(Minghui.org) Tengo 68 años y empecé a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) en febrero de 1996. Anteriormente sufría de espondilosis cervical, dolor de espalda y otras enfermedades. Había perdido la esperanza de vivir sin sufrimiento.

Mi esposo tenía miocarditis y enfermedad renal. Estando enfermo, no podía hacer trabajos agrícolas. Los gastos médicos eran muy fuertes para mi familia y nuestra vida cotidiana era difícil.

Mi esposo y yo comenzamos a practicar Falun Dafa en febrero de 1996. Poco tiempo después de empezar a estudiar los libros de Dafa y hacer los ejercicios, recuperamos la salud. Dejé atrás el dolor físico y todas mis preocupaciones, inclusive las financieras. Vivíamos armoniosamente.

Generando conciencia

El partido comunista chino (PCCh) comenzó la persecución a Falun Dafa el 20 de julio de 1999. Como mis familiares se negaron a renunciar a su fe, muchos de ellos fueron severamente perseguidos. Mi hijo mayor fue detenido ilegalmente durante 38 días. El  segundo,  fue detenido varias veces y condenado a prisión por un año. Al tercero,  lo encarcelaron durante 70 días y multaron con 6.000 yuanes. Mi hija menor fue enviada a un campo de trabajo forzado por un año.

El PCCh les ordenó a mis vecinos que vigilaran mi casa. Uno de ellos era un veterano de la Guerra de Corea. Cegado por el adoctrinamiento del PCCh y tentado por las ganancias financieras, toda su familia, incluidas sus tres nietas, monitoreaban a mi familia.

Al estudiar las enseñanzas de Dafa, entendí que ellos también eran víctimas de la persecución y que no debía odiarlos. En cambio, debía despertar sus conciencias. Entonces, les hablé sobre Falun Dafa y la persecución. Sin embargo, el adoctrinamiento fue difícil de romper, y su nuera incluso dijo: "No creo nada de lo que dices. ¡Haré cualquier cosa para obtener dinero!".

Su actitud no me enojó. A menudo enviaba pensamientos rectos hacia su familia. Para fortalecer mi estado de cultivación, me ajusté a los estándares de Dafa, sin odiarlos.

Cuando su gallina puso huevos en mi casa, se los llevé  a su casa. Esta pequeña acción tuvo un impacto positivo. Un aldeano le dijo sin rodeos al viejo veterano: "Veo que los practicantes de Falun Dafa son buenas personas. ¡Los medios de comunicación mienten y difaman a Falun Dafa!”.

Un día, el veterano se reunió conmigo y dijo: “¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Le conté a su familia más sobre la persecución. A excepción de su segunda nieta y su segunda nuera, que no se unieron a ninguna de las organizaciones del PCCh, todos los demás renunciaron a la liga juvenil comunista y a los jóvenes pioneros. Dejaron de participar en la persecución.

Otros pueblos

A menudo nos encontramos con personas que no conocen la situación real de Falun Dafa. No solo se niegan a escuchar, sino que también nos gritan. Cuando estamos en esas circunstancias, enviamos pensamientos rectos y los enfrentamos con calma.

Fuimos a un pueblo en julio de 2017. Nos detuvimos en una casa donde estaban en el patio un padre y su hijo. Tratamos de hablarles sobre Dafa, pero ellos no querían escuchar nada y nos pidieron que nos fuéramos. Estaban muy exaltados y dijeron muchas cosas irrespetuosas contra Dafa. Cuando decidieron reportarnos a la policía, envié un fuerte pensamiento: "Eliminar todos los factores que persiguen a los practicantes de Dafa". Al mismo tiempo, envié un pensamiento para desactivar su teléfono móvil. Luego nos alejamos sin ningún problema.

Fuimos a otra localidad para hablar con la gente. Había practicantes de Dafa en esa aldea, pero debido a la persecución, los aldeanos estaban muy asustados y no se atrevían a leer los folletos de Dafa o a escuchar a los practicantes.

Otro practicante y yo visitamos una casa tras otra y hablamos con los ellos casa por casa. En la segunda calle, nos encontramos con un grupo de personas charlando. Les contamos sobre Dafa, pero se negaron a escuchar y repitieron las mentiras que ha difundido el PCCh. No discutimos, y continuamos a la siguiente casa.

Entonces un anciano nos advirtió que alguien había llamado a la policía. Nos mantuvimos tranquilos. Ai, el practicante que me acompañaba, fue a otra casa para hablar sobre Dafa mientras yo enviaba pensamientos rectos en la puerta. Le pedí a Shifu que nos protegiera. Cuando llegamos a la última vivienda, apareció la policía. El patio estaba lleno de personas curiosas.

Debido a que otros practicantes habían trabajado arduamente para ayudar a la policía a obtener una imagen más clara de Falun Dafa, algunos oficiales ya entendían lo que estábamos haciendo y nos apoyaron. Uno salió de la patrulla, revisó los bolsillos de nuestro impermeable y dijo que deberíamos irnos. Tomamos un taxi a casa y la policía se marchó. Debido a la protección de Shifu, algo que parecía malo se había convertido en algo bueno.