(Minghui.org) Desde una edad muy temprana, siempre había anhelado la elevación espiritual. Me maravillé cuando una vecina me presentó Falun Dafa en 1998. Experimenté una poderosa energía desde la primera vez que hice los ejercicios de pie. Mirando hacia atrás mi viaje de cultivación en los últimos 20 años, el Maestro ha cuidado cada paso de mis avances. Estoy agradecida por todo lo que el Maestro ha hecho por mí.

La importancia de ser diligente en el camino de cultivación

Durante los primeros años de cultivación, estaba ocupada con mi trabajo diario y no era muy diligente en mi estudio del Fa.

Cuando mi hija se estaba preparando para su examen de ingreso a la universidad, me tomé unas vacaciones de dos meses, para poder cocinarle. Usé ese tiempo para estudiar las Lecciones del Maestro. Por lo tanto, mi entendimiento del Fa iba profundizando día tras día.

Quería saber qué era la verdadera cultivación y cómo cultivarme verdaderamente. Para ayudarme a entender qué significaba "asimilarse al Fa", el Maestro me permitió experimentar un estado muy hermoso, en el que desaparecieron todos mis apegos. El mundo se volvió vacío. Estaba inmersa en la energía positiva del Fa y mi corazón se llenó de felicidad.

En ese momento, entendí el significado de cultivarse verdaderamente –soltar el yo, asimilarme al Fa y cultivarme verdaderamente. Y solo entonces podría salvar a los seres conscientes y validar la magnificencia de Dafa.

Aclarando los hechos en el área rural

En los primeros años de la persecución, la mayoría de los practicantes aclaraba los hechos acerca de Dafa distribuyendo material informativo y hablando con la gente cara a cara. Debido a que tenía que trabajar durante la semana, usaba mis fines de semana y vacaciones para distribuir materiales.

A cada practicante se le asignó un área específica. Generalmente, dejaba las áreas con acceso fácil, en transporte público, a los practicantes mayores que podían salir durante la semana, y elegía las áreas remotas. En el caso de muchos pueblos del campo, no había acceso en autobuses, así que para llegar allí montaba mi bicicleta.

A pesar de la persecución severa, todos los practicantes a mi alrededor tenían corazones puros. Cuando nos acercábamos a un pueblo, antes de entrar, primero enviábamos pensamientos rectos, eliminando el mal que interfería con la gente para que escuchara los hechos.

En el campo, muchas personas mayores y mujeres se sientan en grupos frente a sus casas para charlar. Yo me sentaba a su lado y hablaba con ellos. En su mayoría, estas personas eran muy bondadosas, muy receptivas a los hechos acerca de Dafa y aceptaban nuestros materiales de aclaración de la verdad. Cuando nos quedábamos sin amuletos, los aldeanos nos pedían traer más cuando íbamos a regresar.

En el norte de China, comienza a nevar en noviembre y la nieve no se derrite hasta la primavera. Cuando el camino se ponía muy resbaladizo, nos caíamos con frecuencia, pero con la protección del Maestro, ninguno de nosotros se lastimó.

A veces, volvía a casa apenas el lunes en la mañana, y solo tenía tiempo para lavarme rápido y cambiarme de ropa antes de salir a trabajar. Sin embargo, no lo sentía como una dificultad.

La gente en áreas remotas escucha la verdad

Los practicantes idearon usar muchas tecnologías avanzadas, que nos ayudaron a aclarar los hechos. Entre estas tecnologías, aprendí a hacer llamadas telefónicas automáticas a la gente.

La mayoría de las provincias en el oeste son montañosas. A excepción de algunas grandes ciudades, la mayoría de la población vive en lugares muy dispersos. Es muy difícil que los practicantes distribuyan materiales a cada residente local. Sin embargo, el régimen comunista nunca aflojó su control en la mente de la gente de allí.

El gobierno obligó a la gente rica a colgar la bandera del partido comunista chino (PCCh) fuera de su hogar. Esto implicaba que vivían una buena vida debido al gran liderazgo del régimen comunista. Sin embargo, esas personas habían trabajado arduamente para disfrutar de ganancias materiales.

Me sentí triste cuando vi la bandera del partido y desarrollé un fuerte deseo de decirles la verdad a estas personas.

Shifu dijo:

“Los Dafa dizi son dioses que han bajado al mundo terrenal con la responsabilidad de asistir a Shifu y salvar a los seres conscientes; están encargados de la responsabilidad de salvar a los seres conscientes en los mundos bajos” (Fahui de Nueva York 2016).

Tres practicantes estuvieron de acuerdo en ayudarme con este proyecto. Íbamos a zonas tranquilas cuatro veces a la semana, en donde hacíamos llamadas telefónicas automáticas a personas del oeste de China durante medio día. Al regresar a casa, escuchábamos los mensajes de voz recibidos y hacíamos una lista con los nombres de las personas que expresaban su deseo de renunciar al partido.

Este tipo de proyecto es muy pesado y requiere de mucho tiempo, pero sabía que la gente en esas áreas remotas necesitaba escuchar la verdad. Esta podría ser su única oportunidad para renunciar al partido. Nuestros esfuerzos fueron exitosos, y muchas personas entendieron muy bien los hechos y renunciaron al PCCh.

Había mensajes de voz en donde decenas de personas esperaban su turno en línea para grabar sus mensajes de renuncia al partido. Algunos grupos incluso tenían un representante que hacía un conteo primero y después dejaba que cada persona diera su nombre. Me conmoví mucho y sentí aún más que todo ha sido arreglado por el Maestro.

Para ahorrar tiempo y poder escuchar los mensajes de voz, simplifiqué mi estilo de vida. Esto también me permitió estar en un ambiente sin distracciones.

A veces, me sentía realmente cansada y quería tomar un descanso de escuchar mensajes de voz y trabajar en la computadora. Pero, luego me acordaba de las responsabilidades de los practicantes, la enorme labor que el Maestro ha hecho por nosotros y que todavía había muchos seres conscientes que necesitan escuchar la verdad, entonces seguía trabajando.

No importa cuán difícil, hice seguimiento a los mensajes de voz, para que la gente sepa que alguien estaba cuidando de su deseo de renunciar al partido. Al devolver las llamadas, entendí que ellos atesoraban la oportunidad de hacer su renuncia.

Cada año, hemos podido ayudar a más de 10.000 personas a renunciar al partido a través de nuestras llamadas telefónicas.

Formando un solo cuerpo

Mientras avanzaba en mi cultivación, el Maestro me dio pistas de que necesitaba ampliar mi corazón y formar un solo cuerpo con los compañeros practicantes. Seguí viendo una escena en la que me encontraba en la cima de una montaña. El área era tan pequeño que solo tenía espacio para mis pies, y era el único pico allí. Yo era la única persona allí.

El Maestro me dio a entender que debía considerar las cosas desde una perspectiva más amplia, teniendo en mente el cuerpo de practicantes de Dafa y no solo centrarme en mí.

Debido a que había varios practicantes veteranos en mi ciudad cuando entré a Dafa, no tenía que preocuparme por difundir el Fa o tomar la iniciativa de coordinar algo. La mayor parte de mi atención se había centrado en mi propia cultivación y no le daba mucha importancia a lo que hacían los demás. Por temor de ser rechazada o desaprobada, casi nunca expresaba mi opinión o preocupaciones.

Mirando hacia atrás, entendí que todos estos pensamientos se originaron en el apego a mí misma. Me había aislado del grupo más grande. Y, al final, era como esa montaña huérfana, sola y aislada.

El Maestro nos enseñó:

“… cualquier cosa que hagas, deberás primero tener consideración hacia otros, para que así que obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo” (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance).

Después de darme cuenta de mi problema, decidí soltar la autoprotección, abrir mi corazón y cuidar de otros practicantes. Cuando tuve el deseo de mejorar, el Maestro me ayudó.

El Maestro expone nuestros apegos para que mejoremos

En 2008, tres practicantes sufrieron graves tribulaciones físicas. Una practicante tuvo una infección grave en su pecho. Su condición le afectó en hacer las tres cosas. A pesar del mal olor de la infección, nos trasladamos a su casa para nuestro estudio grupal del Fa. Estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos con ella.

Por desgracia, esta practicante no atravesó la prueba y falleció. Sin embargo, entendí el principio de que todos los practicantes de Dafa somos un solo cuerpo. Llegamos a este mundo con el mismo propósito: asistir al Maestro en la rectificación del Fa y salvar a los seres conscientes. Solo trabajando juntos constantemente podemos resistir los ataques de las viejas fuerzas.

Un practicante local repentinamente cayó enfermo y fue trasladado a un hospital en una ciudad cercana. Había pocos practicantes que lo sabían. Cuando me enteré, sentí que las viejas fuerzas estaban tratando de aislarlo de nosotros, haciendo que lo persigan más fácilmente.

Al día siguiente, contacté unos practicantes y fuimos al hospital. La esposa del practicante, que también es practicante, estuvo muy feliz de vernos. Nos dijo que estaban confundidos y no supieron qué hacer después de toparse con esa tribulación repentina. Compartimos nuestros entendimientos con ellos. Pronto, el practicante salió del hospital. Se recuperó muy rápido estudiando el Fa intensivamente y reanudó sus actividades de aclaración de la verdad.

Cuando notaba los problemas que podían afectar nuestra cultivación y seguridad como un solo cuerpo, compartí mis pensamientos con los coordinadores e hice lo que pude para ayudar a los demás. También había épocas en que estábamos en desacuerdo. Pero justamente en estos momentos necesitaba mirar hacia adentro y cultivarme.

Reaccionando a los desacuerdos

Hace dos años, la policía comenzó a recopilar información sobre los practicantes locales. Durante una reunión de practicantes de la coordinación local, compartí mis pensamientos que debemos enviar pensamientos rectos para eliminar el mal y no darles la oportunidad de perseguirnos o causar más daño en la aclaración de la verdad.

Sin embargo, algunos practicantes pensaron que enviábamos pensamientos rectos por miedo, y algunos consideraron que yo me preocupaba demasiado. Por lo tanto, no llegamos a un acuerdo.

De hecho, en el pasado había sucedido una situación similar, cuando planteé el tema de si deberíamos dejar de traer teléfonos móviles al estudio del Fa. Cuando algunos practicantes se opusieron y dijeron que no era necesario y que estaba siendo demasiado cautelosa, solo me quedé callada.

Un practicante me recordó que era correcto que considerara la seguridad de los practicantes, pero tal vez tenía apegos mezclados que impedían que los demás estén de acuerdo conmigo.

Miré hacia adentro y me di cuenta de que, aunque sabía que esto era muy importante y urgente, solo exigía que utilicen algunas medidas de seguridad, sin ayudarles a entender las razones detrás. En otras palabras, solo quería que los otros estén de acuerdo conmigo, sin ayudarles a entender el problema.

Este incidente me ayudó a identificar otra capa del ego dentro de mí. Y me di cuenta que, sin importar la urgencia y la severidad que parezcan tener las cosas, el Maestro todavía utilizará esas oportunidades para exponer nuestros apegos y ayudarnos a mejorar.

Armonizando el ambiente local de cultivación

A partir de julio pasado, la policía comenzó a acosar a los practicantes locales a gran escala. Trataron de tomar fotos y videos de los practicantes y pidieron sus números de teléfono. Cuando los practicantes se negaron a dejarlos entrar en sus casas, los policías pretendieron ser del servicio público y engañaron a los practicantes para que abrieran las puertas de sus casas.

Para exponer la persecución, diseñamos carteles sobre el acoso de la policía y los colgamos por la ciudad.

La policía tomó represalias verificando las cámaras de vigilancia en las calles, para averiguar quién había colgado los carteles. Propuse enviar pensamientos rectos para eliminar el mal detrás de la persecución, pero al igual que la última vez, los practicantes coordinadores no estuvieron de acuerdo conmigo.

Supe que se debía a que necesitaba cultivarme. Al no llegar a un acuerdo y, sin embargo, sabiendo que era algo muy urgente, que se tenía que hacer, decidí seguir adelante y hacer las cosas que correspondían, en lugar de quejarme de nuestro desacuerdo.

Me senté y comencé a enviar pensamientos rectos sola. Estaba rodeado de un campo de energía muy fuerte. Sentí que era muy capaz, y que el mal no era nada. Supe que hacía lo correcto y que el Maestro me estaba ayudando. Cuando hacemos algo de acuerdo al Fa, el Maestro nos dará el poder para eliminar el mal y salvar a los seres conscientes.

Compartí mi experiencia durante el estudio del Fa de nuestro pequeño grupo. Los compañeros practicantes se unieron en el envío de pensamientos rectos. Como resultado, la persecución quedó disuelta.