(Minghui.org) Durante mis 19 años de cultivación, mi mayor quebradero de cabeza ha sido que mi esposo no me aliente a practicar Falun Dafa. A menudo me he preguntado qué estaba haciendo mal. Con tranquilidad, traté de mirar adentro recordando cómo me he cultivado desde el principio. Repasé mentalmente lo que he pensado y dicho en todo momento. También traté de averiguar por qué hacía las cosas que hacía, hasta que, finalmente, llegué a comprender la causa.

Buscando el motivo de las discusiones

Tengo una personalidad fuerte. He trabajado duro para lograr  mejorar tanto la situación financiera de mi familia como nuestra calidad de vida. Siempre esperé tener una familia armoniosa.

Sin embargo, la realidad era completamente opuesta. Discutía a menudo con mi marido. Cuando el conflicto estallaba fuera de casa, no discutía para no "perder la cara". Y cuanto más temía "perder la cara", con más furia descargaba su ira.

Después de pasar por esta situación una y otra vez, mi resentimiento creció y creció. Para vengarme y con el fin de avergonzarlo, también compartía algunas de las experiencias. Cuando me maldecía en público, reducía la marcha intentando guardar las distancias. Actuaba como si no lo conociera, e incluso llegué a fingir que buscaba a quién estaba insultando. Lo miraba con desdén, y me burlaba de él calladamente. Así evitaba que me volviera a avergonzar, al tiempo que podía descargar todo mi resentimiento.

Cuando comencé a cultivarme, el problema creció. Miré hacia dentro muchas veces en relación a este asunto. Encontré apegos como el de tener miedo a "perder la cara", a afrontar conflictos, a mirarlo con desprecio y a tratar de controlarlo. Pero no podía encontrar la raíz de todo.

Como me sentía frustrada, traté de complacerlo en algunas cuestiones, para intentar resolver el problema, aunque fuera temporalmente. Sin embargo, cuanto más trataba de complacerlo, más se molestaba. Este problema continuó durante más de 10 años.

Encontrar y eliminar la raíz del conflicto

Los últimos días, me calmé, estudié el Fa y miré hacia adentro para intentar encontrar la raíz del conflicto. Acabé descubriendo el origen del problema. Se remontaba a mi infancia. Mi padre le gritaba a mi madre todos los días. Mi madre no podía responderle, porque si lo hacía, mi padre la golpeaba. Tuve cinco hermanas y dos hermanos. Los ingresos de nuestra familia dependían exclusivamente del dinero que mi madre ganaba haciendo ropa.

Mi padre trabajaba en nuestra granja. Pasaba la mayor parte del tiempo bebiendo con sus amigos. A menudo bebía desde el mediodía hasta bien entrada la noche. Cuando le pedía a mi madre dinero para comprar bebida, si esta se mostraba disgustada, la maldecía o la golpeaba. A mis hermanos y a mi nos preocupaba que alguna imprudencia dicha por mamá provocara a papá.

Esta situación duró más de una década. Odiaba a mi padre y haber nacido en una familia así. Envidiaba la vida armoniosa de mis vecinos. Aunque intentara protestar para cambiar la situación, no servía de nada.

Acabé comprendiendo que el deseo de vivir una buena vida entre la gente común era mi apego fundamental. Después de descubrir esto, el Maestro me guió con el siguiente principio para deshacerme de mis nociones humanas.

El Maestro nos enseñó:

"Bajo cualquier interferencia, no escarben en asuntos específicos que los desbarajustan, así entonces podrán salir hacia afuera, y además con gran virtud" (Con respecto a la conmoción que causó el artículo sobre el Fu Yuanshen).

Me di cuenta de que, desde hace una década, he permanecido atascada en el incidente sin poder salir de él. En cambio, trataba de que mi esposo cambiara a la fuerza. Lo miraba con resentimiento porque se negaba a cambiar en la manera que yo deseaba.

Después de identificar este resentimiento, una prueba me sobrevino que me haría templar mi mente y eliminar mi apego. Mi esposo no se presentó en casa a la hora de la cena, ni tampoco me llamó. Era la primera vez que me sucedía algo así. Esperé hasta las 10:30 p. m. y luego lo llamé. Descubrí que estaba jugando al mahjong en el vecindario. La situación se repitió durante varios días.

Intenté calmarme y examinar qué apegos me mostraba tal situación para deshacerme rápidamente de ellos. Mi mente se debatía en medio del conflicto. Después de enviar pensamientos rectos, mis pensamientos se aclararon. Una idea surgió: Era casi la 1 de la madrugada y todavía no había llegado a casa. Entonces, el resentimiento intentó provocarme en contra de mi marido. Intenté observarlo, y eliminarlo sin caer en él. Debía seguir los arreglos del Maestro para alinearme en base a Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Regresó a casa por sus propios medios poco después de que mi corazón se tranquilizara.

Al día siguiente, mi esposo se fue a jugar mahjong otra vez. Con esta nueva perspectiva, mi corazón no se movió un ápice. En lugar de eso, me quedé en casa escribiendo este intercambio. Mientras escribía, busqué aún más profundamente para encontrar qué había detrás de este apego y cómo se formó.

Iluminación

Un pensamiento surgió en mi corazón: No permitas que continúe "actuando" de una forma tan desagradable solo porque no he eliminado este apego. En aquel mismo instante, sentí una corriente cálida brotar en mi corazón. No existía ninguna queja, ni odio, nada negativo. ¡Esa tranquila y pacífica belleza no puede describirse con meras palabras! Pienso que este es el estado que se llama "compasión". Después de aquello, sentía que todo en el mundo era importante. Decidí comenzar a cultivarme en base a los estándares de Dafa. En cuanto surge un conflicto, me recuerdo que no debo culpar a los demás, al contrario, debo pensar en ellos ante todo.

Debido a que cambié, la actitud de mi esposo también giró 180 grados. Dejó de pelear. Se volvió amable y comenzó a hablarme con respeto de mis compañeros practicantes. Ahora, cuando estudiamos el Fa en casa, corta y sirve fruta para nosotros. Incluso nos elogió diciendo que éramos las mejores personas del mundo. Esta ha sido la primera vez que nos ha felicitado, a mis compañeros practicantes y a mi, en 19 años de cultivación. ¡Me siento tan avergonzada!

¡Los compañeros practicantes también se alegraron al ver que mi esposo había cambiado! Afirmaron que me había iluminado correctamente y que mi xinxing había mejorado. En los últimos días, he sentido que mis palabras y acciones se encuentran en armonía con el Fa.