

Mi hija me tomó de la mano y me preguntó: "Mamá, ¿quién eres tú?", "Soy una discípula de Dafa", le contesté.

Ella exclamó: "Eso es correcto. Independientemente de lo que nos puedan hacer desde afuera, la clave está en ti. Si haces todo con rectitud, todo cambiará. ¡Todo depende de tus pensamientos rectos!".

Me sorprendió que mi hija no practicante dijera algo así. Estaba tan agradecida con Shifu.

El Maestro me estaba diciendo esas cosas a través de la boca de mi hija. Me dije: "No aceptaré ni un solo día en el centro de detención, y mucho menos 12 días".

Le dije a uno de los oficiales que quedaban: "Te he dicho tanto hoy. ¿Eres miembro del partido? No hay nadie aquí ahora. ¿Por qué no renuncias al PCCh?".

Aceptó abandonar el partido, la liga de la juventud y los jóvenes pioneros. Cuando el otro oficial de policía regresó para su turno, hice lo mismo por él.

Luego envié pensamientos rectos y miré dentro. Sentí que mi mayor omisión fue que, en los últimos años, había estado ocupada haciendo cosas sin hacer un estudio de calidad del Fa. Simplemente hice los movimientos y no envié pensamientos rectos con la suficiente frecuencia; mi corazón tampoco estaba limpio.

No me fui a dormir hasta después de enviar pensamientos rectos a medianoche. Luego me levanté a las 3:30 a. m. para hacer los ejercicios y envié pensamientos rectos nuevamente.

Dos oficiales me llevaron al hospital del condado a las 8:30. Dije en mi corazón, "Maestro, solo sigo tus arreglos".

Dijeron que todo era normal, pero cuando estaba a punto de irme, el doctor me dijo: "Siéntate. Déjame tomarte la presión arterial".

La tomó y preguntó: "¿Tienes presión arterial alta?".

El oficial de policía preguntó: "¿Qué tan alta?". El médico dijo que era 180/120. Luego lo tomó de nuevo y el resultado fue el mismo.

Rechazo en el centro de detención

Fue después de la 1 p. m. cuando me llevaron al centro de detención. Cuando el guardia abrió una puerta y me presentó, algo se me ocurrió: "¿Por qué estoy aquí?".

En 2001, cuando fui liberada después de una huelga de hambre en prisión, le dije a un compañero practicante: "¡Nunca más volveremos a ser encarcelarnos!".

Esta vez, una doctora de la prisión se acercó e hizo un gesto, "Ven aquí, déjame tomarte la presión arterial primero".

Los resultados fueron los mismos. Ella preguntó: "¿Tienes presión arterial alta o tomas medicamentos?".

El centro de detención decidió no aceptarme.

La policía discutió la situación con sus supervisores y decidió llevarme a dos hospitales de la ciudad para evaluar mi presión arterial.

Mi presión arterial aún era alta, y una de las lecturas fue de 180/125. Al principio, pensé que era porque mis pensamientos rectos no eran lo suficientemente fuertes como para que tuviera que ser examinada una y otra vez.

Cada vez que se completaba un examen, dejaba de enviar pensamientos rectos y desarrollaba un apego de euforia; entonces tenía que hacerse nuevamente. Me asusté y me preocupé por los resultados. Después  que me iluminé a esto, rectifiqué mis pensamientos, eliminé mis apegos y estabilicé mi mente.

Luego del último examen, los oficiales aceptaron: "Deberías estar feliz ahora. Podemos irnos a casa juntos". No sentí la euforia que tuve antes, y mi corazón estaba muy tranquilo.

Regresamos a la estación a las 4 p. m. Luego llamaron a mi esposo y me fui a casa.

Conclusión:

En casa, examiné cuidadosamente mi estado de cultivación y sentí profundamente la protección misericordiosa del Maestro. La cultivación es maravillosa, pero al mismo tiempo, muy seria.

Un pequeño pensamiento no recto, si no se corrige a tiempo, puede causar problemas en diferentes grados.

A partir de ese momento, hice más esfuerzos para hacer las tres cosas y constantemente me recuerdo cultivarme firmemente. Este año, a menudo he experimentado el maravilloso estado de estar sentada en una cáscara de huevo durante la meditación sentada; mi campo de energía ahora es muy fuerte y mi mente está tranquila cuando envío pensamientos rectos.