(Minghui.org) Descubrí Falun Dafa en 1997, pero en ese tiempo no estudié mucho las enseñanzas. Sabía en mi corazón que Shifu era bueno y que Dafa era bueno, pero no me di cuenta de que el Maestro y Dafa estaban aquí para salvar seres conscientes.

Cuando comenzó la persecución, me alejé de Dafa y de la cultivación. Pasaron diez años hasta que en 2009, un día un practicante de Dafa me dio un folleto y una copia de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Con la ayuda de practicantes veteranos, volví al camino de la cultivación.

Aunque tenía muchos apegos humanos que liberar y no fui muy diligente en hacer las tres cosas, Shifu no se dio por vencido con su discípulo rezagado y me salvó la vida después de un terrible accidente automovilístico.

Estoy escribiendo mi historia con la esperanza de poder animar a los compañeros practicantes como yo y decirles que no se den por vencidos, porque Shifu siempre te está cuidando, mientras creas en Shifu y Dafa.

En abril de 2011, bajé de un autobús y estaba cruzando la calle cuando una camioneta aceleró cerca de otro vehículo y me golpeó. La camioneta abandonó la escena, y el segundo vehículo, incapaz de frenar a tiempo, pasó sobre mí. Tirado en el suelo, sentí que tenía los dientes flojos y me dolía la espalda terriblemente. Pero mi mente estaba clara, y las palabras de Zhuan Falun:  "Decimos que lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento de la persona...", pasaron por mi mente.

Empecé a decirme: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. “Maestro, por favor sálvame", mientras me subían a una ambulancia. Entonces me di cuenta de que tenía miedo en mi corazón, así que al principio no dije las palabras en voz alta. Me pregunté: "Quiero que el Maestro me salve, pero no me atrevo a decir la verdad en voz alta". Así que lo dije en voz alta varias veces. Un paramédico me dijo: "Tu Maestro te ha escuchado".

El médico de urgencias me examinó, y sospechó que había daño en mis órganos internos. Después de una tomografía computarizada y un examen cuidadoso, todo parecía normal. El doctor decidió mantenerme en el hospital por algunos días en observación. Mis amigos vinieron a visitarme y estaban preocupados, preguntándose si podría salir vivo. Les dije: "No se sientan tristes por mí. No hay nada de qué preocuparse".

En la siguiente tarde, vomité una sustancia espesa y marrón que parecía sangre. El médico sospechó una hemorragia interna y me transfirió a un hospital mejor equipado. Descubrieron que tenía una ruptura de pulmón y tres costillas rotas y me operaron.

El médico que me dio de alta ocho días después dijo: "Es un milagro que estés vivo". Más tarde escuché que mi cabeza y brazo derecho estuvieron hinchados más allá de lo reconocible y que mis costillas rotas me habían contorcionado el pecho.

Dos semanas después, toda la hinchazón desapareció. Un día me miré en el espejo y me di cuenta de que todavía tenía la huella de la llanta que pasó sobre mí. Pero me recuperé sin complicaciones de ese horrendo accidente. Desde entonces, no me he resfriado ni he tenido que tomar una sola pastilla.

Fue Shifu quien padeció el yeli (karma) y pagó la vida que yo debía. ¡Gracias, mi benevolente Maestro!

Para aquellos compañeros practicantes que no han sido diligentes en su cultivación, recuerden que es extraordinario tener un cuerpo humano y es extraordinario haber obtenido Dafa. No se sientan demasiado frustrados o desanimados por sus defectos. El Maestro nos está velando y nos cuida en todo momento. ¡Necesitamos ser dignos, dignificar a nuestros seres conscientes y merecer la salvación benevolente de nuestro Maestro!