(Minghui.org) El Sr. Huang Huixian, vecino de Huizhou, provincia de Guangdong, murió dos meses después de ser arrestado, el 26 de junio de 2017 a los 40 años. Su mujer y su hijo de 10 años que dependían de él, se encuentran desamparados. Su cuerpo se encuentra todavía en una instalación funeraria.

Arresto y muerte

El 26 de junio de 2017, varios policías de la comisaría de la ciudad de Lianghua, condado de Huidong, arrestaron al Sr. Huang y lo trasladaron al centro de detención del condado de Huidong. Las autoridades en ningún momento revelaron su paradero.

Debido a que se declaró en huelga de hambre mientras permanecía detenido, lo torturaron alimentándolo a la fuerza. Falleció el 26 de agosto.

Sus familiares quedaron destrozados al recibir la noticia de su muerte y contrataron a un abogado para que buscara respuestas y llevara a los culpables ante la justicia. Las autoridades dispusieron que su cuerpo se dejara preparado en el salón funerario, a la espera de darle sepultura.

Persecución previa

Cuando el Sr. Huang empezó a practicar Falun Dafa en 2003, muchas de sus enfermedades desaparecieron. Además mejoró su temperamento y logró abandonar vicios tales como el juego, la bebida y el tabaco.

Fue tomado como blanco por las autoridades porque se atrevía a difundir, en público, la verdad sobre Falun Dafa y la persecución que el régimen comunista chino inició en julio de 1999. En 2004, lo condenaron a uno de los tantos campos de trabajo forzado donde envían habitualmente a los practicantes de Falun Dafa. Allí fue objeto de horribles torturas. Los detalles de su suplicio se hallan documentados en: “Huang Jingxian and His Wife Are Persecuted in Guangdong Province”.

Cuando salió de presidio, en 2006, se encontraba demacrado. Su conciencia no parecía clara debido a que, durante mucho tiempo, le habían obligado a injerir fármacos desconocidos y administrado inyecciones a la fuerza.

Sus familiares se encuentran sometidos a una estrecha vigilancia desde hace bastante tiempo. Son acosados y amenazados frecuentemente por la policía y los funcionarios del comité residencial de su localidad.