(Minghui.org) En los últimos diez años, mientras le hablaba a la gente sobre Falun Dafa y la persecución por parte del partido comunista, conocí a comandantes del distrito militar, oficiales de policía y estudiantes universitarios. Aun en tiempos de adversidad, sentí compasión y mantuve una mente pacífica, por lo que la gente experimentó la bondad de los practicantes de Falun Dafa.

A veces las personas eran agresivas, pero también hubo aquellas que agradecían mis esfuerzos y me recordaban que cuidara mi seguridad.

Oficial retirado renuncia al partido

Al ver a un anciano cuyo atuendo parecía el de un oficial retirado, comencé una conversación hablando de las purgas políticas del partido comunista chino del pasado hasta el presente, incluida la matanza actual de practicantes de Dafa por sus órganos.

Finalmente estuvo de acuerdo en renunciar al PCCh y quiso hacer lo mismo para seis familiares. Le dije que no podía a menos que ellos lo acepten.

Antes de partir, le manifesté que sería bendecido si a menudo recitaba: “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Arrodillándose e inclinándose en señal de gratitud

En febrero pasado, mientras le hablaba a la gente sobre Falun Dafa, conocí a un hombre que aparentaba tener alrededor de 80 años.

Hablé sobre la orden de Jiang Zemin, exjefe del partido comunista, de sustraer los órganos a practicantes vivos de Dafa por dinero. Le conté que el PCCh había cometido muchos crímenes y que enfrentaría retribución kármica.

"Si renuncia a su membresía del PCCh", le dije, "ya no será parte del mismo. Cuando el partido sea eliminado, los que aun sean miembros estarán implicados y serán castigados".

Su cara se cubrió de lágrimas, y estuvo de acuerdo en renunciar al partido y a sus organizaciones afiliadas.

Luego, dio un paso adelante, se arrodilló y quiso inclinarse. Lo detuve, y le expliqué que debía agradecer al Maestro Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa.

Cuatro personas renuncian a sus membresías del PCCh

Hace dos años, en una parada de autobús, me acerqué a tres personas y aceptaron escucharme.

Les conté sobre una piedra descubierta en la provincia de Guizhou que tenía talladas las palabras "el partido comunista chino perece". Les dejé entrever que este era un mensaje de los dioses para contarle a la gente sobre el futuro del PCCh.

Una de estas personas saludó a otra y le pidió que se acerque a escuchar. Hablé de las atrocidades cometidas por el partido contra los practicantes de Falun Dafa y de cómo Jiang Zemin había vendido territorio chino a Rusia.

Todos renunciaron a sus membresías del PCCh.