(Minghui.org) Una mujer que antes gozaba de buena salud desarrolló síntomas de enfermedad seis meses después de ser arrestada por negarse a renunciar a Falun Gong, y sus pedidos de ser liberada para recibir tratamiento médico, fueron negados. Pasaron otros seis meses para que la policía la llevara a hacerse una revisión médica. Los médicos recomendaron internación inmediata, y la corte local cambió su sentencia de tres años de prisión a libertad condicional y la liberaron.

Cuando le entregaron los resultados del diagnóstico, no estaba consciente de la gravedad de su estado. Consultó a sus propios médicos, que le diagnosticaron cáncer de pulmón avanzado.

Sentenciada a tres años de prisión

La Sra. Sun Yanhuan, maestra, fue arrestada el 24 de diciembre de 2015, y liberada bajo fianza el 29 de enero de 2016. El 8 de noviembre de 2016 fue detenida nuevamente. Aunque solicitó libertad condicional médica, el juez no se la dio. El 18 de octubre la sentenciaron a tres años de prisión.

Su estado empeoró, así que los guardias del centro de detención eventualmente la llevaron a un hospital público para que la revisaran, a mediados de noviembre. Sin notificarle sobre los resultados de los estudios, contactaron a la corte local de apelaciones, y la corte alta cambió su sentencia de tres años de prisión a libertad condicional. El 27 de noviembre la liberaron.

En mayo de 2017 experimentó dolor en el pecho y un poco de fiebre, y el 27 de septiembre y el 16 octubre tenía que compadecer en la corte.

El juez Zhou Chen, de la corte local llamó al hermano de su difunto esposo, demandando que vigilaran a la Sra. Sun. Él se negó.

Lo siguiente es el relato personal de la Sra. Sun sobre su ordalía.

Comienzo de la persecución

Comencé a practicar Falun Gong en julio de 1999, el mes cuando Jiang Zemin, el exlíder del régimen comunista, lanzó la persecución a la práctica de cultivación.

Como muchos practicantes, fui a Beijing para apelar por el derecho de practicar Falun Gong, en diciembre de 2000. Fui arrestada y detenida por 15 días. Me liberaron después que la oficina 610 de la ciudad de Jiamusi extorsionara 6000 yuanes a mi familia. Mi lugar de trabajo dejó de pagarme el sueldo por seis meses y retuvo mi bono de 2000 yuanes.

Primer arresto

Después del “Caso de derechos humanos de Heilongjiang” ocurrido en marzo de 2014, fue arrestada por intentar rescatar a los practicantes detenidos.

Dos de mis amigas y yo fuimos arrestados la mañana del 24 de diciembre de 2015 por una decena de policías cuando estábamos por salir a rescatar a los practicantes detenidos. Nos llevaron a la comisaría de Jianguolu. Mis amigas fueron liberadas esa noche.

Qu Zebin, el subdirector de la comisaría, me sacó las llaves de mi casa de mi bolso, y con un equipo de policías saquearon mi casa. Un policía me informó que llevaron mis pertenencias en dos camionetas separadas.

Qu luego me dio una lista de las cosas confiscadas para que firme. Firmé sin verificar qué se habían llevado y qué no.

Primera detención e interrogatorios

Me llevaron a una sala de interrogatorios en la comisaría donde los policías se turnaban para vigilarme. Aclaré la verdad sobre Falun Gong a cada uno de ellos y les aconsejé que no siguieran la régimen de Jiang para perseguir a los practicantes. Algunos estuvieron de acuerdo.

La policía encontró un gran número de materiales relacionados con el caso cuando saquearon mi casa. Entonces me tomaron como una persona clave para el caso.

Un hombre vestido de civil quien se presentó como alguien del escuadrón de antivicios vino a interrogarme alrededor de las 2 p. m. Me pareció que en realidad era alguien del buró de seguridad pública. Otro oficial me informó luego que este hombre era Li Zhongyi de la división de cultos del buró de seguridad pública.

Este hombre me dijo que mis vecinos hablaron bien de mí y que por eso me tenía respeto. Esto parecía una táctica para ganar mi confianza. Luego me dijo que me arrestaron por el “Caso de derechos humanos de Heilongjiang” ya que yo estaba involucrada en el rescate de los practicantes.

“No cometí ningún crimen. ¿Por qué me arrestan? Estaba ayudando a la Sra. Wang Yanxin que fue una de las detenidas en el caso de derechos humanos de Heilongjiang. Tengo el derecho de cooperar con el abogado, ya que he estado siguiendo los procedimientos legales. Además, la procuraduría suprema popular emitió una notificación en 2017 que permite a los ciudadanos presentar querellas contra exlíderes del estado usando alias. Por eso, no tengo nada que decirles a ustedes”, expliqué.

Dos horas después, se fue. Por la tarde, la policía quiso tomarme una foto y mis huellas digitales, pero me negué.

Qu y otro policía me llevaron luego al hospital central de Jiamusi para una revisión médica antes de transferirme al centro de detención. Ellos demandaron que mi cuñado firmara el documento de la detención, pero él se negó.

Cuando la policía me llevó para interrogarme, noté que muchos practicantes estaban afuera del centro para apoyarme. Ellos me alentaron.

Bajando mi guardia

Li regresó con Yan, el jefe de la división legal, para interrogarme. Tuve la sensación de que Yan era hipócrita y suave. Me dijo que había investigado sobre Falun Gong y que podía recitar unos poemas del Maestro Li. Dado su forma de ser suave, bajé mi guardia.

Antes de irse, Yan dijo: “Mañana iré a Jiansanjiang para entender la situación y ver si hay algo que pueda beneficiar tu caso”.

Regresó tres días después para leerme las confesiones de algunos practicantes. Dijo: “Otros practicantes ya te han culpado. Ellos saben hacer DVD y uno sabe cómo reparar computadoras. ¿Por qué no lo hicieron ellos mismos? Es obvio que no quieren ser responsables”. Sabía que Yan estaba intentando de sembrar discordia entre los practicantes, y quería convencerme que coopere.

Yan dijo: “También mencionaron que vas con frecuencia a la casa de otros practicantes. Además dijeron que la tarde del 27, te dieron el DVD para entregarlo en la capital de la provincia”. Dudaba de las palabras de Yan y no sabía qué hacer.

Yan dijo que muchos practicantes habían sido arrestados, y que como algunos cooperaron con la policía, podrían ser liberados. Luego sugirió: “Estarás bien si me dices qué pasó después que fuiste a la ciudad. Si nos dices, no arrestaremos más practicantes”.

Pensé que si le decía qué pasó en la ciudad, no arrestarían más practicantes, y entonces disminuirían las pérdidas. Así que les dije cómo hacemos los DVD, incluyendo los materiales, quién los hace, y cómo los llevo a la capital de la provincia, y el proceso de contratar a los abogados. Temía haberme olvidado de algo, así que incluso llamé a alguien para verificar la información.

Me interrogaron una y otra vez y yo repetí la información sin ningún cambio. No me di cuenta que caí en su trampa, e incluso pensaba que lo estaba haciendo bien.

Qu una vez me interrogó el 7 de enero de 2016, antes de llevarme al hospital central de Jiamusi para revisión médica.

Llevada al centro de detención

Sentí que no tenían ninguna intención de liberarme. Me colocaron bajo detención criminal, la cual se pasa en el centro de detención.

Aunque mi presión era alta, Qu insistió en llevarme al centro de detención. En el centro, el médico vio que mi presión era demasiada alta, así que se negó a aceptarme.

Qu me llevó a su oficina, me forzó a tomar drogas antihipertensión dos veces, y se quedó mirando hasta que mi presión bajó, después de lo cual me llevó de nuevo al centro de detención. En el centro de detención, mi presión estaba alta de nuevo, y le médico se negó a aceptarme.

Qu admitió que mi presión bajó después que me forzara a tomar drogas dos veces. El médico retó a Qu diciendo que hacer eso ponía en peligro la vida de la persona.

El centro de detención me aceptó después que Qu sobornó con 500 yuanes al oficial a cargo de las admisiones.

Pescando una confesión

Los interrogatorios frecuentes continuaron. Querían que confiese, pero les dije que todos estábamos involucrados voluntariamente. Tuve que admitir a la fuerza que yo era quien estaba a cargo cuando me mostraron lo que otros practicantes dijeron. Ellos revelaron toda la información a un oficial de una subdependencia del departamento de policía de la ciudad de Dongfeng y a otro del buró de seguridad pública de la ciudad de Jiamusi.

Guo del buró de seguridad pública de la ciudad de Jiamusi preguntó si me daba cuenta el crimen que había cometido. Dijo que yo estaba equivocada al presentar una querella criminal contra Jiang porque Jiang era un exlíder de estado.

Defendí mis acciones diciendo: “¿Acaso la ley no estableció que se pueden presentar querellas contra los exlíderes de estado? Estamos haciendo cosas permitidas por la ley actual. Además, todos somos iguales ante la ley y no hay excepción para ningún líder. No hice nada malo”.

Él insistió en que la corte suprema popular y la procuraduría suprema popular emitieron una interpretación estatutaria que Falun Gong sea considerado una “secta”. Entonces le pregunté: “Cuando Jiang Zemin sea enjuiciado, ¿insistirás en lo que dijiste hoy?”. No hizo más preguntas de este tipo, se enojó y me retó.

Luego Li aprobó mi liberación bajo fianza. Mi hija firmó el documento el 26 de enero y me liberaron tres días después, el 29 de enero.

Cuando estaba libre bajo fianza, me enteré que Guo tuvo un ataque y que uno de sus parientes murió, así que lo llamé y le envié cartas persuadiéndolo a que deje de perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Detenida de nuevo a pesar de la presión alta

Qu me dijo que fuera a la comisaría el 8 de noviembre de 2016. Me pareció una buena oportunidad para aclararle la verdad y fui allí con mi cuñado.

Quería que pasáramos por unas formalidades y esperaba que yo cooperara con él. A cambio dijo que me pondría en libertad condicional en vez de detenerme. Le aclaré la verdad a él por más de una hora en vez de darle información.

Escuchó atentamente antes de llamar a su supervisor para pedirle instrucciones, porque no podía discutir conmigo. Escuché a su supervisor decir dos veces “Envíala”.

Me di cuenta que querían llevarme de nuevo al centro de detención. Cuando mi cuñado y yo quisimos irnos, la policía ya nos estaba rodeando. Me mantuvieron en la sala de interrotorios hasta que Qu me llevó para hacerme una revisión médica antes de trasladarme al centro de detención. Esta vez mi presión alta no los detuvo para encerrarme.

Sin ayuda médica

En mayo de 2007 comencé a sentir un dolor punzante en el pecho, después de estar seis meses detenida. Sin embargo, los médicos no podían determinar qué me estaba pasando, así que me negué a tomar medicamentos. Pedí que me hicieran una revisión en el hospital de la ciudad. Como me negué a tomar medicamentos, el guardia de la prisión no presentó ningún informe.

El dolor continuaba y afectaba mis movimientos, y pedí aspirinas. Esto continuó hasta el 28 de junio cuando mi abogado escuchó que el juicio había sido programado y vino a verme. Le pedí que contacte al departamento de policía, procuraduría, y centro de detención y que demandara una examinación médica. No sucedió nada. Pedí que el director de turno me llevara para una examinación, pero no pasó nada.

Soporté el dolor por otros tres meses y pedí verbalmente durante la audiencia en la corte que el juez me diera libertad condicional médica. Lo rechazó. Dos días después de la audiencia, el 16 de octubre, me sentenciaron a tres años prisión, y decidí apelar.

Luego, me apareció un bulto en la espalda, y los médicos de la prisión no podían diagnosticar qué era. Después de usar una crema para aliviar el dolor en el bulto, este creció. Luego, a mediados de noviembre, me llevaron dos veces al hospital central de Jiamusi, y después de un escaneo, el médico pidió al centro de detención que me internaran allí.

El subdirector me dijo que los tratamientos eran muy costosos y solicitaron a la corte intermedia que cambiaran mi sentencia a libertad condicional. El 27 de noviembre de 2017, me liberaron.

Como no me dijeron cuál fue el diagnostico, fui a hacerme una revisión médica en el hospital más destacado de la ciudad. Me dijeron que tenía cáncer de pulmón avanzado, que se había expandido a los huesos, y que no había cirugía que pudiera ayudarme. El médico me sugirió quimioterapia.

No podían dar un paso atrás y dejar de perseguirme. A pesar del diagnóstico, el juez Zhou Chen de la corte intermedia de Jiamusi, contactó a mi cuñado el 7 de marzo de 2018, y demandó que me vigilaran de cerca. Sin embargo, mi cuñado se negó a cumplir.