(Minghui.org) Formé parte de un grupo de practicantes de Falun Gong que fuimos a aclarar la verdad a una área remota de China, en octubre de 2016. Mientras distribuíamos materiales sobre Falun Gong y la persecución del partido comunista chino, alguien nos denunció. Cuando llegó la policía detuvo a todos, excepto a otro practicante y a mi que pudimos huir.

Más tarde llamamos al jefe de la subcomisaría de policía local y le pedimos que liberara a los practicantes detenidos. Respondió que no podía ayudarnos porque no se encontraba allí. Así que enviamos varios mensajes a los oficiales que estaban en el lugar, y les pedimos que no tomaran parte en la persecución.

Cuando descubrimos que los practicantes se hallaban recluidos en un centro de detención local y que el caso pasaría a la procuraduría local, decidimos contratar a un abogado. Pensamos que esta era una oportunidad perfecta para aclarar los hechos sobre Falun Gong a la policía, los fiscales y los jueces. Me encargaron que contratara a un buen letrado.

Supe a través del sitio web  Minghui  que un abogado de una provincia cercana había conseguido que indultaran a un practicante recientemente, con relativa facilidad. Me puse en contacto con él, le conté los pormenores del caso y accedí verbalmente a pagarle una determinada tarifa en concepto de gastos de representación de los practicantes detenidos.

Nos causó una gran decepción conocer al abogado en persona. No solo no cumplió lo acordado, sino que mostró una actitud agresiva, en todo momento, y se negó a escuchar nuestras sugerencias. Algunos practicantes dijeron que deberíamos despedirlo inmediatamente. Otros pensaron que deberíamos mirar dentro de nosotros mismos y solucionar nuestras deficiencias.

Nos reunimos con el abogado después de que visitara a los practicantes detenidos. Cuando le preguntamos si se había reunido con los fiscales, empezó a mostrarse evasivo. Le advertí: "No está cumpliendo su promesa".

Me respondió: “No se preocupe. Envié una carta a la fiscalía local tras reunirme con los acusados". Se fue a toda prisa después de que le abonáramos lo convenido.

Varios practicantes miraron hacia dentro y compartieron sus entendimientos. Algunos dijeron que el abogado rompió su promesa y que solo debería haber recibido el reembolso de los gastos de desplazamiento. Algunos dijeron que deberíamos mirar la situación desde una punto de vista más elevado y no entrar en discusiones. Otros se iluminaron al hecho de que el comportamiento del abogado era el reflejo del estado de cultivación del grupo.

Miré dentro y noté que había depositado todas mis esperanzas en la habilidad del abogado. Entonces, me iluminé al hecho de que somos los principales actores en el escenario mundial y que no debemos buscar hacia afuera.

Shifu nos enseñó:

“Si alguien tiene el gongneng de la visión remota, posiblemente pueda ver una escena así: cuando te sientas en meditación, en el instante en que entras en el estado de ding, puedes ver que, “huu”, repentinamente sale de tu cuerpo un tú que tiene tu misma apariencia. Pero distingue un poco, ¿dónde estás tú mismo? Estás sentado aquí. Después de ver que él sale de tu cuerpo, el shifu lo lleva a practicar el xiulian en un espacio que el Shifu mismo ha transformado, que puede ser la forma de una sociedad del pasado, una sociedad contemporánea o también puede ser una forma de sociedad de otro espacio; le enseña a refinar gong y él aguanta bastante sufrimiento, todos los días una o dos horas”(Octava lección - Zhuan Falun).

También me iluminé a que, a veces, Shifu crea diferentes escenarios que nos ayudan a elevar nuestro xinxing y a deshacernos de nuestros múltiples apegos humanos.

Al compartir nuestros entendimientos, mejoramos como grupo, y el ambiente se tornó muy sereno y pacífico.

Cuando tratamos de contratar a algunos otros abogados con experiencia, nos respondieron que estaban demasiado ocupados para hacerse cargo de nuestro caso. Todos nos facilitaban el nombre de algún colegas que había defendido a practicantes de Falun Gong.

Algunos practicantes locales mencionaron que no deberíamos buscar resultados específicos y que deberíamos dejar que las cosas se desarrollaran siguiendo el curso natural. Otros pensaron que deberíamos hacer todo lo que estuviera en nuestras manos para hacer avanzar las cosas y que el Maestro nos ayudaría a hacer todo lo que no pudiéramos hacer. “¡Los arreglos del Maestro son los mejores!”, exclamó un practicante.

Entendimos que si la esencia de la cultivación es deshacerse de los apegos humanos, entonces no necesitábamos prestar tanta atención a los obstáculos que se nos cruzaran en nuestro camino, por numerosos que fueran.

Poco después, contratamos a abogados, menos conocidos, que presentaron sus alegatos de inocencia ante los tribunales, de manera muy razonable.

El juez presidente incluso le dijo a uno de los abogados después de la conclusión del juicio: "Usted presentó una estrategia de defensa muy buena. ¡Haremos todo lo posible para ayudar a estos practicantes de Falun Gong!”.

Al final, los practicantes fueron condenados a un año de prisión. Sin embargo, dado que la pena comenzó a contabilizar oficialmente, el día en que fueron arrestados, ya había pasado casi un año. ¡Fueron liberados poco después de ingresar en prisión!