(Minghui.org) Después de escuchar cierta historia en Radio Minghui la semana pasada, me di cuenta de que me gusta ridiculizar a los demás. Cuando veo que el comportamiento de algún practicante no se acerca a mi estándar o a los requisitos de Falun Dafa, lo critico con sarcasmo y me siento superior.

A menudo me gusta contar chistes groseros para llamar la atención de la gente y me enorgullezco por eso.

Como me creo inteligente e ingenioso, me gusta hacer juegos de palabras. A veces, tergiverso las palabras de otras personas para avergonzarlas. Me divierto dándole apodos a la gente y tiendo a culpar a los demás para proteger mi reputación. También hablo por la espalda y distorsiono los hechos.

Mi comportamiento no se ajusta a los requisitos de Dafa de cultivar el habla, y mis palabras indican que tengo apego a ostentar, a la exultación, a la competitividad y a la reputación.

Una practicante anciana me advirtió, una vez que no cuidaba el habla y que ni siquiera tomaba en serio lo que me estaba diciendo. Ahora me doy cuenta, que cuando estoy en un estado muy excitado, mi naturaleza demoníaca se apodera de mi mente y digo cosas inapropiadas.

Tan pronto detecté mis defectos, me dije que debía pensar antes de hablar y asegurarme de que mis palabras se ajustaran a los requisitos del Fa.

El Maestro señaló:

"La cultivacion del habla que mencionamos se refiere a esa fama y esos beneficios entre la gente comun que no se pueden soltar y que no tienen relacion con el trabajo concreto de los cultivadores en la sociedad, o parlotear entre los dizi de la misma via sobre cosas inutiles, o presumir de si mismo dirigido por apegos, o transmitir rumores de las vias pequenas, o charlar con excitación y muy gustoso sobre algunos asuntos de la sociedad; pienso que todos estos son corazones de apego de la gente comun” (Xiu Kou, Octava Lección , Zhuan Falun).

Estos últimos días me he sentido más tranquilo, con pensamientos menos egoístas y sin manifestar ese tipo de carácter tan despiadado.

Hace dos días, una practicante comentó: "Veo que has cambiado considerablemente. Solías criticar a otros, y ni siquiera les dejabas explicar su versión de la historia. Ahora ni siquiera hablas mucho".

Continuó: Aunque tu crítica estaba en base de Fa, no tenías en consideración si los demás podrían aceptarla o no. Solo querías decir lo que tenías en mente, así que tus palabras carecían de compasión. No me extraña que otros no quisieran escucharte".

Sabía que el Maestro estaba usando la boca de esta practicante para señalarme las cosas. Aunque ahora puedo contenerme y no digo lo primero que se me pasa por la mente, aún no cumplo con el estándar del Fa, de considerar si los demás podrán aceptar lo que les digo.

El Maestro nos ha pedido que seamos compasivos cuando señalamos las cosas a los demás. Para alcanzar ese reino, debo poner a los demás en primer lugar, abandonar mi egoísmo y realizar esfuerzos para ajustarme a un estándar del Fa más elevado. Creo que puedo hacerlo.

El Maestro nos enseñó:

"Dafa puede fortalecer incluso al diamante, así que ¿cómo puede ser que no podamos ayudar a mejorar a una persona?” (Enseñando el Fa en el Fahui internacional de Gran Nueva York 2009).